Mariangel llegó a su casa después de una tarde de compras y salón de belleza; había ganado dinero trabajando como modelo y quiso renovar su guardarropa, tenía suelta su rubia cabellera ondulada y usaba un conjunto de falda corta y chaqueta color rosa. Era la primera vez que salía con sus amigas e iba con su estilista después de que su prometido, Andrés Murrié, muriera en ese fatal accidente. Entró a la casa junto con el chofer que llevaba varias cajas de las compras de distintas boutiques. Mariangel también llevaba un par de paquetes en sus manos. Sus padres y su hermano se encontraban en la sala, los tres estaban esperándola. —Hija hasta que al fin llegas, te estamos esperando desde hace horas. —Dijo Flavio. —Hola papi, es que salí de la casa de modas, cambié mi cheque y me fui de shopping con mis amigas. —Se acercó a él y le dio un beso, luego le dijo al chofer que dejara las cajas junto a la escalera. —¿Por qué me estaban esperando? Raiza su madre le dijo: —Tu padre tiene
Los padres de Lorenna para festejar el cumpleaños de su hija, organizaron una cena. Solo invitaron a Inés que era prima de José Ignacio, también asistió Fabián con Altagracia su esposa; Raquel y Jeferson, quienes eran los mejores amigos de Lorenna. A pesar de que era su cumpleaños, Lorenna fue al gimnasio a las seis de la tarde; la cena familiar iba a ser a las ocho de la noche, entonces debía regresar antes para alistarse. Allí se encontró con Raquel quien se quedó mirándola fijamente su ropa de ejercicio y le dijo: ―¿Creí que no hablabas en serio cuando me dijiste que venías al gimnasio. ―¿Qué tiene de malo? El ejercicio es muy bueno para la salud. ―Sabes muy bien a qué me refiero; hoy es tu cumpleaños deberías estar no sé, en el salón arreglándome el cabello y la uñas para en la noche salir a bailar. ―Hoy es un día como cualquier otro, y sabes que no puedo ni bailar cualquier cosa. ―Pues no, no es un día como cualquiera; y no puedo aceptar que mi amiga odie hasta su propio c
Lorenna llegó donde Jeferson y Raquel se encontraban, en su cara se veía que estaba enojada y a la vez consternada.—¿Qué te dijo el desgraciado? —Preguntó Jeferson.—Pretende que regrese con él.—¿Después de todas las cochinadas que te hizo? ¡Pero qué descarado!Lorenna se quedó en silencio mirando hacia la nada, Raquel le agarró una mano y con una voz llena de solidaridad le dijo:—Lo importante es que no vuelvas a caer en su trampa. —Lorenna la miró con tristeza e indignación, luego desvío el mirar hacia Jeferson.—Me dijiste que esta noche Inés va a proponerme lo de la boda con Fabrizio.—Sí. Raquel con algo de asombro preguntó:—¿Acaso piensas aceptar?—Si —Dijo con dolor en su voz—. Me casaré con Fabrizio.—¡Pero no lo amas, ni siquiera lo conoces bien!—Será un matrimonio por conveniencia, nada más. —Jeferson sonrió con maldad.—Me encararía verle la cara al imbécil de Juan Carlos cuando se entere que te casaras con Fabrizio.—Ya se lo dije y no me creyó.—Claro, él piensa que
Lorenna se retiró de la sala, subió a su habitación habiendo expresado su aceptación de casarse con Fabrizio; Antonella fue detrás de su hija y la siguió hasta su habitación. Lorenna se paró frente a la cómoda y comenzó a quitarse las joyas que estaba usando. Antonella con tono de reproche le dijo:—¿Qué piensas lograr con esta locura de casarte con Fabrizio?—Nada mamá, no pienso lograr nada, simplemente no está mal convertirme en la heredera de la receta, papá podría lograr mucho dentro de la compañía si le doy la parte de la fórmula que el chamán me entregue.—¿Piensas que Fabrizio tendrá buenas intenciones contigo?—Para Fabrizio solo seré un medio para alcanzar el poder dentro de la familia Murrié, igual como papá será el líder de la familia Montalván.—Te oigo y me parece que estoy oyendo a Inés hablando a través de tu boca.—Inés sabe usar la cabeza, y eso es lo que haré de ahora en adelante.—No estoy de acuerdo con ese matrimonio, estoy segura que lo haces para huir de lo que
Mariangel estaba en la piscina del spa, tenía en su mano un cóctel, estaba inmersa en sus pensamientos y estaba usando un par de gafas oscuras. De pronto llegaron sus dos mejores amigas, Gema y Samanta.—¿Cómo estás amiga? —Se dieron un beso en la mejilla.—Al fin decidiste venir al spa. —Dijo Samanta.—Si, ya me hacía falta. —Fueron casi siete meses de luto. —Mariangel sonrió con lamento, Samanta se dio cuenta que no debió hacer ese comentario —Perdón amiga, no debí…—No te preocupes, estuve encerrada casi siete meses desde que Andrés murió, pero ya ven que empecé de nuevo a vivir mi vida; mi mánager ya me consiguió un par de contratos. —Y ya has hecho varías sesiones de fotos. —Agregó Gema.—Exacto, se podría decir que Mariana Montalvan volvió a la acción.—Nos alegra en verdad que al fin hayas decidido que la vida debe continuar, ya verás que muy pronto conocerás a otro hombre que te guste y hasta podrás enamorarte de nuevo.—Mariangel sonrió maliciosa.—¿A que no adivinan con q
Fabrizio fue al cementerio a visitar la tumba de su madre fallecida, le llevó un ramo de flores del paraíso y los puso frente a la lápida.—Te traje tus flores favoritas. Se inclinó y puso la rodilla derecha sobre un escalón para afincarse, luego comenzó a hablarle a su madre como si ella estuviera presente, aunque Fabrizio estaba muy consciente que ella estaba muerta, pero conservaba la fe en que los muertos podían escuchar lo que los vivos iban a decirle en sus tumbas.—Me iré a Miami esta semana, mi decisión de hacerlo es definitiva, ya no siento ninguna duda de lo que deseo hacerle a Inés y a los imbéciles de mis hermanos… solo me detenía Patricia, porque ella no se merece que la engañe como lo voy a hacer. Muchas veces me he tirado canas al aire sin que ella se lo llegara a sospechar; los hombres somos así, no sabemos estar con una sola mujer aunque estemos muy enamorados. Tú sabes muy bien eso por papá, él quiso quedarse con la esposa, y también contigo, pretendía tenerlas a las
Mariangel se acercó a Lorenna que estaba de pie charlando con otros de la familia y tenía en la mano una copa de vino tinto.—¿Cómo estás primita?—Hola Mariangel, yo bien, ¿tú como seguiste?—Mucho mejor. —Se fueron a un lado a hablar solas.—Me alegra que ya estés superando el duelo por Andrés. —Mariana puso una lánguida sonrisa.—Gracias, la terapia me ayudó mucho.—Se nota en tu rostro que ya has recuperado la alegría.—En cambio yo lamento que tú no estés superando bien tu duelo por Juan Carlos. —Lorenna puso serio su rostro.—¿A qué viene tu comentario?—¿De dónde sacaste la loca idea de casarte con el bastardo? Todos en la familia Montalvan y la familia Murrié no hacen otra cosa que comentar que esa decisión se debe a tu despecho, hasta las sirvientas están hablando de ti en la cocina. —Lorenna se llenó de rabia.—¿Y qué? Que hablen lo que les dé la gana, y tú también.—¿Yo qué?—¿Me dirás que no has hablado de mí y de mis problemas con Juan Carlos?—No he hablado mal de ti.—P
Sandra llena de enojo le dio la espalda a Fabrizio y salió del estudio, poco tiempo después él también salió y se fue a la sala, allí se detuvo por un momento, luego se dispuso a regresar al jardín y tomó el pasillo hacia el exterior cuando de pronto se topó con Lorenna. Hubiera preferido no hacerlo, pero ella había decidido ir a hablar con él a solas. Fabrizio paseo sus ojos a lo largo del vestido que ella usaba, este era de color negro y pegado a su figura. La miró a los ojos y arqueó levemente sus labios hacia arriba.—¿Cómo estás Lorenna? —Ella respondió con una voz serena.—Bien. —Él se acercó más y le dio un beso en la mejilla.—No había podido saludarte en el jardín, bueno, es que acabo de llegar.—No te preocupes, pero ahora me gustaría hablar a solas contigo.—¿Ya? —Si, afuera hay mucha gente.—Está bien. Fueron al estudio, Fabrizio no podía evitar mirar a Lorenna con énfasis, tenía frente suyo a la mujer que por los momentos se suponía debía casarse, aunque la boda era arr