Bartolomé acomodaba las cosas de su casa. Estaba acostumbrado a hacerlo en el conventillo pero sin una criada, la situación se hacía más difícil. No veía a Nélida desde el año anterior, el mismo día que asesinó a Michael. Preparó su vestimenta con la que salía a correr por las calles para hacer ejercicio. Se tomaba muy en serio su entrenamiento militar, así como su trabajo de espía. Salió de su casa. Pensaba en su padre, en que no estaba presente para poder mostrarle que luego de tanto esfuerzo, pudo comprarse la tan ansiada casa. La situación para comprar casas era sencilla. Desde la Ley de Casas Baratas del legislador Cafferata sancionada en el 1915, era más sencilla la compra de una casa y de esa manera, de forma gradual, se fueron abandonando los conventillos. Bartolomé sabía que si salió tarde de allí, se debía a su padre, aunque no podría echarle la culpa, se sentía culpable. Corría por la calle en un día típico de invierno. Un clima frío y c
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