EMMA. Una hora después, llegué al mismo hotel dispuesta a descansar de esta tensión que tenía constantemente apretado mi cuerpo, pero me frené con la toalla envuelta, cuando mi teléfono móvil comenzó a sonar. —¿Sí? —Señorita, Emma Johnson… —fruncí el ceño. —Sí… ¿Quién es? —Tenemos una entrega para usted de parte de la empresa Musk Inc. Solo que en la dirección de su currículo parece no haber nadie, y se nos informó que estaría en casa. Mis mejillas se volvieron rojas, y me senté. —He cambiado de dirección, lo siento por no avisar… yo… estoy también remodelando a donde me mudé y por ahora estoy hospedada en un hotel… —¿Puede indicarnos donde se encuentra? No podemos devolver la encomienda. Dicté la dirección, la habitación de mi hospedaje y luego de que finalicé la llamada tomé el rostro en mis manos. No me lo habían dicho, pero era evidente que se trataba de este hombre. —Emma… Emma… ¿En qué lío te estás metiendo? No me metí a la ducha para esperar la entrega, y solo camin
EMMA. —Mi asesora financiera… Emma Johnson… —estiré mi mano hacia dos hombres que se pusieron de pie, y que oscilaban entre 40 y 50 años. Uno de ellos me apretó la mano por más tiempo, y Noah se la quedó viendo e intervino separándolas. —No la asustes… no quiero que se vaya tan rápido… —el hombre le sonrió a Noah como si fuese un juego entre ellos, pero mi corazón palpitaba con fuerza ante todo lo desconocido. —Una bella asistente financiera… yo solo obtengo viejos calvos… —todos rieron y me obligué a mostrar un gesto para ellos, cuando por dentro, temblaba de los nervios. Toda esta gente eran monstruos financieros, y lo más seguro es que quedara como una tonta frente a ellos. Nos sentamos en el siguiente minuto y se pidieron unas bebidas para nosotros. —Yo solo quiero agua… —pedí. —Vaya… ¡Qué responsable! —y asentí hacia el hombre mayor. —Respeto mi momento de trabajo. Pero eso no quiere decir que ustedes se detengan por mí… —el hombre mayor me mostró una sonrisa incómoda, y
EMMA.Fue un alivio que el día siguiente era fin de semana, porque no iba a poder resistir un día más en la presencia de este hombre sin que se me saliera de la boca que… quería ser poseída por sus manos.Aún tenía la sensación en mi cuerpo cuando me miré en el espejo para ver las ojeras, ya que no había dormido mucho durante la noche. Había tenido incansables sueños, y no me sentía orgullosa de ello.Pero me levanté temprano sabiendo que debía buscar un apartamento parta rentar con urgencia.Resolví el asunto con una inmobiliaria, y pedí que me enviaran fotos de las opciones, como también intenté comenzar a resolver mi asunto con John.Así que hice otra llamada.—Es una sorpresa Emma… —fue lo primero que escuché cuando respondió un antiguo amigo de mi padre, que era abogado—. Incluso tengo mucho tiempo de no verte.Puse mi mano en la frente y me recosté a la cama.—Lo sé… quiero que seas discreto en este asunto… mamá no puede saberlo.—Claro…—Me gustaría que me asesoraras en asuntos
EMMA.Todo fue extremo desde el momento en que las puertas del ascensor se cerraron y la secretaria de Noah desapareció de su planta.Si me hubiesen dicho estaba mañana cuando me miré en el espejo, que mi oscuro jefe me propondría un trato como este, jamás lo hubiese creído, ni en todos los sueños húmedos que tuve con él.Noah desajustó su corbata con una extrema calma, que en el momento en que se me cayó el maletín de las manos, solo pude apoyar mi cuerpo en esa mesa grande, y apreté el extremo del vidrio, mientras el sudor en mis manos, me hacía resbaladiza.Noté como al abrir su camisa, se expusieron los tatuajes de Noah y eso me excito más, aunque nunca había sido amante de la tinta en el cuerpo.Él caminó hacia mí mientras mi pecho subía y bajaba del puro miedo, y cuando estuvo frente a mí, bajó sus manos hacia mi vestido, y pasó toda su palma desde mis pechos, vientre y finalmente por la línea de mis piernas, hasta que llegó a las rodillas para separarlas.—Excelente elección de
EMMA.—¿Recuerdas aquel contrato que rechazamos el viernes? —parpadeé varias veces después de que él me soltó la boca, y que incluso un ardor hizo que lamiera mis labios por la fuerza de su beso.Este hombre era de acero. Acabamos de literalmente tener sexo desenfrenado en el escritorio de su secretaria, y ahora me estaba hablando de trabajo.Lo vi como tiró el preservativo en el bote de basura, y se ajustó sus pantalones. Cerró su camisa, y luego me miró esperando una respuesta.Me bajé de la mesa y arreglé mi vestido todo lo que pude, para luego tomar el maletín.—Lo recuerdo…—Hoy vamos a hablar con unos nuevos contratistas… en una cena —esperaba que no me diera otra tarde libre—. Así que tenemos un trabajo largo durante el día… ven a mi oficina.Asentí incrédula, pero lo seguí.No hubo una sola palabra de lo ocurrido. Trabajamos todo el día en su oficina, y a las 5:00 pm dijo que iba a su casa a ducharse, y que podría llegar al restaurante, del cual me dejaría la ubicación en un m
EMMA.Nunca había pensado que después de tener un orgasmo, podría seguir excitada. Y eso era lo que pasaba ahora que Noah estaba besándome hasta el alma en un ascensor.No había muchas palabras entre nosotros, y aunque tenía muchas preguntas por hacerle, simplemente ahora no era mi prioridad, y parecía que responder, tampoco era la suya.Mi cuerpo fue alzado por sus brazos, y mientras sus dientes se encargaban mi cuello, yo buscaba desesperadamente su boca, porque, descubrir como danzaba su lengua dentro de mí, me había vuelto dependiente de esa emoción.No me detuve a ver el espacio a donde llegamos, el sitio permaneció con luces bajas, y él siguió caminando rápido como si estuviera ansioso por llegar alguna parte.Y cuando sentí que nos metíamos en una oscuridad apremiante, levanté la vista, para notar que no podía ver absolutamente nada.—¿Noah? —y solo una luz muy tenue se encendió sobre nuestra cabeza, pero no podía divisar nada alrededor que no fueran nuestros cuerpos agitados—.
EMMA.Abrí los ojos de golpe, y me senté en una enorme cama cuando me sentí perdida.Todo mi alrededor era desconocido, pero se trataba de una habitación amplia, lujosa, y muy iluminada.—Buenos días… —mis ojos se fueron a esa voz, más ronca por la mañana.—Buenos días… —Respondí e incluso noté que él ya estaba perfecto en su traje gris.—Se te hace tarde… —moví mi cabeza hacia ambos lados.Todos los recuerdos se hicieron presentes, pero no uno por el cual había llegado hasta aquí.—¿Sabes dónde están mis cosas? —a pesar de muchas preguntas que tenía, fui básica, y él negó mirando mi cuerpo desnudo.—Tal vez en el auto, ascensor… enviaré por ellas, y las traerán —Él caminó hacia una parte de la habitación desapareciendo y luego salió con una percha en su mano—. Hace días lo compré para ti… puedes colocarte esto para el trabajo.Lo puso en la cama, y noté que era un vestido negro hasta las rodillas, pero por supuesto en estilo era precioso.Asentí.—¿Vas a esperarme?—No… no iré a la o
EMMA.—Emma… el señor Musk te llama… —miré a Susy con el teléfono inalámbrico extendido hacia mí, y me apresuré en tomarlo. Había apagado mi teléfono después de que Estela no dejó de llamarme luego de nuestra discusión, y aunque quería morirme, me había puesto a trabajar como una desquiciada.—Hola… —respondí en tono bajo mientras la secretaria salió de la oficina y cerró la puerta.—Emma… te he llamado…—Lo siento… —giré mi silla y me levanté—. Apagué el teléfono…—Susy me ha contado lo de ese hombre…Arrugué el ceño.—¿Cómo lo sabe?—Todo el edificio lo sabe… —y mis mejillas se tiñeron de la vergüenza.Apreté mi boca queriendo llorar de nuevo y recosté la cabeza en el vidrio.—Hay una publicación en el periódico sobre nosotros, ahora me acusa de serle infiel.—Está desesperado por ganar… es solo un idiota.—No, Noah… —un sollozo salió de mí sin poder contenerlo—. Jhon… él me ha dicho que se acostó con mi madre… ¿Puedes creerlo? Mi madre…Hubo un silencio largo mientras lloré un poco