-Tápale los ojos al cachorro.Fue lo que escuchó Clara antes de que de los arbustos salieron dos lobos que no parecían estar de muy bien humor. Ella al momento comprendió y abrazó a su hijo contra su pecho para que no los viera. Tanto Dixon como Ethan no dijeron más nada hasta llegar a la orilla y lanzarse para quitarse toda la sangre que manchaba sus pelajes.Clara se mantuvo sentada en el borde y soltó a su cachorro, aunque no lo dejó mirar hasta que la sangre que ahora estaba sobre la superficie se fuera diluyendo. Pronto el borde del agua se rompió nuevamente cuando ambos gemelos salieron a la superficie transformados.-Demonios, en serio que me voy a cortar este cabello- protestó Ethan corriendo las largas hebras hacia atrás- Sin incómodas- escupió una que se había colado en su boca- Además que ahora tengo tremendo mal sabor. Qué asco- Aun podía sentir en su paladar el sabor de la sangre de Will después de destrozar su cuerpo junto a su hermano.Dixon a su lado corrió también su
-DIJE QUE NO- el gruñido de Clara fue tan fuerte que todos los lobos que estaban afuera de la cabaña donde se realizaba la reunión se sobresaltaron. Su alfa no estaba molesta, estaba lo que venía después- No aceptare eso.Clara se había levantado y golpeado la mesa. Tanto sus garras y colmillos se mostraban y sus ojos estaban de un fuerte color carmín. Los lobos de su parte se prepararon para saltar y degollar cuellos a su orden.Sin embargo, el lobo del medio de los tres que estaban del otro lado de la mesa no pareció inmutarse.-Eso es algo que no se puede evitar. Eres alfa y sabes que tenemos nuestras responsabilidades, al igual que Dixon por ser el anterior alfa. Es algo que no puede dejar de lado y más cuando él fue el que se encargó del alfa que estaba a cargo de la manada.Clara arrastró sus uñas por la mesa dejando profundos surcos. No estaba para nada de humor en ese momento. Le estaban diciendo en su propia cara que su mate debía volver a la manada que lo había traicionado s
La brisa de la tarde sacudió el cabello de Clara. Delante de ella, el sol se escondía a lo lejos apagando la pradera. Era una imagen que había visto tantas, pero tantas veces que había perdido la hermosura de las primeras veces, pero que a la vez era tan cotidiano.Volver a como había vivido en su manada durante los últimos años, haciendo lo de siempre, centrada en su hijo ahora le resultaba extraño, más extraño de lo que imaginó. No se sentía igual. Y no le gustaba eso.Le encantaba pasar tiempo con su cachorro, entrenar con los demás lobos, recorrer sus terrenos de forma libre, pero el vacío que se había instalado dentro de ella con el paso de los días y que iba creciendo era muy doloroso.Extrañaba a Dixon y a Ethan más de lo que se imaginó. Los necesitaba a su lado y cada parte de ella reclamaba por eso.El plazo pactado había sido de un mes, pero parecía tan poco y a la vez tanto tiempo. Quería que el tiempo corriera y como había soñado una y otra vez, que los vería corriendo en
¿Qué había ocurrido?¿Cómo habían vuelto tan rápido?¿Todo estaba bien?Eran preguntas que corrían efímeramente en la cabeza de Clara, pero acaso ella tenía mente para eso. No. El calor del celo y el olor de sus mates era lo único que la llenaba y eso era lo importante ahora. Incluso su nuca estaba ligeramente hinchada y enrojecida allí donde estaba su glándula y los labios de Dixon estaban sobre ella mordisqueando deliciosamente, sacando gemidos de ella que quedaban atorados en la boca de Ethan.En ese momento Clara no sabía dónde comenzaba uno y terminaba el otro. Su cuerpo temblaba y estaba caliente, tanto que dolía. Un gemido doloroso salió de sus labios.-Shhh, tranquila- la consoló Dixon detrás de ella. Sus manos pegadas a su cadera la mantenían firme mientras él se restregaba contra sus nalgas. La erección de él tenía un desastre formado sobre sus montículos debido a la excitación y el presemen que salí.Su vientre igual dado Ethan que sostenía su rostro por las mejillas y devo
El lobo rubio se mantuvo se rodillas y agarrando la mano de Clara tiró de ella. La loba se dejó llevar. Sus rodillas se doblaron sin fuerzas y cayó a horcajadas sobre él. Su loba estaba en un celo fuerte. Apenas tenía conciencia de su misma y de los estímulos que la azotaban, por lo que la responsabilidad de ella estaba en sus manos. Debían ser cuidadosos durante todo el proceso.Ethan se dejó caer por completo en el suelo con la loba sobre él.-Entra tu primero, para que la incomodidad sea menos y después lo haré yo, pero no te demores mucho- había exigencia en su voz y recibió un gruñido por parte de Dixon.El lobo se arrodilló detrás de Clara y agarró su cadera. Él lo haría por detrás por lo que debía ser mucho más cuidadoso para que su loba solo sintiera placer. Mientras tanto Ethan llevó su boca a uno de los senos de ella y comenzó a chuparlo para ayudar con la excitación.Dixon agarró su miembro y extendió el líquido preseminal por toda la extensión de su miembro y lo puso justo
Un quejido agudo se escuchó desde afuera y los tres lobos se erizaron. Ethan estaba pálido esperando fuera de la habitación. Por su parte Dixon tenía cargado sobre un brazo a Fenrir que estaba temblando de los nervios.Quién les hubiera dicho a ellos que, a solo un año de completar el enlace con su mate, esta estaría teniendo un parto en ese momento. Y ellos más aterrados de que le pasara algo, no podían estar.Dixon parecía el más tranquilo de los tres, pero nada más lejos de la realidad. Pensar que a Clara le ocurriese algo era lo que más miedo le daba.Había sido lindo verla con su pancita creciendo día a día hasta que se hizo hasta incómoda para ella moverse, como dormía entre ellos para buscar su calor y comodidad y lo mejor de todo es como olía. Tan dulce que derretía.Pero el proceso del parto era algo aterrador.De pronto un último quejido peor que los anteriores y después un silencio. Los dos lobos junto a Fenrir que apretaba con fuerza el cuello de Dixon se quedaron quietos.
Salvaje, era la denominación que se le otorgaba a un lobo cuando dejaba la manada, por voluntad propia o desterrado. Aquel que se sometía a su instinto, a su naturaleza y era simplemente eso… un animal salvaje de ojos rojos, uno más fuerte, más decidido, sin sentimientos, uno que era capaz de infundir miedo hasta a un mismo alfa***Las manos se desplazaban por su cuerpo desnudo y saciado, no eran dos, no eran tres, eran cuatro y acariciaban cada zona sobre estimulando cada sensible nervio. Los alimentos calientes a cada lado de su rostro y la calidez que tanto ansiaba y deseaba la envolvía. Las dos marcas palpitaban deliciosamente a cada lado de su cuello dado la cercanía de sus parejas, de sus lobos, de sus alfas.-Eres mía--Eres mía--Eres nuestra- declararon esos dos lobos abrazando a la mujer de ojos rojos con una sonrisa de satisfacción en sus labios.Clara abrió los ojos, después de tener un extraño, abrumador, pero acogedor sueño, encontrando la misma oscuridad que la había a
«Muévete»«Muévete»«Muévete»Clara se ordenaba una y otra vez, pero era inútil, sus patas temblaban aferrándose a la tierra bajo ellas y sus orejas estaban casi desapareciendo encima de su cráneo. La presencia que se acercaba a su ser era potente, fuerte, con un olor a sangre que lo cubría completamente que casi la hizo estremecerse de terror. Odiaba ese olor, lo detestaba, le recordaba las veces en que su cuerpo había sido castigado y esta corría por su piel y terminaba bajo ella como un pegajoso charco.Apretó los dientes dentro de su hocico hasta que casi le dolió, pero no pudo evitar que de este saliera un gemido lastimero. El lobo se detuvo un momento y alzó la cabeza como si ese sonido le hubiera llamado la atención. Para ese momento, los rayos del sol se filtraban por las hojas altas de los árboles e iluminaban su cuerpo, así como el denso pelaje totalmente negro azulado del inmenso animal, donde los dos orbes dorados, grandes y amenazantes resaltaban por encima de todo dándol