Capitulo 5

¡Usted se ha vuelto completamente loco!  

  

—Vaya, pensé que te calmaría la noticia. —Indico sentándose con elegancia en el sillón mientras me miraba como si fuera una loca.  

  

—¡Noticia! Esto es un completo desastre. Como pretende que me case con usted, después de estar en una relación con la señorita Elizabet Dumet. Y eso no es todo, acabó... —pause mis palabras observando cómo me miraba atento.  

  

—Acabó de terminar una relación ayer con...  

  

—con...  

  

—Tu primo Jeremy.  

  

—¿Qué? —indico frunciendo el ceño con asco.  

  

—Eras invitada en la fiesta, ¿por qué jamás te conocí? —Reí mentalmente recordando las milllones de veces que le vi de lejos y lo ocupado y absorto que se encontraba en su mundo, jamás nunca me reconoció.  

  

—Sí, y no... estaba trabajando, pero luego me encontraría con tu primo para estar juntos en la reunión, las cosas se terciaron y termínanos peleando anoche.   

—Increíble.  

  

—¿A qué se refiere?  

  

—No entiendo como diablos acabaste con Jeremy, el hombre más pedante, egocéntrico y molesto del mundo. Así que había una motivación más para hacer lo que hiciste... por eso estabas tan nerviosa, te ibas a encontrar con tus exsuegros —soltó una carcajada que me dejo de piedra, ¿cómo podía causarle gracia algo así?  

  

—Es lo único que le importa de todo lo que le acabó de contar.  

  

—De hecho, sí. Ahora estás soltera y eso es lo importante. —Dijo soltando una leve sonrisa relajada mientras sus cabellos lisos tapaban sus ojos levemente. Parecía salido de la ducha, pero solo era el estilo de su cabello. Apagado...  

  

—No cree que sea más fácil simplemente negarlo en los medios. Le creerán, es uno de los hijos de las familias más importantes de España, tiene mucha influencia.  —Con una sonrisa de amabilidad forzada. 

  

—Eso lo complicaría más, si admitimos que todo fue una mentira, mi familia me comerá vivo. Tendré a mi padre respirándome en la nuca buscando una nueva candidata, cuando lo más fácil sería reafirmar mi casamiento y lidiar con un matrimonio falso que ver docenas de mujeres en mi casa cada día. —Señalo el papel y dijo.  

  

—Léelo con atención, los dos nos beneficiaremos con esto. —Sin saber cómo de nuevo estaba cayendo en esto, baje la mirada recelosa leyendo cada párrafo. No sé ni como me estaba replanteando escucharlo.  

  

—El presente contrato, pide a Susana Escobar que pertenezca seis meses al lado del señor Ismael Prego como su esposa, fingiendo una relación de mutuo acuerdo. Si acepta será recompensada por todo el esfuerzo en la relación. —Alce mi mirada y una sonrisa de medio lado me observaba vivaz.  

  

—¿qué significa eso?  

  

—Que te pagaré por cada una de las cosas que tengas que hacer para seguir con la mentira. —Trague saliva con dificultad y le mire perpleja.  

  

—No lo veas como un matrimonio convencional, Susana. Velo como un trabajo... yo soy tu jefe y tu mi empleador. Quiero contratarte.  

  

—Eso... no tiene ningún sentido. —Dije nerviosa sin saber muy bien que responder.  

  

—No te estoy pidiendo exigencias ni irracionalidades, solo te pido que te quedes a mi lado y finjas ser una feliz esposa. La noticia de que estoy casado por fin se esparcirá, y si es bien vista mi familia tarde que temprano se calmarán al ver que la opinión del círculo es buena. Este falso matrimonio me dará libertad por fin, y a ti una buena paga que te solucionará la vida por un buen tiempo. Mira la cifra. —Con rapidez leí el final buscando la cifra, y mi boca se abrió de par en par al ver los doscientos millones adornados con tantos ceros que mis ojos se volvieron circulares.  

  

—Esto es real.  

  

—¡Acaso le he mentido? —la verdad es que tenía razón, sincero, había sido un rato largo... que no le hubieran salido, las cosas como esperaba en aquella reunión fue diferente, pero en cada momento me había dicho lo que quería y necesitaba, y también me pago como lo prometió. Solo que una parte se sentía un poco vaga al aceptar tal trato, no estaba diciendo que no vendría de maravilla, podría mejorar mi negocio y remodelar tantas cosas. Podría hasta terminar de pagar la cocina que estaba pagando a cuotas al banco. Esto era más que mi salvación... era mi vida completamente solucionada para siempre.  

  

—Esto es demasiado...  

  

—Susana... —murmuro acercándose hacia mí, perdida en mi cabeza, no me fije cuando se había levantado, se aceró a mi rostro y dijo. —Ayúdame...—sus ojos verdes profundos me miraron provocando que mi corazón latiera con rapidez. Aparte la mirada alejándome de ese acercamiento tan peligroso, ¿desde cuándo habían vuelto a renacer esos sentimientos que ya yacían muertos y enterrados? Tienes que controlarte Susana.  

  

—¿Dime que lo harás? No puedo espérate mucho tiempo, la decisión se tiene que tomar hoy. —respiré hondo y al mirarlo de nuevo lo supe... recordé porque acabé con Jeremy... la realidad me golpeó y es que cuando supe que Ismael se iba a casar todo mi corazón y esperanzas murieron de nuevo, pero ahora... permanecer a su lado, era una más de las razones por las que quería aceptar esta loca e irracional propuesta.  

  

—Lo haré... —murmure aún inquieta de lo que había dicho, en mi cabeza parecía tener más sentido que fuera en la realidad. Sonrió levemente y camino lejos diciendo.  

  

—Es bueno saber, que no tengo esperar por una respuesta, ya no queda tiempo. No te arrepentirás Susana.   

  

—Hay muchas cosas que hablar aún, pero por ahora creo que podemos concertarlo así. 

  

—¿por ahora? Vivirás aquí desde hoy.  

  

—¿qué? Espera, para tu carro...  

  

—¿Le dijiste alguien del matrimonio ayer?  

  

—Bueno... a mi mejor amigo y compañero de trabajo, pero él es como una tumba. —acaso me estaba poniendo cuidado.  

  

—Bien, ya hablaremos de eso. Toma, firma.... —dijo viniendo hacia mí de nuevo con una pluma para firma. La tomé con timidez, y él acercó la hoja del contrato. Pose el lápiz y sin vuelta atrás firme. De repente lo jalo con rapidez dejándome sin tiempo a nada.  

  

—En unos días tenemos que ir a una reunión familiar, así que prepárate.  

  

—¿qué? Cuando... no es demasiado pronto.  

  

—No te quejes, has tenido la suerte de que no fuera hoy.  

  

—Tengo que ir a mí, trabajo, mi amigo está a cargo y no es lo mismo sin mí.  

  

—¿Trabajo? —dijo colocándose su saco del traje mientras me miraba. —Lo mejor será que por hoy te quedas aquí obediente —dijo peligrosamente acercándose a mi rostro. Enojada increpé.  

  

—¡Eso no lo acordamos en ningún momento! Ni siquiera me lo preguntaste, ¿qué crees que haces decidiendo por mí?  

  

—Lo hago por tu bien, cariño... —desmenuzo aquel apodo con un cariño falso, tomo mi rostro de repente me beso con rapidez. Cuando me soltó pegue un respingo alejándome de él sorprendida.  

  

—Así que esta es la única manera para hacerte callar.... lo tendré en cuenta. —dijo con diversión provocando que mi cara enrojeciera.  

  

—¿qu-que... haces? —Dije disimulando la emoción que me había causado. No sabía que esta persona tenía tanto poder en mí después de tanto tiempo.  

  

—Solo un pequeño regalo de bodas, el sello de un trato finalizado. —Tomo sus cosas y se dirigió a la salida sin   

  

—Por cierto, deberías acostúmbrate a las demostraciones afectuosas, o no serás una esposa muy fiable.  

  

—Có-como quieres que no me sorprenda si me tomas de imprevisto. Dejando eso de lado, ¡mi trabajo! ¿Me estás escuchado?  

  

—Para que trabajo, si ya trabajas para mí. Ten un buen día...  

  

—¿Qué? ¡No! ¡Espera, Ismael! —golpe con fuerza el suelo con mi pie, escuchando la puerta cerrarse. Solté un fuerte respiró sin poder creer en que me había metido. ¿Esto era el fin de mi vida como la conocía?  

  

    

  

   

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