Al llegar a la mansión Prego, me baje del auto con rápides prometiendo a shon no demorar, una de las empleadas me guío despues de avisarles que yo estaba aqui. Al llegar a un estudio elegante como la mansion misma, el padre de Ismael me esperaba con una grata sonrisa y una copa de vino en su mano.—Vaya... parece que fue ayer cuando fui a buscarla con un chequé en mano.—Quiero negociar —dije firmé.—Ahora quiere negociar —dijo dejando la copa a un lado mientras reía.—No finja... usted sabe que su hijo está debatiendose entre la vida y la muerte.—¿Y que quieres que haga? Él se lo busco, esta es su leccion por no hacerme caso.—El no es un objeto, necesita su sangre, y tengo algo que le puede interesar.—Entonces empieza a hablar. —Saque el diario de viola y se lo enseñe —Esta es la prueba contundente de que mi hermana se suicidó, con esta prueba absolveran a ismael de todos los cargos, eso limpiara el nombre de la familia Prego. La gente se quedara con la historia de una chica loca
—Terminemos. —¿Qué? ¿De qué hablas, Jeremy...? —Son mis padres, detestan verte con la servidumbre, dicen que no se ve bien para nuestra familia. Y estoy cansado de su cantaleta todos los días, lo mejor será que acabemos esto. —Cómo puedes decirme esto ahora, ¡después de meses de estar saliendo! ¡Eh! Como puedes tener la cara tan dura. —Te lo comenté varias veces que me molestaba, y la verdad es que a veces me da un poco de pena presentarte a mis amigos, si estás sirviéndoles canapés. —Aquellas palabras fueron como una dolorosa puñalada trapera en mi espalda que casi me dejo sin aliento. —Tú... eres el que más se ha beneficiado de mi empleo cuando salíamos a todos esos viajes y fiestas, ¡y ahora soy yo la que te avergüenza! ¡Eres un puto egoísta! —Le empujé una y otra vez mientras la fuente de la mansión nos hacía de fondo. —¡Cómo puedes llamarme egoísta, cuando siempre vele por nuestra relación! ¡Te pedí que por este día no trabajaras sirviendo comida grasienta y olorosa
—¿Nos conocemos? —que no me recordara era prueba de que para él mi existencia paso inadvertida en su vida, y simplemente me había olvidado. Y es que siempre estuvimos en diferentes sintonías. —¿Qué? Em... creo... que no. —¿crees? —inquirió alzando su ceja poblada —Pero acabas de decir mi nombre con mucha soltura. —Porque es el novio de la boda, ¿no? —soltó una leve risa amarga e indico. —Sí, supongo que tiene razón... el novio plantado —murmuro por lo bajo al punto de que no le escuchase. —¿Qué dijo? —Debe fijarse por dónde cami... —sin terminar la frase me miro con intensidad y una sonrisa de medio lado traviesa se formó en su boca. —¿trabajas aquí? —Sí... soy del servicio de cáterin. —¡Perfecto! Y no estás nada mal tampoco, me puedes servir... —dijo soltando mi mano para alzar mi barbilla, observándome con detenimiento, nerviosa de su actitud tan entusiasta, soltó. —¿Quieres ganarte cincuenta mil en una noche? —mis ojos se abrieron al escuchar tal cantidad tan a la ligera
—Cómo es posible que realmente esté haciendo esto... —indique mirándome en el espejo mientras dos chicas acomodaban aquel vestido blanco, de escote corazón pronunciado, lleno de diamantes por todas partes, estaba abierto en un costado y apretado en todos los lugares que una mujer le favorecía. —¿Quiere otra copa señorita? —Sí, por favor... solo puedo hacer tal locura embriagada, así no me sentiré tan culpable mañana, puedo echarle la culpa al alcohol —solté como gracia, y las mujeres soltaron una carcajada siguiéndome mis tonterías, pero seguro me reían las gracias porque les habían pagado. Lleno mi copa por novena vez, si no fuera por eso estaría comiéndome las uñas. Esto era lo más loco que había hecho en toda mi vida, solo tenía que pensar que era como grabar una película, interpretaría un papel y luego me darían mi dinero y pagaría mis deudas. Respiré hondo y solté en voz alta. —Seguro me veo ridícula. —No diga eso, señorita, está llevando un auténtico Misuriki que vale casi d
Me levanté con resaca directa a la ducha, de repente abrí mis ojos con el agua cayendo de lleno en mi cara, corrí desnuda hacia la habitación mientras el agua escurría de mi cuerpo, mire mi cuenta y salte en un solo pie haciendo mientras bailaba en medio del pequeño salón de mi departamento, jamás había visto una cifran tan grande, todos mis problemas serían solucionados. De repente un mensaje se coló entre mi muro de notificaciones y era Jeremy. Mi lindo novio. Como pudiste hacerle esto a mi familia, avergonzarnos delante de tantos empresarios y conocidos, mi familia no quiere verte ni en pintura. Tan despechada estabas como para seguirle las gracias a mi primo, ¡necesitamos vernos ahora! —Ese malnacido, me debe dinero y aun así te atreves a juzgarme. Ni siquiera te importo verme con otro hombre... que tampoco me querías. —Una fuerte presión en el pecho asolo mi corazón. Susana. Para lo único que nos veremos, es para que recojas tus cosas de mi departamento. Y que no pase de est
¡Usted se ha vuelto completamente loco! —Vaya, pensé que te calmaría la noticia. —Indico sentándose con elegancia en el sillón mientras me miraba como si fuera una loca. —¡Noticia! Esto es un completo desastre. Como pretende que me case con usted, después de estar en una relación con la señorita Elizabet Dumet. Y eso no es todo, acabó... —pause mis palabras observando cómo me miraba atento. —Acabó de terminar una relación ayer con... —con... —Tu primo Jeremy. —¿Qué? —indico frunciendo el ceño con asco. —Eras invitada en la fiesta, ¿por qué jamás te conocí? —Reí mentalmente recordando las milllones de veces que le vi de lejos y lo ocupado y absorto que se encontraba en su mundo, jamás nunca me reconoció. —Sí, y no... estaba trabajando, pero luego me encontraría con tu primo para estar juntos en la reunión, las cosas se terciaron y termínanos peleando anoche. —Increíble. —¿A qué se refiere? —No entiendo como diablos acabaste con Jeremy, el hombre más pedante, egoc
—Ese loco no pudo haberme dejado aquí —corrí con rapidez a la puerta de entrada y cuando forcé la manija, presioné todos los botones, pero estaba claro que no se iba a mover sin una clave. Farfulle insultos internos. —¿¡Hay alguien aquí!? — grité buscando algún sirviente, pero la casa parecía completamente vacía. La ira me embrago y con rapidez rebusque entre mi ropa y por suerte encontrar mi celular, respire con alivio y con apuro hice una videollamada a Paolo. —¡Susy...! Por dios, como pudiste dejarme solo. Sabes que soy un desastre y mandar a la gente —Cálmate, las cosas no me han salido como quiero, pero lo único que me queda es darte indicaciones desde el celular —indique atando mi cabello que parecía del color de los granos del café a la luz del sol, ondulado levemente. —Escúchame atentamente. —Indique mientras desvalijaba la habitación para encontrar una libreta y una pluma. —El catering de hoy es para el veintiún aniversario del hotel Hollow, busca mi libreta y ve a
—¿¡Qu-que haces aquí!? —indique nerviosa viendo su rostro sonriente mirarme desde arriba mientras lentamente se aferraba de mis muñecas reteniéndome en la cama. —E-esta es mi habitación —tartamudeo con burla, mientras la delirante fragancia de su perfume de maderos me embriagaba, sus ojos repasaron mi cuerpo provocándome un vuelco en el corazón, nerviosa solté con rapidez. —Entonces... creo que ya es muy tarde, de-debo... irme. Si me hubieras dicho donde es mi cama en un principio, esto no hubiera pasado, y-y tampoco tengo mi ropa. Así que quítate de.... —sin dejarme terminar la frase me robo un beso deslizando su lengua a mi boca uniéndola a la mía de una manera salvaje, intente moverme, pero sus manos se mantenían firmes en mis muñecas reteniéndome. —Ah...—gemí levemente viendo cómo me soltaba mientras mi respiración era rápida, mirándole obnubilada. —Hablas demasiado, Susana... porque no mejor dejas de abrir esa dulce boca de chocolate, y te quedas en mi habitación como lo