Jeferson se marchó de la oficina de Lorenna, ella cerró la puerta y regresó a su escritorio, se sentó en su silla, agarró las gafas de lectura y se las puso; de pronto alguien llamó a la puerta, como la secretaría no anunció a otra persona, Lorenna supuso que era Jeferson de nuevo. Enojada comenzó a refunfuñar, entonces fue y le abrió.—Te dije que te fueras de mí…oficina.Sus ojos vislumbraron a Fabrizio parado justo delante de ella.—No sabía que ya me habías echado de tu oficina.—¿Qué haces aquí?—Tengo una cita con la gárgola, perdón, con doña Inés; decidí llegar un poco antes para pasar a saludar a mi novia.—No soy tu novia. —Fabrizio le pasó por un lado y entró a la oficina sin pedir permiso.—Muy linda tu oficina.—Gracias, dime qué quieres, estoy muy ocupada.—Soy tu novio, deberías darme prioridad y atenderme.—Voy a atenderte solo por un momento, pero no porque reconsidere mi novio, no lo eres y lo sabes. —Lorenna se sentó detrás de su escritorio.—Siéntate.—Gracias, novi
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