Su madre

Me acerco para ver si llegó mi sushi y el guardia se acerca a mí.

- Srta. Ormeño, esta señora la busca. - Haría la pregunta estúpida de... ¿A mí? Pero no quiero parecer una tonta delante de nadie, así que la omito y solo me remito a lo obvio.

- Por supuesto. - El guardia me observa y mueve su cabeza en aprobación.

Me alejo del mesón de recepción y me acerco al hall dónde están sentadas en los cómodos sillones blancos que se disponen cómo sala de espera, ahí también hay una mesa de café en color negro, y una alfombra en tonos oscuros, se ve todo tan bello, incluso la planta natural que adorna la mesa. Ese costado tiene vista hacia afuera, pues está rodeado de cristales que permiten ver la calle, pero no permite ver desde la calle.

Una vez que llego a su lado, le hablo a ella, no me dirijo a Anya.

- Buenas noches, soy Nataly Ormeño ¿En qué puedo ayudarle? – Me agacho para quedar a su altura y tomar su mano, así ella no tiene que levantarse.

- Así que tú eres Nataly Ormeño. – La miro
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