Es tu deber

Me pide que sea su novia por 5 minutos, ni nos conocemos ni nos caemos bien, ¿Porqué quiere que finja ser su novia? 

En eso se me acerca peligrosamente al oído y me susurra lentamente con esa voz sexy.

- Eres mi secretaria, es tu deber hacer que tu jefe no pase malos ratos - Maldito, éste tipo es un cretino.

- No se equivoque, Sr. Cooper, mi deber terminó con informarle de la entrada de la Srta. Gavins. Usted me despidió.

- Contratada.

- Ni lo sueñe.

- Aumento de sueldo.

- Puedo ganar más en otra empresa.

- Más beneficios.

- Ya tengo bastantes.

- Mujer arrogante.

- Hombre idiota.

- Te mueres por besarme.

- Y usted se muere si se me acerca.

- Ya estamos bastante cerca. - Me habla con esa voz tan ridículamente sexy, está tan cerca de mí que mi cuerpo está tocándolo, me acabo de dar cuenta de cuan acaloradas pueden ser las discusiones con este hombre.

- Pero aún así ¿porque quiere que lo haga yo?

- Porque eres la única cerca, cualquiera moriría por interpretar a mi novia unos instantes.

- Yo no soy cualquiera.

- Ya lo sé, eres odiosa.

- Y usted un pedante.

- Puedo ser peor.

- Yo también - Dios, ¿esto es tensión sexual?

- Entonces demuéstralo.

- ¿Que demuestre qué?

- Que tan mala puedes ser. - Está rozando mis labios. Si, es verdad, me muero por besar al condenado y sexy imbécil que tengo delante.

- A cualquiera - Digo muy cerca de sus labios - menos a usted. - Me separo bruscamente de su rostro, pero en eso que me estoy alejando, el toma mi brazo y me coloca contra la puerta.

- Desde la reunión que me estás desafiando con tu mirada y tu forma de ser, me peleas por todo, dime entonces ¿que te ofrezco para que finjas ser mi novia este par de minutos? ¿O estás tan enamorada de Gustavo que vas a seguir peleando conmigo sólo porque ocupé su puesto? - Casi me está gritando, es como si estuviera molesto o desesperado por algo. Espera ¿Piensa que estoy enamorada de Gustavo? No puede ser más idiota porque no nació antes.

- No estoy enamorada de Gustavo, el se convirtió en mi mejor amigo, pero eso es todo, usted y su m*****a forma de ser son lo que más me molesta, no saluda a nadie, no le interesa la gente que va a trabajar con usted y encima de todo, cree que echándonos va a ganar algo inexistente. Podría comenzar por ser más amable.

- Perfecto, desde hoy seré más amable, ¿ahora puedes ayudarme?

- Pídalo cómo corresponde - Lo miro desafiante y me hace reír su cara de "te voy a matar en cuanto esto termine"

- Por favor, ¿podrías ser mi novia por 5 minutos? - Levanta un poco la voz en la última parte, pero le queda muy bien ese porte de macho recio y sexy.

- Una cosa más, ella no se explicará porqué llevamos tanto tiempo sin atenderla así que para ser más creíbles deberíamos despeinarnos un poco y que parezca que estábamos besándonos.

Él, que ya se había dado vuelta, ahora me mira dubitativo. Yo me acerco para mover un poco su cabello, pero me confío demasiado. Toma mi muñeca y me acerca vigorosamente para besarme, un beso candente, un beso donde su lengua recorre mi boca a gusto y placer, un beso en el que se me escapa un gemido, me jala el cabello, yo disfruto revoloteando por el suyo y aprovecho de pasar mis manos por su pecho y espalda, en ese momento se abre la puerta. 

Rayos. Estoy jodida. Quiero separarme pero el toma mi cabeza con más fuerza y no deja de besarme.

- ¡Jason! - Ella grita y él separa ligeramente nuestros labios, pero sigue tomando mi cabeza y nos voltea para quedar él frente a la puerta y con su cuerpo protege el mío, mientras sigue con su mano en mi espalda.

- ¿Que haces aquí? - Dios, hasta a mí me dió frío esa respuesta y eso que hace un momento sentía un calor inexplicable.

- Venía a verte para que hiciéramos las paces y volvieras a mi lado, pero te encuentro con esa cualquiera y... -Ella quiere seguir pero el habla más fuerte, más poderoso, más imponente y la hace callar.

- No te atrevas a hablar mal de Nat, ella es una mujer sin igual y nadie, escúchame bien, nadie, está a su altura.- Dice con los dientes apretados volteando su cabeza hacia ella y levantando una ceja para marcar su punto.

Dios, ojalá alguien hablara así de mi enserio. Mi ex sólo se encargó de decirle a todos lo despreciable que, supuestamente, yo era porque le cobré el dinero que tenía ahorrado para mis estudios, tan tonta que fui, cómo me arrepiento.

En eso ella vuelve a hablar.

- Suéltala y conversemos, no podemos perder lo hermoso que tenemos por un malentendido. Mi amor, tu eres mío - Se acerca a él, pero el solo me abraza más fuerte a su pecho y ella se detiene.

- Yo sólo soy de Nat, de nadie más. 

- Mi amor, ella es solo una cualquiera, no se compara conmigo ni con nuestros años juntos.

- Suficiente, te vas.

- Sácala a ella y así te demuestro lo bien que la pasamos cuando estamos juntos. 

Que rabia, se le está ofreciendo en bandeja, el me mira a mi con una especie de... ¿ternura?

- ¿Sabes una cosa Anya? Llevo un tiempo cerca de Nat y ella jamás ha intentado sacarse la ropa para que yo la mire, jamás me ha idealizado ni me ha tratado de conquistar, ha sido ella misma todo este tiempo, honesta y fuerte en su pensamiento y eso es justo lo que quiero ahora, y lo que necesito. ¿Te queda claro?

Serías un príncipe azul si realmente pensaras eso de una mujer, ya veo porque esta arpía te quiere recuperar.

- Yo sé que cuando la tocas, no se compara a cómo te sentías conmigo.

- Tienes razón, con Nat se siente sincero.

Y vuelve a besarme, lenta y dulcemente, mientras ella sigue aquí. Dios, sus besos son extremadamente sexys.

- Ya verás que te cansará pronto su vulgaridad corriente y volverás a mi, te lo prometo.

Se ríe de mi, la muy arpía se está riendo de mí, me separo de Jason y me acerco a ella.

- Ten mucho cuidado con tus palabras, no me vuelvas a llamar vulgar, si Jason elige estar conmigo por sobre ti es porque yo lo hago sentir bien y feliz consigo mismo, más allá de lo que siente por mi, yo solo quiero que el sea feliz y se sienta cómodo cuando estamos juntos, ni lo obligo ni lo persigo. ¿Puedes decir lo mismo? ¿Quién es la vulgar ahora? Y por favor, déjanos solos.

Vuelvo a Jason y lo beso con toda la pasión que tengo dentro de mí, solo escucho que grita un par de cosas pero ya no le presto atención, solo sigo besando a Jason como si el mundo se fuera a acabar, jadeando por aire entre cada caricia.

Siento cuando se cierra la puerta y sólo continúo besándolo, el tampoco se separa de mi, por el contrario, me acerca a la puerta, sube mis piernas a su cintura sin cortar el beso mientras sus manos están en mis muslos y mis brazos en su cuello. Estamos bailando una danza con nuestras lenguas y nuestros gemidos.

Dios, esto no está bien. 

Me separo rápidamente de él y desciendo mis pies al piso para tomar un poco de aire, sin mirarlo a los ojos salgo corriendo de la oficina.

Debo irme, ya que me despidió necesito largarme de aquí, tom

o mis cosas de mi escritorio y corro al ascensor.

Adiós oficina. Adiós Jason.

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