—Alhana, póntelo —ordena, Megan y no me muevo —¿Qué más da...? Es solo una noche. Déjate llevar, chica, vive un poco.
—No puedo arriesgar mi trabajo por algo así, Megan —me rehúso y ella resopla —.Ese hombre nunca va a fijarse en alguien como yo, y menos a dedicarme nada de su tiempo.Mi amiga me vuelve a ofrecer el vestido de satén amarillo y pone los ojos en blanco cuando ve mi actitud negativa haciendo presencia en la situación.
—Necesitas el dinero, salir de la ciudad con tu madre y su empresa es perfecta para ofrecerte ese beca, Alhy, arriésgate. ¿Qué puedes perder?<<¿La virginidad por ejemplo?>>
Trabajamos en un hotel de lujo para sobrevivir, y aunque no da para mucho, al menos paga los gastos y alguna que otra receta médica de mi madre.
Ahora estamos de congreso, algo que sucede una vez por año y uno de los asiduos al evento tiene en sus manos la posibilidad de facilitarme la vida sin saberlo.
Si el me diera un empleo en su empresa, algo así como de pasante y la posibilidad de obtener la beca que ofrecen, mi vida podría mejorar.
Sin embargo mi amiga me motiva a ponerme el vestido que dejó olvidado una cliente del hotel antes de irse, asistir a la cena de la noche como si fuera una chica más y no una vulgar camarera, (Todo eso esperando que nadie me reconozca), y luego acercarme a él para suplicar de manera sibilina, que me de un cupo en sus vacantes.
Pero él y yo, ya nos hemos visto antes y sé que es un play boy que sabe muy bien ganarse a una mujer y ponerme en riesgo, es peligroso teniendo en cuenta que a mis veintiún años, ningún hombre me ha tocado. No he tenido el tiempo ni la intención de hacerlo.
—Puedo perder el trabajo, Megan —cambio mi anterior idea —,si alguien me descubre.
—No lo harán. —Establece ella con convicción —Yo estaré al tanto de todo y es tu noche libre. Nadie lo sabrá y de paso disfrutas un poco de la vida que tanta hermosura se está perdiendo en esta austeridad en la que navegas, querida mía.
No puedo evitar reírme porque ella es única. Tiene mi edad, los ojos oscuros detrás de un rostro angelical y cabello oscuro, que aunque parezca ser más lanzada que yo, su corazón le pertenece a mi otro amigo ,Boris, al que no se atreve ni a mirar a los ojos.La miro con ojitos convencidos y ella sonríe entendiendo que ese hombre sexy al que me voy a arriesgar a acercarme, es la única forma que veo de conseguir un poco de mis sueños y estoy entrando a cumplir con el plan que la muy pícara ha trazado para mí.Así es como horas más tarde, estoy en plan cenicienta, infiltrada en una cena como una cliente más del hotel, bailando con un hombre que no me ha dejado exponer nada de lo que tenía preparado porque parece tan seducido por mí, como yo por él.
(...)
—¡Quédate esta noche conmigo!
Sus palabras son un susurro que me acaricia la piel del cuello. Se acompañan de dos manos que giran en torno a mi cintura mientras bailamos en una pista atestada de personas que no reparan en la pasión que nos abruma a los dos en una zona oscura del elegante salón dónde bailamos y nos tentamos como... unos perfectos desconocidos. —Por favor —él me súplica al oído mientras me mueve contra su pecho al compás de la música suave de un elegante saxofón —, dime que sí. Regálame esta noche. Necesito un poco más de tí. Deja que adore tu cuerpo solo por esta noche. ¡Entrégate a mí!Me siento incapaz... incapaz de negarme.Le deseo.Me desea.Nos deseamos como dementes y ninguno puede disimularlo. Tampoco queremos hacerlo.Alzo la vista en busca de sus ojos y el impacto es brutal. Son tan verdes como los míos y su sonrisa cuando asiento, es un regalo de algún Dios que tuvo mucho arte en las manos cuando creó este hombre.
Me desarma y me encarcela en su mirada y su entrega a esta pasión. Me obliga a perderme en él.Me gira en sus brazos con rapidez y delicadeza y el roce de sus manos en mi espalda desnuda es eléctrico, apabullante... me doblega. Me pone a sus pies y le veo a los míos. Me siento perdida en sus manos, cerca suyo y oliendo su aliento en mi boca.Sonrio cuando noto que va a besarme y no soy capaz de estar lista para el impacto que sus labios suponen sobre los míos a mi pobre cuerpo, que no aguanta más de tanta seducción por un experto y hermoso espécimen de hombre.En su habitación me desviste como si tocara una rosa frágil y el contacto de sus manos en mi piel me derrite. Me regala una sensación tan extraña de mágico poder y me siento reclamada y adorada por un extraño al que solo le estoy dando una noche para entregarle todo lo que hay en mí y que separe con sus ansias, mi cuerpo de mi mente y me lleve a otro sitio, lejos de lo que tengo en el mío. Me derrite por dentro y exploto hacia afuera en sensaciones por un simple tacto. Él es un maestro de la pasión y yo me muero de ganas de aprender más. Sin importar lo que pase. Quiero estar con él y que él, se entregue a mí. Solo por esta noche.Me roza lentamente con los labios por toda la columna desnuda y los susurros de <<Te deseo tanto>> en mi oído, me enloquecen y gimo cuando la tela de mi vestido de satén amarillo cae al suelo y se enreda alrededor de mis tobillos dejándome sentirle detrás de mí, completamente vestido. Tocando mi piel con esmero y cuidado y dejando llamas de fuego allá donde acaricia.
Me carga como si fuera su esposa el día de la boda y me lleva a la cama, me deposita con cuidado, dejando besos a mis labios y cuando sus manos viriles sueltan los primeros botones de su camisa, no sé si aguantaré la presión que crece entre mis piernas cada vez que más y más piel va quedando a la vista.
—Dime tu nombre...
Él pide datos que no puedo darle. Y niego. Me arrodillo, me acerco al borde de la cama dónde se está devistiendo dolorosamente lento y le ayudo a deshacerse del resto obligándole a besarme. Hundo mis dedos en su pelo. Él gime. Yo jadeo y es cuando mi lengua se funde con la suya en un tórrido beso apasionado que siento apacigua a la fiera hambrienta de mis ganas y sus preguntas que no serán respondidas.
Lo que sucede después de ese beso, es demasiado increíble como para ser justa al describirlo. Me hizo promesas sobre encontrarme que sabía que nunca podría cumplir, pero que apreciaba oírlas y soñar que podía haber sido. Adoró mi cuerpo como si fuera un templo al que le practica algún tipo de religión y fue dejando que su piel y la mía cumplieran lentamente sus propios deseos. Fue mágico y casi de fantasía, pero fue mío, fuí suya y nos amamos como si nunca más pudiésemos hacerlo y sobre todo, como si nunca antes hubiésemos amado a nadie de esa manera.No se puede explicar la pasión que nos envolvía ni la velocidad a la que conectábamos nuestras almas, pero en ese momento... todo era perfecto porque éramos dos amantes incapaces de detener lo que sucedía, sin embargo cuando la pasión se extinguió, las cosas se tornaron distintas....—¡Vístete y sal de aquí!Me gruñó con ira al tiempo que se vestía y yo aferraba una sábana contra mi cuerpo desnudo viéndole sacar billetes de no sé ni cuantos dolares y soltarlos sobre las sábanas manchadas de mi virginal sangre.
—Debí suponer que eras como todas...¿ Cómo pude ser tan imbécil?Parecía que hablaba más consigo mismo que conmigo y me sentí herida, y además muy furiosa.Como pude salí de aquella cama y le encaré exigiendo...—¿Quien te crees que eres para tratarme como a una prostituta contratada?—Es evidente que tu intención de seducirme es para obtener dinero, pues ahí lo tienes. Te dejo tres mil dolares por tan buen servicio para una mujer inexperta...he oído que la virginidad es algo que se comercia mucho en estos días. Pero no esperes más de mí. Sal de aquí.
La alusión simplemente ha mis supuestas intenciones de vender algo tan importante como mi inocencia me lastimaron sobremanera y le abofeteé.Se quedó mirándome cinco segundos de más y cuando el peso de mirada era demasiado para soportar, retrocedí y me puse el vestido por encima tratando de que no obsevara mi desnudez y tomando mi bolso dije...—Eres peor de lo que pensé —abrí la puerta y desde allí concluí —. Espero no volver a verte en mi vida.
—Se te olvida el dinero, preciosa...Su intención de humillarme seguía en él y volviendo a darme la vuelta murmuré:—Tienes razón en parte de lo que dices—le concedo sin ánimos —, he venido aquí sabiendo que quería de tí, pero te aseguro que no era esto y puedes quedarte tu dinero. No lo necesito...Idiota arrogante.
Y ese día, justo luego de pronunciar esas palabras tuve la peor de las sensaciones y no conté con todo lo que estaba por venir, solo poco tiempo después.
Mi madre moriría dejándome un gran peso sobre los hombros y el hombre que tanto me humilló, se volvería el más complejo de los desafíos.El legado estaba por hacerse presente en nuestras vidas y ninguno de los dos imaginaba cómo.
1 Dos semanas después... —!Mamá, no estoy lista!—sollozo sobre sus piernas. La pena me consume. Mis lágrimas queman mi rostro mientras observo a mi madre morirse. ¿Es que podría en algún momento estar lista para verla morir? El cáncer no ha permitido que siga disfrutando de tenerla conmigo y es lacerante el dolor que me provoca. Mientras pierdo a mi madre, aguantada a su mano arrugada por tantas sesiones de quimioterapia, soy consciente de lo sola que me quedo. De lo sola que mi madre siempre vivió por culpa de la ausencia de mi padre y de lo gris que puede ser la vida cuando no hay nadie que te acompañe y sea, esa medicina contra la crueldad del destino que a veces necesitamos para poder seguir. Llevo tiempo tratando de trabajar el doble para poder pagar todo lo que se nos acumula entre facturas. Meses en los que intentaba buscar una solución para recuperar mis intenciones de seguir los estudios de administración de empresas pero es que sin dinero, llena de deudas, medicinas p
2 No sabía lo que pasaba.No entendía la actitud posesiva de Boris, ni la presencia de aquellos hombres en la puerta de mi casa. Sin embargo, lo que no podía dejar de mirar y sentir, era la postura recta y dura de aquel hombre con el que había pasado la noche más increíble de mi vida, que luego se convirtió en la más deprimente.Sin nombres ni despedidas, pero con mucho derroche de una pasión ensombrecida por sucesos tan inesperados como insultantes. —¿Quiénes son ustedes? El hermano de mi amiga se hace con el control de las preguntas y mientras, el moreno de ojos verdes como los míos me sigue observando y a ratos mira la mano de Boris en mi cintura. Parece estar tan sorprendido como yo de estar frente a mi. Eso me crea un conflicto de teorías. > —Colin Slatham, ellos son mi seguridad. Su poderosa voz me hizo estremecer y le ofreció la mano a mi amigo, que le devolvió el saludo con educación
3 Colin Slatham Una vez al año se realiza el congreso de arquitectura y no puedo dejar de asistir. Todos cuentan con mi presencia allí y aunque en esa ocasión mi padre estaba muy enfermo, él mismo me motivó a ir. Fueron seis días de trabajo y el último, la cena de cierre con su posterior fiesta. Allí, la conocí a ella. No sé si fue una alucinación mía, o su belleza la que me encandiló tanto que no pude ver nada más durante la cena y la perseguí por todo el evento hasta que la tuve entre mis brazos y la hice mi mujer durante toda la noche, pero el caso es que no he podido sacarla de mi sistema desde entonces. Esa noche estaba demasiado prendado por su belleza poco habitual y la manera tierna y hasta inocente en que se dejaba hacer por mí. No fui consciente de su inocencia hasta que no amaneció al día siguiente y entendí que me la había jugado. Busqué mientras ella dormía entre sus cosas y encontré un pin de camarera del hotel. Solamente tenía su apellido en él y al ver que
4 —No voy a permitirlo —dispone como si tuviera todo el derecho. Le miro en gesto instantáneo y molesto y frunce el ceño...desafíandome. —No eres nada mío, Colin y aunque lo fueras, no tienes ni tendrías el derecho a disponer de mi vida. No te debo explicaciones ni obediencia. Me siento en el brazo del sofá y suspiro cansada pensando en cómo pudo mi mamá hacer algo así. —Si tu noviecito fuese tan generoso, ya te habría pagado las deudas de hospital —comenta y le miro asombrada mientras se sienta en el sofá —sin embargo aquí estás, pensando hipotecar una casa que no te pertenece para cubrí tus gastos. Y eso hace que me percate de que tiene razón. Él dijo que la casa estaba bajo escrituras firmadas por su padre, por lo tanto no soy la heredera del inmueble así que no puedo venderlo o tomar desición alguna sobre el y lo que es peor aún, no tengo casa en la que quedarme.Estoy en la calle. —Pues, que bien todo —ironizo —y tú, que caballero —le reclamo viéndolo sentado delante de
5 Increíblemente el sistema de genética de aquel sitio iba rápido. Los resultados no tardaron más de una hora en estar disponibles y todo aquel tiempo en espera, Colin no paraba de mirarme. Habíamos tomado asiento uno frente al otro divididos por una mesa de cristal en forma de hoja y podía notar, incluso con ese pequeño obstáculo de por medio, como él me miraba desde las piernas hasta los ojos y vuelta a empezar... me ponía muy nerviosa su intensidad. Ahora sin embargo, con los resultados entre mis dedos, sus ojos asustados conectando con los míos y el corazón latiendo apresurado pidiendo por favor que no seamos hermanos, los nervios se deben a esa otra circunstancia que definirá muchas cosas en mi vida... El jodido ADN. Cuando fui a abrir el sobre, me de tuvo su repentino acercamiento y sus manos cayeron sobre las mías al tiempo que se sentaba a mi lado, girando su rostro hacia el mío. —¡Por favor, no lo abras! La súplica me llegó como la había hecho, casi en un quejido y nos
Incluso con la puerta abierta, casi al poner un pie en el suelo me detuve debido a la extraña situación en la que me puso aquel mensaje.Nuevamente cerré y me reacomodé en el asiento, guardé el móvil y disimulé mis nervios porque necesitaba pensar antes de actuar.Miré a mi alrededor y no vi a nadie que pudiera saber lo que hacíamos allá dentro y entonces pensé que tal vez el auto tuviera micrófonos. Estaba perdiendo la perspectiva. —¿Qué ha pasado? —Colin me tomó de una mano llamando mi nerviosa atención —agradezco que te quedes pero parecías a punto de irte antes. ¿Qué ha cambiado?—¿Podemos ir a algún lugar abierto?¿ No sé, un parque o algo así ?—¿Quieres decirme qué te pasa?Casi parecía que discutiéramos pero es que la situación era un poco improvisada. No sabía muy bien que decir para justificar mis actos y aún no decidía si contarle lo del mensaje amenazante. En el fondo no nos conocíamos. Podía haber sido planeado todo por él, para que aceptara quedarme pero la verdad no
—¿Tú no dijiste que había un mandato de tu padre que tenías que respetar? —murmuré rozando sin intención sexual sus labios con los míos mientras hablaba y acomodaba mis palmas en su rostro —¿No fue ese el argumento que usaste para tenerme a tu lado y asumir mis deudas?Sus manos bajaron por mi silueta e iban haciendo cada vez más presión en el camino a mis caderas y parecía que mis palabras le dolían de alguna manera pero no podía evitar decirlas.Me aferraba al cuello de su camisa. Me quería aferrar a todo él y que me sostuviera para siempre. A pesar de tener una prueba de ADN negativa, y saber que no éramos nada más que amantes furtivos de una noche memorable, algo me detenía de entregarme del todo a aquella locura y uno de los dos necesitaba hacer acopio de toda la frialdad que pudiera conseguir dentro de aquella candente escena y situación, para tratar de conciliar algo con un poco de sentido.Por algo que aún no sabíamos el padre de Colin había hecho lo que había hecho y muy a
La habitación que me habían preparado era hermosa, muy fresca y con vistas a un jardín de la zona lateral de la casa que tenía unos rosales que me perfumaban la estancia con delicadeza.Finalmente había aceptado quedarme, tampoco es que tuviera muchas opciones y Colin prometió mantener la distancia, teniendo en cuenta que viviríamos juntos.No es que yo no le desee o que no sepa que soy libre para amarlo teniendo en cuenta que no somos más que amigos, pero permitirme una historia de amor con él, en este justo momento sería un poco agresivo.Pareceríamos marido y mujer y no lo somos. Extraño a mi madre. Miro por la ventana y la nostalgia se apodera de mí. Ella era tan cálida, tan buena y siempre encontraba las palabras perfectas para hacerme sentir bien y consolarme cuando sufría que ahora que no la tengo siento que no podré encontrar paz en los brazos de nadie nunca más. Pienso en lo rápido que se fue. Lo poco que me duró y lo mucho que la echaré de menos y entonces, como si fuera