5. Guardia
Esta noche he decidido bajar la guardia, llamarlo había sido mi último recurso y había acudido a mi rescate asi que la desconfianza era innecesaria.Asentí con rapidez, recordé que no podía aparecerme en casa después de haber dicho que saldría con Ian y menos con estas pintas.Además si no puedo irme a casa poca opción había más. Había hoteles, por supuesto, pero no tengo dinero en efectivo y sabía cómo quedaría: una mujer registrándose sola después de haber entrado con un hombre en medio de la madrugada.Miro al señor Remington, Damián, con su elegante traje y su llamativo perfil, sus ojos gatunos observan la escena en silencio como si estuviera planeando algo maquiavelico. Él, igual de atractivo que siempre, en cualquier instante, mientras yo, sucia, pobre, miserable y con el corazón encogido.Me muerdo
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