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3. solo un autógrafo

Abigail

Cuando salimos de ese lugar fuimos a comer, casi me asuste al ver el tamaño del sándwich que pidió, el mío era la cuarta parte del suyo, supuse que seguía molesto por lo de antes, ya que no habia dicho mas que lo necesario.

Un chico de otra mesa no dejaba de mirarnos, así que deduje que era su fan, creo que verlo conmigo, lo animo a acercarse.

-¿eres Lucifer, verdad? – pregunto, Lucian levanto la cabeza y lo vio, sin decir palabra

-si es – respondí yo por el

-¿puedo tener tu autógrafo? – pregunto emocionado

-¿no ves que estoy comiendo? –

Esa respuesta borro la sonrisa de la cara del chico, y yo recordé que mi trabajo era evitar situaciones así, por eso respondí yo.

-no le gusta que lo molesten mientras come, pero si te esperas a que termine con gusto lo hará –

El chico asintió, se disculpo y volvió a su mesa, a decirles a sus amigos

-¿Por qué dijiste eso? A mí no me gusta dar autógrafos

-porque es mi trabajo, además no pasa nada si das un autógrafo, eso mejorara tu imagen –

Lucian no respondió, solo siguió comiendo, eso me hizo temer que no aceptara, pero cuando termino de comer el chico se acerco otra vez, algo tímido, traía un cuaderno en la mano y un marcador, yo asentí, y lo puso sobre la mesa, por un momento creo que no lo firmaría, pero lo hizo.

-¿podemos tomarnos también una foto? – pregunto mostrando el teléfono

Yo mire a Lucian rogando que no fuera a decir nada grosero, pero el solo asintió, y poso para la foto, creí que eso sería todo, pero al ver que acepto firmar un autógrafo, otras persona se acercaron, al final no fue uno, sino varios autógrafos.  Cuando salimos del lugar me di cuenta de que él no estaba nada feliz, por lo sucedido.

-sube al auto -me dijo abriéndome la puerta, yo me subí sin poner mucha resistencia

-¿estás molesto, porque te hice firmar autógrafos? – le pregunte

-no me gusta tratar con las gente, pero no estuvo tan mal, al menos los mantuviste a raya – me respondió, y eso me dejo más tranquila, los dos estábamos tan perdidos en nuestros pensamientos, así que volvimos en silencio.

Pero de alguna manera no era un silencio incomodo como el de esta mañana, ya no se sentía tanta tensión entre nosotros, y es fue raro para mi, que creí que nunca volvería a sentirme cómoda estando a solas con un hombre, no con todo lo que me había echo mi ex pareja, y menos con un hombre tan intimidante como lo era Lucian.

Lucian

El espacio entre nosotros era muy reducido,  el día de hoy ya habíamos pasado demasiado tiempo juntos, y yo una era una persona que no sabía sacar conversación, y ella era muy reservada, además era como un gato asustadizo, sentía que ella podía salir corriendo despavorida, si yo levantaba la voz un poco, por esa razón no entendía que hacia trabajando conmigo, es mas en ocasiones sentía que ella tenía miedo de mi, y eso no me gustaba en absoluto.

 -¡ah! Empezó a llover -  dijo Abigail

Genial pensé yo - ¿por qué no me das tu dirección para llevarte a tu casa? – le pedí

-¿no vamos a volver al gimnasio? –

-no, y es tarde, además ni tú, ni yo tenemos nada que hacer ahí, a estas horas ya –

-Mi casa está en cerca del gimnasio, no tienes que llevarme hasta allá, con que me acerques es más que suficiente, no quiero ser una molestia –

-¿Por qué crees que me molesta llevarte? – pregunte

-ya estuve todo el día contigo, debes estar harto de mi a estas alturas – fue su respuesta

Yo no supe que responder, así que solo seguí conduciendo, ya que en realidad su compañía no era tan mala.

-¿hacia dónde está tu casa? – le pregunte una vez que llegamos a nuestro destino

-ya te dije, no es necesario que me lleves, mi casa, esta hacia haya, en la esquina hacia arriba al final de la calle – hizo el intento de abrir la puerta par bajarse, pero yo seguí conduciendo hacia donde ella me señalo.

 Cuando llegue al final de la calle vi que era un callejón, y solo iba en una sola dirección, ya que mas adelante el camino era tan angosto que solo se podía ir a pie.

-es ahí – me dijo ella señalando un pequeño cuarto en la azotea de la casa que teníamos enfrente, tomo sus cosas, y en cuanto quite el seguro abrió la puerta – gracias por traerme – se bajo antes de que pudiera decir cualquier cosa.

Me quede ahí esperando que subiera, la vi subir dos escalones para después regresarse e ir hacia las bolsa de basura que estaban al lado del poste de luz, se inclino ahí y movió una bolsa, movido por la curiosidad, me baje del auto, poniéndome la capucha.

-¿Qué haces? Entra a tu casa deja de mojarte

Pero ella en lugar de responderme tomo una caja de zapatos que era lo que estaba sobre las bolsas de basura

-es un cachorrito-  me dijo, abriendo la caja – alguien lo ha abandonado aquí, no se puede quedar aquí, va a morir de frio, además parece lastimado –

Sin saber que decir solo mire el interior de la caja -¿estás segura de que sobrevivirá?  Es muy pequeño, aun debe beber leche de su madre –

-sostenlo – me dijo ella, y sin darme oportunidad me dio la caja, así que la tome para evitar que se callera, la vi sacar su celular, y tratar de resguardarse de la lluvia en el poste de luz.

-encontré una veterinaria abierta cerca de aquí ¿puedes llevarme? –

No tenía ninguna excusa para decirle que así que solo asentí y así termine llevándola a ella y a su cachorro de la basura a una veterinaria, no podía dejarla ahí, e irme así que entre con ella.    

El veterinario nos dijo lo debía dejar en observación toda la noche y que además una de sus patas estaba lastimada, así que después de que ella le diera sus datos salimos de ahí, la lleva  su casa, pues era tarde y ambos estábamos mojados.

-gracias por traerme, además quería pedirte algo más –

-¿algo más? –

- es solo que quería ver si podías pagar los gastos del veterinario, sería solo un préstamo yo te lo devolvería cuando me paguen, es que de verdad yo ahora no puedo pagarlo, te juro que si te pago –

Lo dijo tan rápido que me tomo un momento entender lo que me pedía, así que solo asentí – si está bien – respondí sin saber muy bien que era lo que estaba aceptando.

Solo hasta que llegue a mi casa, caí en cuenta que desde que la conocí, le había estado diciendo que si a todo lo que me decía, tampoco era que la conociera tanto, pero yo no era una persona flexible, y además no sabía nada de ella, solo estaba seguro de una cosa, ella estaba tan rota como yo, podía verlo en su mirada despedrada por salvar a ese cachorro. La pregunta era ¿Quién la había roto tanto a ella?  

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