Relata Lucas:Estábamos en aquel lugar en donde se inició todo entre nosotros y al que ya nos era recurrente visitar, el hotel para juegos y 0rgías.Para esta noche, Eva había reservado la misma habitación que usamos nuestra primera vez juntos. Al llegar, ella me guio hasta la cama, me sentó en una orilla y me vendó los ojos, un momento después, escuché una puerta abrirse.—¿Eva…? ¿Qué haces…? ¿No pretenderás…?—Lo sé, lo sé… — La escuché a unos metros de mí. — Si ves que alguien más me toca, lo matas… No te preocupes, no se trata de eso… Solo espérame un minuto.Escuché la puerta, cerrarse, esperé impacientemente por varios minutos, sin poder ver nada, hasta que la escuché volver, escuché sus pasos, ella se detuvo muy cerca de mí.—Cielo… Puedes quitarte la venda. — Murmuró.—¿Qué? Pensé que me la quitarás con un baile sensual o algo así… — Bromeé al tiempo que iba levantando la venda de mis ojos. — ¿Por qué tanto misterio…? — Me quedé con la boca abierta.Eva estaba vest
Luego de sentirme toda mi vida como una mujer exitosa y empoderada, ¿Podría llegar a sentirme como una fracasada? Aunque nunca antes había vivido ese sentimiento, hoy había descubierto que sí era posible.Acababa de llegar de un largo viaje y entré en mi habitación a paso apresurado, queriendo tomar una larga ducha, para acostarme a descansar, solo quería cerrar mis ojos y olvidarme de todo.No había alcanzado a quitarme una prenda, cuando la puerta de mi habitación sonó con un golpeteo. De mala gana, fui a abrir y me encontré con el rostro malhumorado de mi madre.—¿En dónde estabas, Eva?. — Siseo con un tono de enojo.—¿Qué?. — Me mostré confundida. — Lo sabes, estaba en un viaje de negocios…—¿Para dónde?. — Replicó irritada.—En el trabajo, mamá, ya te lo había dicho, ¿No?. — Contesté con algo de hastío.—No me mientas, Eva, no seas tan descarada. — Me amenazó, levantando un dedo frente a mi cara, dejándome con la boca abierta, balbuceando.—¿Qué…? ¿De qué hablas…?.
Siempre tuve todo lo que quise, era rica, bellísima, popular y todo lo que deseaba para mi vida, era convertirme en una exitosa mujer, que compartiera su vida con un atractivo y acaudalado marido, viviendo en una enorme y elegante casa, con quizás, máximo, un par de hijos. Porque eso de los niños, no se me daba muy bien.Sin embargo, allí estaba yo, con treinta y tres años, viviendo en casa de mis padres, recién divorciada en no muy buenos términos, con una empresa que debía dirigir y que comenzaba a salirse de mis manos.Pues aunque conocía todo el funcionamiento de G&G, el conglomerado de modas que pertenecía a mi familia, nunca antes había hecho trabajo de oficina, porque lo mío, siempre fue modelar, en eso, siempre me había desempeñado.Y nunca esperé tener que encargarme de una de las sedes de la empresa, claro, sabía que al casarme, mis padres me la heredarían, pero era mi esposo quien se hacía cargo de ella como el presidente. Ahora que estaba divorciada, me tocó a mí, asumi
—No lo puedo creer… ¿Usted es Lucas Black, de la familia Black? ¿Dueños de la revista de modas BlackFusion?. — Pregunté anonadada.—Así es… — Asintió él, poniéndose serio.—Espere un momento… — Comencé a sopesar. — ¿Es el mismo Lucas Black que tomó la gerencia de la revista, solo unos pocos meses antes de que esta se cerrara por un desfalco?. — Repetí con impertinencia, pero era obvio que preguntaría eso, estábamos en una entrevista de trabajo y sus antecedentes eran cruciales.—Sí, así es… — Volvió a afirmar con mayor énfasis, acomodándose en el asiento, notablemente incómodo.—Wow… Ahora todo tiene sentido… — Musite para mí misma, mientras continuaba revisando el expediente.—Disculpe… ¿Pero qué es lo que tiene sentido?. — Preguntó Lucas entre dientes.—Bueno… — Levanté la vista, mirándolo a los ojos con mucha seriedad. — El que un hombre como usted, con tantos estudios y experiencia, esté solicitando un puesto como asistente. — Volví a bajar la mirada. — Siendo franca,
Me tomé solo un par de minutos para calmarme, no tenía tiempo que perder, necesitaba actuar y necesitaba moverme, porque ya sentía mis músculos agarrotados de tanto estrés, así que salí de mi oficina, hacia el escritorio de Gina y apenas la vi, ella me mostró un papel, era el número de teléfono del señor Huan Yue, el gerente de la importadora de telas Lanatex.—Me lo dejó el señor Black. — Murmuró Gina, sonrojándose.Resople con disgusto, me pareció muy estúpida su actitud, «Ni que el tipo estuviera tan bueno» sopese, «Si se veía algo interesante, pero solo eso, porque su actitud no lo ayuda mucho».Así que, por lo menos el señor Black tuvo la decencia de dejar el número del gerente de la empresa importadora, siquiera esa era una preocupación menos, aunque no era algo tan relevante como para agradecerle.—Gina, márcale al gerente, voy a arreglar esto de una buena vez. — Ella asintió y marcó el número, luego de un buen rato de repiquetear, me extendió el auricular.—Buen día, ¿
Me arreglé lo mejor que pude en el poco tiempo que tuve, aunque no había descansado prácticamente nada en las últimas treinta y seis horas y traía unas bolsas que difícilmente pude disimular con maquillaje, no podía detenerme cuando sentía que había tanto en juego.—Sean bienvenidos… — Se nos acercó una camarera. — Les traigo el menú…—Estamos esperando a alguien, en cuanto estemos completos, ordenaremos… — Explicó Lucas a la joven.—Bien… ¿Desean usted y su esposa pedir algo para tomar mientras esperan?. — Preguntó la chica con la libreta en la mano, lista para anotar.¿Esposa? ¿Cómo pudo esa chica pensar que ese hombre podría ser mi esposo?, eleve una ceja, incómoda con la confusión, no era por ofender, pero mis estándares apuntaban mucho más alto.—Disculpe, pero él no es… — Intenté aclarar la situación, cuando Lucas me interrumpió.—Sí, tomaremos una copa de vino cada uno. — Ordenó, la chica anotó y se marchó.Me quedé pasmada, al tiempo que Lucas me dirigía una mirada
Solté un manotazo tan fuerte sobre la enorme espalda de Lucas, que estaba a mi lado, que me dejó la palma de mi mano ardiendo. Lucas se levantó de la cama de un respingo, sobresaltado, intentando alcanzar el punto en dónde lo azote, para sobarse.—¡¿Me puedes explicar qué carajos fue lo que sucedió aquí?!. — Vocifere, molesta, tanto con él, como conmigo misma.—¡Primero dime tú! ¡¿Qué coñ0 pasa contigo?! ¡¿Por qué me golpeaste de esa manera?!. — Grito él, mirándome enojado y volteando a cada tanto hacia su espalda para ver la marca roja que le dejé.—¡Yo no te golpee, te desperté…! ¡Ahora dame una explicación, Lucas Black! ¡¿Qué sucedió entre nosotros?!. — Indague frustrada.Lucas arrugó el entrecejo por un instante, parecía confundido, pero luego de un segundo pareció comprender.Él elevó una ceja y comenzó a detallarme de arriba para abajo, su vista se detuvo en mi busto, que había olvidado por completo, estaba al descubierto. Al notar lo que él hacía, sentí como se me subie
Los problemas no se detenían, apenas había terminado de solucionar el pedido errado de telas y ahora me enteraba de que los gerentes y algunos inversionistas de la empresa querían pedir mi renuncia como CEO.—¡¿Qué?! — Me levanté de mi asiento, atónita, ante la noticia que me acababa de dar mi asistente, Gina. — ¡¿Pero quiénes se creen?! ¡Yo soy la dueña de esta empresa! — Escupí con rabia, soltando un manotazo sobre el escritorio.—Si lo pueden hacer… — Lucas, quien hasta ahora se había mantenido como un simple oyente, dio un paso hacia adelante, interviniendo. — Señora Golf, si los gerentes y los inversores no creen que el CEO esté capacitado para su cargo, pueden pedir su renuncia, aunque se trate del dueño… Eso no significa que vaya a perder la empresa, solo que no podrá dirigirla.—¡¿Qué?! — Entonces, ¿Si podían sacarme de mi puesto?Me quedé un segundo pensativa, «Bueno, si me sacan de la gerencia, eso me libraría de una gran responsabilidad, me daría la libertad que tant