22 AÑOS ANTES Dayanna llegó a la recepción de Chocolates Murrié, la mujer era hermosa, usaba un conjunto de falda y chaqueta de lino, su cabello estaba bien peinado. Llevaba a su pequeño hijo de cinco años agarrado de la mano. Se acercó al recibidor y le dijo a la recepcionista: —Necesito ir a la oficina del señor Fabián Murrié. —¿Tiene cita? —No, pero acabo de llegar de Venezuela y necesito hablar con él. —Lo siento, debe llamar a su secretaría con tiempo y pedir cita para que la atienda, él es un hombre muy ocupado. —¿Pero él está en este momento en su oficina? —Supongo que debe estar arriba atendiendo los asuntos de la empresa. Dayanna pensó dentro de sí: "Si llamo a su secretaría él jamás me atenderá." Le dijo a la recepcionista. —Gracias señorita, llamaré entonces. Se dio vuelta y salió de allí con el niño, llegaron a la calle, Dayanan observó un auto que salía del estacionamiento de la empresa, entonces ideó un plan, se escondió a un lado hasta que el que vigilaba la
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