Salvaje, era la denominación que se le otorgaba a un lobo cuando dejaba la manada, por voluntad propia o desterrado. Aquel que se sometía a su instinto, a su naturaleza y era simplemente eso… un animal salvaje de ojos rojos, uno más fuerte, más decidido, sin sentimientos, uno que era capaz de infundir miedo hasta a un mismo alfa***Las manos se desplazaban por su cuerpo desnudo y saciado, no eran dos, no eran tres, eran cuatro y acariciaban cada zona sobre estimulando cada sensible nervio. Los alimentos calientes a cada lado de su rostro y la calidez que tanto ansiaba y deseaba la envolvía. Las dos marcas palpitaban deliciosamente a cada lado de su cuello dado la cercanía de sus parejas, de sus lobos, de sus alfas.-Eres mía--Eres mía--Eres nuestra- declararon esos dos lobos abrazando a la mujer de ojos rojos con una sonrisa de satisfacción en sus labios.Clara abrió los ojos, después de tener un extraño, abrumador, pero acogedor sueño, encontrando la misma oscuridad que la había a
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