La tenue luz parpadeante iluminaba el pequeño departamento barato. Natasha llevaba horas tirada sobre el sofá de segunda mano que había conseguido a sólo cincuenta dólares en una tienda de segunda hace unos cuantos meses y apenas se lo habían entregado. A pesar que el sofá era duro y antiguo le funcionaba a la perfección para seguir llorando como lo había estado haciendo desde que había llegado del trabajo.Cada lágrima representaba un recuerdo y una palabra dolorosa que había recibido en su vida: ¡No podrás lograrlo!, debería darte vergüenza creer que podrás hacerlo, ríndete maldita inservible, ¿Crees que una mocosa como tú podrá lograrlo?, siempre lo arruinarás, recuerda que no sirves para nada, solo eres una huérfana más, mírate en un espejo y aprende tu lugar. Esas eran las palabras que siempre escuch&o
Leer más