Las lágrimas caen cubriéndome el rostro mientras visualizo el féretro de mi abuela, se ha ido y dudo mucho que pueda aceptarlo algún día. Está adornado con bonitas flores alrededor, su foto descansa cerca de ella. Mi cabeza da vueltas, aún no puedo creer que mi padre no se digne a pasarse por aquí, es su madre. Y lo peor de todo ¿qué será de mi sin ella ahora? Era toda mi compañía, mis fuerzas para despertar cada mañana viviendo una vida que tal vez… no es la adecuada para mí. Froto mis dedos varias veces, no puedo ocultar lo inquieta que estoy y mis grandes deseos de pintar… deseo plasmar en un lienzo la última mirada que mi abuela me dedico antes de cerrar sus ojos para siempre. —No me dejes sola— susurro entre lágrimas pero ya es tarde, el hombre apaga la luz obligándome a salir de la capilla. Doy un largo suspiro y me pongo de pie.
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