Cath había entrado a mi departamento, ella era la única que tenía una copia de mi llave. Tanto que confiaba en ella, y quien más se preocupaba por mí. Estaba media despierta, recostada en el sillón. Regresé de la fiesta alrededor de las dos de la madrugada, después confesarme con Darren y él tan calmado, ¿habrá entendido lo que siento por él? Pensaba demasiado en lo que le dije, absolutamente todo lo que le solté en la cara, es que no podía permitir eso de su parte, no estaba bien. Cath se acercó, sentándose en el sofá, abrí mis ojos viéndola con su chaqueta negra y su cabello húmedo.—¿Cómo estás?—me preguntó.—No tengo resaca, pero…Le dije a Darren que me gustaba, no sé si fue demasiado.—Demasiado es esperar que te correspondan siempre, Anne. La vida es única, ¿quieres seguir esperando por el verdadero amor?—dijo mi amiga, ella tenía razón.—En parte es mi culpa. Me guardé mucho para alguien, cuido de todos pero yo siempre seré la última, por eso soy enfermera—le respondí, sentándo
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