—Alhana, póntelo —ordena, Megan y no me muevo —¿Qué más da...? Es solo una noche. Déjate llevar, chica, vive un poco. —No puedo arriesgar mi trabajo por algo así, Megan —me rehúso y ella resopla —.Ese hombre nunca va a fijarse en alguien como yo, y menos a dedicarme nada de su tiempo. Mi amiga me vuelve a ofrecer el vestido de satén amarillo y pone los ojos en blanco cuando ve mi actitud negativa haciendo presencia en la situación. —Necesitas el dinero, salir de la ciudad con tu madre y su empresa es perfecta para ofrecerte ese beca, Alhy, arriésgate. ¿Qué puedes perder? > Trabajamos en un hotel de lujo para sobrevivir, y aunque no da para mucho, al menos paga los gastos y alguna que otra receta médica de mi madre. Ahora estamos de congreso, algo que sucede una vez por año y uno de los asiduos al evento tiene en sus manos la posibilidad de facilitarme la vida sin saberlo. Si el me diera un empleo en su empresa, algo así como de pasante y la posibil
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