Harta, exactamente así era como sentía, no había sido su semana, ni su mes, ni su año, todo le había salido terriblemente mal y se sentía al borde de una crisis nerviosa, esta vez, la desalojaban de su departamento, las deudas se habían acumulado y el banco, por supuesto, no podía seguir esperando, sus muebles ahora mismo, estaban en la banqueta fuera del edificio, las miradas comenzaban a amontonarse sobre ella y los cuchicheos no se hicieron esperar, algunos vecinos, realmente lamentaban lo que estaba pasando, otros, en cambio, encontraban bastante graciosa su situación, no disimulando sus risas ante la hermosa mujer en sus 25 que los miraba con rencor a cambio, Antonella Ferrara era una simple y totalmente ordinaria profesora de arte, sus ojos azules, casi agua marinos, amenazaban con derramar lágrimas de frustración ante la nueva desgracia que caía sobre ella, su cabello castaño se encontr
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