Narra AnnaAnna, ese es mi nombre. No se me acerquen, soy la peste. Atraigo la mala suerte, me rodea la muerte y la soledad. Vivir no vale la pena, al menos yo, no he encontrado aún ese qué sé yo, que me haga levantarme cada mañana.¿Era demasiado joven para ser tan sarcástica y amargada? Pensaba mientras caminaba por la calle, sin importarme realmente que era más de medianoche, ni que mi vida podía estar en peligro. Bueno, a decir verdad, nunca fui una de esas personas preocupadas realmente por su propia seguridad. Odiaba mi vida, nunca había buscado suicidarme, pero si un auto me arrollaba, bienvenida la muerte entonces, pensaba.¿Y quién me extrañaría? Realmente, era joven para estar tan sola, pero si nadie me quería pues no podía hacer nada. No crean que no he tratado de ser sociable, pero saben, a veces con mis compañeros de trabajo nos bebemos una copa al acabar el día. Trato de opinar en las conversaciones, pero nada más empezar a hablar y me ignoran, me levanto y me marcho y no
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