Clara respondió al momento a la estimulación de las feromonas del alfa con su celo, olvidando así el miedo a él. Sus piernas flaquearon y cayó al suelo con un sonido sordo haciendo que la toalla alrededor de su cuerpo se aflorara mostrándole a él sus piernas completamente desnudas, así como sus níveos muslos. No pudo notar como los ojos de él se oscurecieron, pero si como su olor se hizo más intenso.Escuchó un gruñido proveniente por parte de él y ella solo respondió con un gemido lastimero tanto de deseo como de vergüenza. Bajó la cabeza en sumisión y esperó, mas el lobo no se movió en absolutoSu corazón comenzó a palpitar duro en su pecho de la ansiedad. Acaso él quería que ella comenzara. Clara tragó en seco nerviosa y se levantó lentamente del suelo, y se acercó al lobo casi por inercia deseando querer tocarlo. Sus manos temblaban cuando las alzó en torso al pecho fuerte y muy marcado delante de ella.Aun vacilante lo tocó sintiendo la textura de la piel caliente sobre su piel y
Clara negaba una y otra vez con su rostro bañado en lágrimas. Por más que él alfa la acusara, sus palabras no correspondían ni de lejos con la realidad. -¿Marcada? –su voz temblaba completamente quebrada- Solo pude ser marcada por un lobo- sus palabras indicaban que lobo- He pasado toda mi vida sola, siempre me han intimidado, se han reído de mí. Y fue aun peor cuando, después de cumplir mis 18 años aun no apareció mi mate. Y los años que vinieron después no cambiaron eso. ¿Cómo estaría con alguien más? Nadie aquí me desea y además solo puedo responder y entrar en celo a mi mate- hablaba tan rápido que apenas se podía entender.Pero eso a Dixon lo descontroló aún más.-Mentirosa- le expetó mostrando más sus colmillos- Tienes el oro de otro macho encima y osas decir que soy yo el que te marcó. Clara asintió con la cabeza. Ella no podía ver muy bien, sin embargo, no debía haberse equivocado tanto ¿verdad?-Nos encontramos anoche- ella intentaba buscar una respuesta e intentar aclarar
Definitivamente algo estaba pasando y Dixon no sabía bien que era. Y era de esos lobos que no le gustaba estar en la incertidumbre. Se arrodilló delante de la loba y la agarró del hombro.-¿Qué sabes tú de esto?Ella negó con la cabeza y no se atrevió a hablar de nuevo. Temía que cualquiera de sus palabras pudiera descontrolarlo de nuevo y ella aún estaba procesando que él hacía unos segundos estaba a punto de… rechazarla. De solo pensarlo su pecho se apretaba tanto que dolía infinitamente. Incluso su mate la estaba rechazando. Ella no estaba mintiendo, no tenía idea de quien estaban hablando ellos dos. Dixon cerró los ojos y buscó paciencia. No recibiría respuesta de parte de ella, eso era seguro. Tendría que atender este problema personalmente y saber quién demonios era ese lobo que había osado tocar y marcar a su mate. Le arrancaría los dientes a como diera lugar. Eso era un hecho. Se levantó y miró al beta aun en la puerta.-Tráeme una soga- espetó molesto.-¿Soga?- la voz del be
La atmósfera era demasiado tensa, que obligó a los demás presentes a retroceder, alejándose de los dos lobos macos que estaban exudando tantas feromonas que era asfixiante. Will, detrás de Dixon tragaba en seco, secando el sudor de su frente, ante la presión existente. -Alfa- lo llamó, pero los dos lobos parecían tener un conflicto de gruñidos, potentes y amenazantes. Sobre todo, el recién llegado, que, para ese momento, no le quedaba nada de sonrisa en su rostro y fulminaba con la mirada al actual alfa. -Vete de mí manada- Dixon gruñó con los dientes apretados. Ethan por su parte, soltó un bufido grave. -Y dejarte con todo. Ni en tus mejores sueños. Además, ahora hay algo más que está en este lugar y me interesa recuperarlo. Y Dixon supo de qué estaba hablando. Si antes estaba molesto, para ese momento ya había perdido la mayor parte de su paciencia. Sus garras se desenfundaron por completo, y solo no le saltó encima a desgarrar la garganta de aquel que osaba buscar tanto el mand
Los casi 20 minutos que transcurrieron después fueron casi una prueba de supervivencia para los presentes dentro de la sala. A cada segundo el olor dentro de la habitación se hacía más fuerte dado que los dos lobos tanto se fulminaban con la mirada como exudaban sus feromonas. Dixon no lo mostraba, pero deseaba que esto acabara pronto. No estaba nervioso por el resultado del ritual, era seguro que saldría como hijo del alfa, tanto su físico como poder era similar a su padre. Pero tenía cosas que entender, como a su mate que estaba a pocas puertas de ellos. Mate que tenía el olor del lobo frente a él y que de alguna forma también la estaba reclamando.¿Cómo se atrevía?Ella era de él. Y no, no la rechazaría, le haría entender el lugar de ella. A él no le arrebatarían nada otra vez. Tendría que hacer un trabajo fuerte con la loba, sin embargo, ella comprendería que debía cerrar las piernas a otros lobos y solo abrírselas a él.Por otro lado, Ethan solo estaba recostado contra la pared,
Clara estaba sumamente confundida. De encontrarse delante del nuevo alfa que la miraba como si ella fuera la loba más promiscua de toda la manada y que la dejara amarrada a la cama como si fuera un animal, se encontró corriendo en medio del bosque, como si su vida dependiera de ello.Tuvo el impulso de detenerse y analizar la situación, pero estaba más enfocada en no chocar con las sombras de los árboles delante de ella y de sentir como era perseguida por dos presencias que estaban ya muy cerca de ella. No olfatear mucho a su alrededor para saber quiénes eran. Las feromonas de los dos lobos machos detrás de ella eran tan potentes y agresivas que obligaban a sus propias patas a seguir corriendo.Y nadie supo lo que ella se alegró de haber aprendido a huir tan rápidamente, teniendo que hacerlo como algo en su rutina cada vez que era perseguida por los Salvajes cuando salían de caza. Gracias a eso, los lobos podían estar cerca de ella, mas no alcanzarla. Y tenía una resistencia bastante
El agua golpeaba contra su piel como queriendo romperla, su cuerpo se estrellaba contra las piedras rompiendo lastimando sus huesos a su paso. Y a pesar de todo aquello y del dolor que casi la llevaba a la inconciencia, Isabela solo podía sonreír internamente porque por fin, después de esto, cuando llegara al borde del río, donde se encontraba el inicio de una violenta cascada, ella podría encontrar la paz tras la muerte.«NO» escuchaba en su cabeza, una voz que no pertenecía a su mate, más ella no le prestaba atención. Había sido la primera vez que había podido tomar una decisión y llevarla a cabo hasta el final. Más feliz no podía ser, incluso si esta significaba terminar con su vida.Sin embargo, su felicidad, como siempre no duró mucho. Algo se cerró en torno a su nuca de una manera violenta y tiró de ella con fuerza impidiendo que llegara a su destino. Clara intentó luchar y resistirse, para percatarse del daño a su cuerpo y no poder moverse. Además, lo que atravesaba la piel tr
(Les dejo antes un mensajito por aquí para que puedan leerlo. Estoy lenta con las actualizaciones pues llevo casi un mes enferma, entre fiebres, temblores, decaimiento y mucho dolor muscular, mucha tos que me deja afónica por días, que muchas veces no me puedo ni levantar de la cama. Haré todo mi esfuerzo para actualizar lo más seguido posible, casi diario, siempre que mi cuerpo me lo permita. Disculpen las tardanzas, yo también estoy emocionada con esta historia. Espero comprendan)Clara se despertó lentamente. Se encontraba confundida, mareada, con un sabor metálico en la boca. Estaba acostada sobre una superficie suave más no familiar. Apenas había luz en donde estaba y le resultó casi imposible enfocar algo, si es que podía.Hizo el esfuerzo de levantarse de la cama para que llegara a ella el sonido el metal, uno que para ella no era desconocido y se estremeció. Se sentó y estiró la mano para encontrar que un grueso grillete estaba alrededor de su tobillo y unido a este una caden