—Alhana, póntelo —ordena, Megan y no me muevo —¿Qué más da...? Es solo una noche. Déjate llevar, chica, vive un poco. —No puedo arriesgar mi trabajo por algo así, Megan —me rehúso y ella resopla —.Ese hombre nunca va a fijarse en alguien como yo, y menos a dedicarme nada de su tiempo. Mi amiga me vuelve a ofrecer el vestido de satén amarillo y pone los ojos en blanco cuando ve mi actitud negativa haciendo presencia en la situación. —Necesitas el dinero, salir de la ciudad con tu madre y su empresa es perfecta para ofrecerte ese beca, Alhy, arriésgate. ¿Qué puedes perder? > Trabajamos en un hotel de lujo para sobrevivir, y aunque no da para mucho, al menos paga los gastos y alguna que otra receta médica de mi madre. Ahora estamos de congreso, algo que sucede una vez por año y uno de los asiduos al evento tiene en sus manos la posibilidad de facilitarme la vida sin saberlo. Si el me diera un empleo en su empresa, algo así como de pasante y la posibil
1 Dos semanas después... —!Mamá, no estoy lista!—sollozo sobre sus piernas. La pena me consume. Mis lágrimas queman mi rostro mientras observo a mi madre morirse. ¿Es que podría en algún momento estar lista para verla morir? El cáncer no ha permitido que siga disfrutando de tenerla conmigo y es lacerante el dolor que me provoca. Mientras pierdo a mi madre, aguantada a su mano arrugada por tantas sesiones de quimioterapia, soy consciente de lo sola que me quedo. De lo sola que mi madre siempre vivió por culpa de la ausencia de mi padre y de lo gris que puede ser la vida cuando no hay nadie que te acompañe y sea, esa medicina contra la crueldad del destino que a veces necesitamos para poder seguir. Llevo tiempo tratando de trabajar el doble para poder pagar todo lo que se nos acumula entre facturas. Meses en los que intentaba buscar una solución para recuperar mis intenciones de seguir los estudios de administración de empresas pero es que sin dinero, llena de deudas, medicinas p
2 No sabía lo que pasaba.No entendía la actitud posesiva de Boris, ni la presencia de aquellos hombres en la puerta de mi casa. Sin embargo, lo que no podía dejar de mirar y sentir, era la postura recta y dura de aquel hombre con el que había pasado la noche más increíble de mi vida, que luego se convirtió en la más deprimente.Sin nombres ni despedidas, pero con mucho derroche de una pasión ensombrecida por sucesos tan inesperados como insultantes. —¿Quiénes son ustedes? El hermano de mi amiga se hace con el control de las preguntas y mientras, el moreno de ojos verdes como los míos me sigue observando y a ratos mira la mano de Boris en mi cintura. Parece estar tan sorprendido como yo de estar frente a mi. Eso me crea un conflicto de teorías. > —Colin Slatham, ellos son mi seguridad. Su poderosa voz me hizo estremecer y le ofreció la mano a mi amigo, que le devolvió el saludo con educación
3 Colin Slatham Una vez al año se realiza el congreso de arquitectura y no puedo dejar de asistir. Todos cuentan con mi presencia allí y aunque en esa ocasión mi padre estaba muy enfermo, él mismo me motivó a ir. Fueron seis días de trabajo y el último, la cena de cierre con su posterior fiesta. Allí, la conocí a ella. No sé si fue una alucinación mía, o su belleza la que me encandiló tanto que no pude ver nada más durante la cena y la perseguí por todo el evento hasta que la tuve entre mis brazos y la hice mi mujer durante toda la noche, pero el caso es que no he podido sacarla de mi sistema desde entonces. Esa noche estaba demasiado prendado por su belleza poco habitual y la manera tierna y hasta inocente en que se dejaba hacer por mí. No fui consciente de su inocencia hasta que no amaneció al día siguiente y entendí que me la había jugado. Busqué mientras ella dormía entre sus cosas y encontré un pin de camarera del hotel. Solamente tenía su apellido en él y al ver que
4 —No voy a permitirlo —dispone como si tuviera todo el derecho. Le miro en gesto instantáneo y molesto y frunce el ceño...desafíandome. —No eres nada mío, Colin y aunque lo fueras, no tienes ni tendrías el derecho a disponer de mi vida. No te debo explicaciones ni obediencia. Me siento en el brazo del sofá y suspiro cansada pensando en cómo pudo mi mamá hacer algo así. —Si tu noviecito fuese tan generoso, ya te habría pagado las deudas de hospital —comenta y le miro asombrada mientras se sienta en el sofá —sin embargo aquí estás, pensando hipotecar una casa que no te pertenece para cubrí tus gastos. Y eso hace que me percate de que tiene razón. Él dijo que la casa estaba bajo escrituras firmadas por su padre, por lo tanto no soy la heredera del inmueble así que no puedo venderlo o tomar desición alguna sobre el y lo que es peor aún, no tengo casa en la que quedarme.Estoy en la calle. —Pues, que bien todo —ironizo —y tú, que caballero —le reclamo viéndolo sentado delante de
5 Increíblemente el sistema de genética de aquel sitio iba rápido. Los resultados no tardaron más de una hora en estar disponibles y todo aquel tiempo en espera, Colin no paraba de mirarme. Habíamos tomado asiento uno frente al otro divididos por una mesa de cristal en forma de hoja y podía notar, incluso con ese pequeño obstáculo de por medio, como él me miraba desde las piernas hasta los ojos y vuelta a empezar... me ponía muy nerviosa su intensidad. Ahora sin embargo, con los resultados entre mis dedos, sus ojos asustados conectando con los míos y el corazón latiendo apresurado pidiendo por favor que no seamos hermanos, los nervios se deben a esa otra circunstancia que definirá muchas cosas en mi vida... El jodido ADN. Cuando fui a abrir el sobre, me de tuvo su repentino acercamiento y sus manos cayeron sobre las mías al tiempo que se sentaba a mi lado, girando su rostro hacia el mío. —¡Por favor, no lo abras! La súplica me llegó como la había hecho, casi en un quejido y nos
Incluso con la puerta abierta, casi al poner un pie en el suelo me detuve debido a la extraña situación en la que me puso aquel mensaje.Nuevamente cerré y me reacomodé en el asiento, guardé el móvil y disimulé mis nervios porque necesitaba pensar antes de actuar.Miré a mi alrededor y no vi a nadie que pudiera saber lo que hacíamos allá dentro y entonces pensé que tal vez el auto tuviera micrófonos. Estaba perdiendo la perspectiva. —¿Qué ha pasado? —Colin me tomó de una mano llamando mi nerviosa atención —agradezco que te quedes pero parecías a punto de irte antes. ¿Qué ha cambiado?—¿Podemos ir a algún lugar abierto?¿ No sé, un parque o algo así ?—¿Quieres decirme qué te pasa?Casi parecía que discutiéramos pero es que la situación era un poco improvisada. No sabía muy bien que decir para justificar mis actos y aún no decidía si contarle lo del mensaje amenazante. En el fondo no nos conocíamos. Podía haber sido planeado todo por él, para que aceptara quedarme pero la verdad no
—¿Tú no dijiste que había un mandato de tu padre que tenías que respetar? —murmuré rozando sin intención sexual sus labios con los míos mientras hablaba y acomodaba mis palmas en su rostro —¿No fue ese el argumento que usaste para tenerme a tu lado y asumir mis deudas?Sus manos bajaron por mi silueta e iban haciendo cada vez más presión en el camino a mis caderas y parecía que mis palabras le dolían de alguna manera pero no podía evitar decirlas.Me aferraba al cuello de su camisa. Me quería aferrar a todo él y que me sostuviera para siempre. A pesar de tener una prueba de ADN negativa, y saber que no éramos nada más que amantes furtivos de una noche memorable, algo me detenía de entregarme del todo a aquella locura y uno de los dos necesitaba hacer acopio de toda la frialdad que pudiera conseguir dentro de aquella candente escena y situación, para tratar de conciliar algo con un poco de sentido.Por algo que aún no sabíamos el padre de Colin había hecho lo que había hecho y muy a