¡No podía ser! Abril estaba histérica, indignada y genuinamente furiosa, sentía lágrimas descender por sus mejillas humedeciendo su rostro, pero nadie podía culparla por reaccionar de esa manera. Era una pesadilla, sí, eso tenía que ser mentira...No le podía estar sucediendo a ella, era una maldita fantasía, si tan solo era una era una niña, en qué cabeza cabría semejante locura ¿Cómo podría convertirse en madre, sin siquiera decidirlo? Maldijo su suerte, nunca esperó que al salir de ese club, su vida daría un giro de ciento ochenta grados. Esta era quizás la mayor locura de todas las épocas, porque ¿Desde cuándo era un peligro ingresar a una clínica y correr el riesgo de ser embarazada sin su consentimiento? ¡Mierda! Parecía el guion de una novela dramática y eso no era todo, no, sino que de acuer
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