–¡Tú sabes quién soy yo, Jared Walker! – le grito.El hombre no me responde, por el contrario, sigue con su camino como si nada, como si mi presencia fuera imaginaria, o peor aún, como si yo estuviera loca. Él hace el intento de entrar en el baño debajo de la escalera.Si, en mi casa hay un baño debajo de la escalera, es pequeño, parece un cubículo y si no tienes cuidado puedes darte un golpe contra la pared, básicamente se reduce a una taza y un lavamos que en realidad parece construido para una familia de hobbits, aun asi, Jared planea entrar, lo que me indica que está huyendo de mí.¡Desgraciado! ¡Cobarde! E idiota.El chico abre la puerta del baño, pero yo la vuelvo a cerrar con la palma de mi mano, enseguida el ardor del golpe me recorre todo el brazo, pero yo lo ignoro.–Eso suena a que dolió mucho – se burla de
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