—¿Quiénes son ustedes?
El hermano de mi amiga se hace con el control de las preguntas y mientras, el moreno de ojos verdes como los míos me sigue observando y a ratos mira la mano de Boris en mi cintura.Parece estar tan sorprendido como yo de estar frente a mi. Eso me crea un conflicto de teorías.
<<¿Si viene a reclamarme algo, debe saber quien soy?
O de lo contrario, a qué viene >>—Colin Slatham, ellos son mi seguridad.
Su poderosa voz me hizo estremecer y le ofreció la mano a mi amigo, que le devolvió el saludo con educación y también se presentó.
—Mi nombre es Boris Moore y soy el novio y representante legal de la señorita, ¿Qué se le ofrece, señor Slatham?
Le miré con sorpresa y aunque quizás podía entender que estuviera tratando de protegerme debido a que no conocía a aquellos hombres al que yo si conocía muy bien, al menos a uno de ellos, no quería que se confundiera otra vez con nuestra relación.
Sin embargo, con todo lo que me había ayudado tampoco podía dejarlo en ridículo desmintiendo lo que había dicho.Por otro lado, cuando levanto la mirada hacia Colin, me encanta su nombre por cierto, me observa indescifrable y de pronto, endureció todavía más su expresión y mirando de regreso a mi amigo dijo...
—La señorita es mayor de edad, y lo que me atañe con ella no pienso hablarlo con nadie más que con Alhana —dijo mi nombre con una pausa y me miró entonces,para luego proseguir —,nos conocemos lo suficiente como para que ella sepa que puede confiar en mí. Solo hablaré con ella, y les aseguro a ambos que es de suma importancia.
Mis cejas se acercaron en gesto de inquietud.
Había pensado que venía por cumplir con su primer interés de pagarme asquerosamente por lista supuestos servicios; pero su manera de llevar la situación distaba mucho de ser esa la razón.Podía leerse entre líneas que no esperaba verme, y que ni siquiera sabía mi nombre, tema que quedó bastante claro por su asombro cuando lo escuchó de mis propios labios, lo que significaba que no me había buscado por motivos personales, sino por algo que la verdad no me interesaba más allá de lo que picaba en mi curiosidad.
Así que entonces, apunté borde...
—Ahora no tengo tiempo, señor Slatham —apretó la mandíbula cuando dije su apellido de forma fría —.Tengo un asunto de vital importancia que tratar y no puedo posponerlo. Deje su teléfono y le llamaré cuando tenga tiempo.Traté inmediatamente de avanzar hasta mi casa, y su mano atrapó una de mis muñecas y otra vez me estremecí.
¡Cuerpo traicionero del demonio!Él me rozaba y yo no sé en qué dimensión entraba que solo podía reaccionar de forma exagerada a su cuerpo. Era algo inexplicable pero evidente y no solo yo lo notaba.
—¡Suéltela!
Boris reaccionó enseguida, tratando de liberarme de su agarre y los dos enormes hombres que acompañaban a Colin lo tomaron de la chaqueta y le pusieron contra la pared.
Inmediatamente me ví siendo arrastrada hacia el cuerpo del que fue mi amante de una noche y me susurró al oído, mientras me aferraba a él presionando mi cintura...
—Es muy importante lo que tengo que decirte, Alhna por favor, no me obligues a llevarte a la fuerza. Ven conmigo, será solo un momento y ya luego te prometo que puedes irte donde quieras con... ese hombre.
A pesar de que no podía dejar de pensar en su m*****a mirada sobre mí, esa barba incipiente perfectamente alineada a su mandíbula poderosa y perfilada con extrema exquisitez y los labios, Oh Dios, los labios que recordaba suaves y llenos contra los míos, sabía que detrás de mí estaba mi amigo siendo arrinconado por dos hombres que seguían ordenes de un tío que no se iría de allí sin hablar conmigo. No así de fácil. Incluso yendo contra mis propias ideas y todo lo que tenía por hacer, concluí...—De acuerdo. —Me salió como en un susurro.
Nos sostuvimos la mirada unos segundos más y cuando sus labios dejaron escapar un jadeo cercano a los míos, él mismo rompió el contacto dejándome un poco aturdida.Su proximidad se me hacía un tanto necesaria y no podía entender el por qué. Era como una fuerza de la naturaleza. Algo dentro de mis venas le reconocía y daba miedo, mucho miedo cuando se mostraba en su total intensidad. Era como si los dos tuviésemos un vínculo indisoluble que no teníamos manera de justificar.
O eso creía yo, en ese momento.—Suéltenlo.La orden de Colin fue clara y sus hombres le obedecieron. Mi amigo se ajustó el traje y metió los dedos en su pelo rubio oscuro para arreglar un poco el desaliño al que lo habían sometido y me buscó enseguida con sus ojos grises y preocupados. Era menos alto que Colin pero igual de impetuoso.Solo que no me provocaba lo que aquel desconocido había conseguido en un solo encuentro previo a este.—Dime que no vas a irte con él, por favor —mi amigo me apartó hacia una esquina y cuestionó temeroso.
—Iré en un rato a verte a tu oficina, ¿ vale? — le tomé el rostro entre mis manos para infundir calma a su nerviosa apariencia —luego te explico.
Negó soltando un suspiro demasiado contenido y me abrazó bajo la mirada de los otros. —No me gusta ese tío, Alhana —le miró por encima de mi hombro —. No tiene porqué irte a hablar nada con un desconocido.—No es un desconocido, Boris —balbuceé soltándome del todo de su dominio —. Tengo algo que cerrar con él y aprovecharé esta oportunidad. Nos vemos más tarde.
—¿Seguro que le conoces? —inquirió arrugando el entrecejo.
—Sí, y Megan también. Si te quedas más tranquilo puedes llamarla y preguntarle por el cliente del congreso en el hotel. Ella sabe quien es a la perfección. Confía en mí. Estaré bien.
Asintió soltando un suspiro de resignación y me besó las dos manos antes de irse.
Le echó una última mirada a todos y subió al coche para cerrar la puertas de un fuerte golper y salir de allí derrapando.
Inspiré profundamente y cuando me dí la vuelta, le tenía pegado a mi espalda. Casi tropiezo con su boca.
Puse una mano en su pecho para apartarlo de mí y busqué a tientas las llaves de mi casa en el bolso.—Vamos dentro.—Preferiría que habláramos en mi auto.—En mi casa o no lo hacemos, Señor Slatham —arqueó una ceja cuando entendió que no pensaba tutearle —.No voy a ir a ningún lado, tengo algo importante que hacer y esta es mi manera de seguir teniendo el control de mi día. Aquí o nada.Subieron y bajaron de golpe los hombros dentro de su caro traje negro con corbata y camisa negra, parecía tan de luto como yo, y me siguió cuando le pasé por el costado para abrir la puerta de mi casa.Cuando giré la llave en la cerradura, sentí una opresión en el pecho y creí empezar a llorar allí mismo, pero me contuve y empujé la puerta haciéndome a un lado para que él pasara.
Cada vez que me respiraba cerca, me daba taquicardia. Podría jurarlo. Era lo más intenso que había vivido jamás. Y sabía que él lo sentía también porque le notaba respirar agitado y en más de una ocasión reprimir jadeos.Cerré la puerta y lo vi mirar mi casa, dando vueltas alrededor del salón. Era una casa bonita, y muy cuidada. Mamá siempre buscaba la manera de mantenerla y durante años fue nuestro templo y único bien. Ahora se sentía vacía y sola. Casi sin vida como estaba ella, pero no podía dejar que eso me afectara en este momento, necesitaba aclarar la visita de Colin y seguir con mi vida.
—Es una casa hermosa —dijo él con las manos en los bolsillos girando hacia mí.
—¡Gracias!—¿No tienes hermanos, tu mamá... alguien más? —su pregunta me entristeció.Tragué en seco y negué, reprimiendo las ganas de llorar. No quería seguir entregándole sentimientos a él. Ya bastante me había hecho desarrollar en una noche, no quería que se adueñara de cada fibra de lo más profundo de mí.
—Solo yo..., vas a decirme ya a qué has venido.
Me miró por unos segundos en silencio. Toda su mirada pasando por mi cuerpo, haciéndome sentir desnuda otra vez y en sus manos aquella noche con él entrando y saliendo de mi interior. Llevándose mis gritos en sus mordidas y mis suspiros en sus gemidos con mi nombre al viento.
—No sé como hacerlo. Yo...Avanzó hasta mí y nos quedamos quietos. Sus manos tomaron las mías, las alzaron entee los dos y acariciaron mis dedos, nudillos y palma con una delicadeza que no esperaba.—Mi padre ha muerto... —comenzó a decir y me sentí empática.
Lo dijo de una forma extraña y pensé que aunque no conocía al señor y no sabía hasta qué punto podría eso tener algo que ver con su visita, dije...
—Lo siento.Nuevamente negó con su cabeza y parecía que sufría cada segundo que pasaba.
Lo siguiente que dijo estropeó todas y cada una de las fibras de mi ser y mi vida entera también.
—Te ha contemplado en su testamento y las cosas que ha dicho han dejado claro para mí, que al parecer somos hermanos...3 Colin Slatham Una vez al año se realiza el congreso de arquitectura y no puedo dejar de asistir. Todos cuentan con mi presencia allí y aunque en esa ocasión mi padre estaba muy enfermo, él mismo me motivó a ir. Fueron seis días de trabajo y el último, la cena de cierre con su posterior fiesta. Allí, la conocí a ella. No sé si fue una alucinación mía, o su belleza la que me encandiló tanto que no pude ver nada más durante la cena y la perseguí por todo el evento hasta que la tuve entre mis brazos y la hice mi mujer durante toda la noche, pero el caso es que no he podido sacarla de mi sistema desde entonces. Esa noche estaba demasiado prendado por su belleza poco habitual y la manera tierna y hasta inocente en que se dejaba hacer por mí. No fui consciente de su inocencia hasta que no amaneció al día siguiente y entendí que me la había jugado. Busqué mientras ella dormía entre sus cosas y encontré un pin de camarera del hotel. Solamente tenía su apellido en él y al ver que
4 —No voy a permitirlo —dispone como si tuviera todo el derecho. Le miro en gesto instantáneo y molesto y frunce el ceño...desafíandome. —No eres nada mío, Colin y aunque lo fueras, no tienes ni tendrías el derecho a disponer de mi vida. No te debo explicaciones ni obediencia. Me siento en el brazo del sofá y suspiro cansada pensando en cómo pudo mi mamá hacer algo así. —Si tu noviecito fuese tan generoso, ya te habría pagado las deudas de hospital —comenta y le miro asombrada mientras se sienta en el sofá —sin embargo aquí estás, pensando hipotecar una casa que no te pertenece para cubrí tus gastos. Y eso hace que me percate de que tiene razón. Él dijo que la casa estaba bajo escrituras firmadas por su padre, por lo tanto no soy la heredera del inmueble así que no puedo venderlo o tomar desición alguna sobre el y lo que es peor aún, no tengo casa en la que quedarme.Estoy en la calle. —Pues, que bien todo —ironizo —y tú, que caballero —le reclamo viéndolo sentado delante de
5 Increíblemente el sistema de genética de aquel sitio iba rápido. Los resultados no tardaron más de una hora en estar disponibles y todo aquel tiempo en espera, Colin no paraba de mirarme. Habíamos tomado asiento uno frente al otro divididos por una mesa de cristal en forma de hoja y podía notar, incluso con ese pequeño obstáculo de por medio, como él me miraba desde las piernas hasta los ojos y vuelta a empezar... me ponía muy nerviosa su intensidad. Ahora sin embargo, con los resultados entre mis dedos, sus ojos asustados conectando con los míos y el corazón latiendo apresurado pidiendo por favor que no seamos hermanos, los nervios se deben a esa otra circunstancia que definirá muchas cosas en mi vida... El jodido ADN. Cuando fui a abrir el sobre, me de tuvo su repentino acercamiento y sus manos cayeron sobre las mías al tiempo que se sentaba a mi lado, girando su rostro hacia el mío. —¡Por favor, no lo abras! La súplica me llegó como la había hecho, casi en un quejido y nos
Incluso con la puerta abierta, casi al poner un pie en el suelo me detuve debido a la extraña situación en la que me puso aquel mensaje.Nuevamente cerré y me reacomodé en el asiento, guardé el móvil y disimulé mis nervios porque necesitaba pensar antes de actuar.Miré a mi alrededor y no vi a nadie que pudiera saber lo que hacíamos allá dentro y entonces pensé que tal vez el auto tuviera micrófonos. Estaba perdiendo la perspectiva. —¿Qué ha pasado? —Colin me tomó de una mano llamando mi nerviosa atención —agradezco que te quedes pero parecías a punto de irte antes. ¿Qué ha cambiado?—¿Podemos ir a algún lugar abierto?¿ No sé, un parque o algo así ?—¿Quieres decirme qué te pasa?Casi parecía que discutiéramos pero es que la situación era un poco improvisada. No sabía muy bien que decir para justificar mis actos y aún no decidía si contarle lo del mensaje amenazante. En el fondo no nos conocíamos. Podía haber sido planeado todo por él, para que aceptara quedarme pero la verdad no
—¿Tú no dijiste que había un mandato de tu padre que tenías que respetar? —murmuré rozando sin intención sexual sus labios con los míos mientras hablaba y acomodaba mis palmas en su rostro —¿No fue ese el argumento que usaste para tenerme a tu lado y asumir mis deudas?Sus manos bajaron por mi silueta e iban haciendo cada vez más presión en el camino a mis caderas y parecía que mis palabras le dolían de alguna manera pero no podía evitar decirlas.Me aferraba al cuello de su camisa. Me quería aferrar a todo él y que me sostuviera para siempre. A pesar de tener una prueba de ADN negativa, y saber que no éramos nada más que amantes furtivos de una noche memorable, algo me detenía de entregarme del todo a aquella locura y uno de los dos necesitaba hacer acopio de toda la frialdad que pudiera conseguir dentro de aquella candente escena y situación, para tratar de conciliar algo con un poco de sentido.Por algo que aún no sabíamos el padre de Colin había hecho lo que había hecho y muy a
La habitación que me habían preparado era hermosa, muy fresca y con vistas a un jardín de la zona lateral de la casa que tenía unos rosales que me perfumaban la estancia con delicadeza.Finalmente había aceptado quedarme, tampoco es que tuviera muchas opciones y Colin prometió mantener la distancia, teniendo en cuenta que viviríamos juntos.No es que yo no le desee o que no sepa que soy libre para amarlo teniendo en cuenta que no somos más que amigos, pero permitirme una historia de amor con él, en este justo momento sería un poco agresivo.Pareceríamos marido y mujer y no lo somos. Extraño a mi madre. Miro por la ventana y la nostalgia se apodera de mí. Ella era tan cálida, tan buena y siempre encontraba las palabras perfectas para hacerme sentir bien y consolarme cuando sufría que ahora que no la tengo siento que no podré encontrar paz en los brazos de nadie nunca más. Pienso en lo rápido que se fue. Lo poco que me duró y lo mucho que la echaré de menos y entonces, como si fuera
Algo frío está contra mi espalda desnuda. Siento que me muevo sobre alguna especie de material duro. Frío.—Cuiden de ella por favor.Esa es la voz de Colin. Puedo reconocerla entre miles.¿Qué ha pasado?—¿Es usted familiar de ella? —alguien desconocido pregunta —En sus papeles pone señorita. O sea que no está casada —el extraño matiza.—Todavía —discrepa él y responde altivo —. Voy a hacerla mi mujer pronto.Los ojos se me abren de pronto y los arrugo tratando de llevarme una mano a la frente por la molesta luz que me recibe; pero algo me lo impide y lo que sea que me lleva se detiene.—Señorita, ¿Está usted bien? —gritan en mi oído y me estremezco. Tengo algo en la muñeca y siento que me tocan.¿Qué está pasando aquí?—No. No lo estoy y por favor no grite —mi voz sale ronca y boto la garganta áspera. Me duele mucho la cabeza y no sé dónde diablos estoy. No puedo decir que esté bien.—Mi amor, mírame. Vamos a cuidar de tí y estarás muy bien..., mi vida.¿Mi amor?...¿Mi vida?Colin
No sé que hacer.Siento que los "No sé ", se están volviendo un mantra en mi vida.Podría inventarme una excusa y desviar la atención hacia otra cosa pero en el fondo y viendo lo que ha pasado creo que debemos unir fuerzas para mantener a salvo nuestra integridad y descubrir quien demonios va a por nosotros.Quizás él tenga algún enemigo que pueda venir a cuento, o no sé. Ya ni sé que pensar.—Busca en mi móvil el mensaje —prefiero que lo vea él por si mismo y así me ahorro las explicaciones. Enseguida mete la mano dentro de su pantalón y saca mi teléfono. No tengo tiempo de cuestionarlo por tener un objeto tan personal y tan importante que me pertenece, en su dominio puesto que brama irritado...—¡¿Pero, que cojones es esto?! —Pone el móvil frente a mí y repite...—¿Que es esto?¿Desde cuándo lo sabes?—Desde que intenté bajarme de tu auto y me amenazaron con eso —explico resbalando por mi almohada, estoy cansada —. Lo que más me perturba de todo, es que quien lo envió sabía lo que