Capitulo 2

—¿Nos conocemos? —que no me recordara era prueba de que para él mi existencia paso inadvertida en su vida, y simplemente me había olvidado. Y es que siempre estuvimos en diferentes sintonías.

—¿Qué? Em... creo... que no.

—¿crees? —inquirió alzando su ceja poblada —Pero acabas de decir mi nombre con mucha soltura.

—Porque es el novio de la boda, ¿no? —soltó una leve risa amarga e indico.

—Sí, supongo que tiene razón... el novio plantado —murmuro por lo bajo al punto de que no le escuchase.

—¿Qué dijo?

—Debe fijarse por dónde cami... —sin terminar la frase me miro con intensidad y una sonrisa de medio lado traviesa se formó en su boca.

—¿trabajas aquí?

—Sí... soy del servicio de cáterin.

—¡Perfecto! Y no estás nada mal tampoco, me puedes servir... —dijo soltando mi mano para alzar mi barbilla, observándome con detenimiento, nerviosa de su actitud tan entusiasta, soltó.

—¿Quieres ganarte cincuenta mil en una noche? —mis ojos se abrieron al escuchar tal cantidad tan a la ligera. 

—¿Qué cree que soy? ¿Algún tipo de dama de compañía? —pareció causarle gracia mi respuesta y pregunto.

—¿cuánto ganarás en este lugar?

—No tengo por qué decírtelo, así que fingiré que no me dijo nada y me iré. —A punto de entrar en el salón lo escuché decir.

—Cásate conmigo esta noche.

—¿¡Que!? —me gire con rapidez, mirándolo con una expresión desconcertada mientras una sonrisa radiante iluminaba su privilegiado rostro enmarcado.

°

Una hora antes

—¿Dónde estás? Por si no lo recordabas hoy era tu boda, estás incumpliendo nuestro acuerdo.

—Que frío eres como siempre, Ismael... pero tengo una muy mala noticia, no estoy en la ciudad, lo siento, pero mi pareja ha querido tomar un viaje de imprevisto.

—No juegues conmigo, esto era para beneficiarnos a los dos, ¿por qué ahora decides tirarlo todo a la borda? Acaso era esto lo que tenías planeado desde un inicio, ¿joderme?

—Lo siento, pero las cosas han salido así. Eres inteligente... sabrás salir de esta. Estoy cansada de fingir ante mi familia algo que no quiero ser. Saluda a nuestros padres por mí, estoy segura de que la cara que harán será de muerte. Suerte... —colgó, dejándome en la bahía, de mis planes inconclusos, por supuesto que sería así... pero perder los estribos no era una de mis virtudes. Seguro se me ocurriría algo, antes de que el salón de actos explote y todas las familias enloquezcan. Necesitaba un remplazo, rápido, pero ¿quién? Quien... a punto de abrir la puerta hacia el jardín, la puerta se abrió con brusquedad, a punto de golpearme en la cara, con rapidez la esquive, sintiendo como de repente alguien choco contra mi duro pecho.

°

El silencio que se hizo en aquel momento fue largo. Me sentía tan aturdida y a la vez confusa de sí, esto era real, pero al mirar sus profundos y verdes ojos me di cuenta de que su expresión, era seria... A lo mejor el golpe que recibí me había dejado tonta, o Ismael se había vuelto loco en estos años. Negue y solté después de que solo el agua de la fuente fuera nuestro sonido de fondo.

—Creo que ha perdido la cabeza... creo que está muy nervioso por la boda y simplemente tiene que calmarse. ¿Dónde está su esposa, Elizabeth? Le ayudaré a buscarla.

—Ese es el problema, que no está. Me ha dejado plantado en el altar, y hay doscientas personas que esperan que entremos para casarnos.

—¿¡Y que quiere que yo haga!?

—Que te cases conmigo, simple y sencillo.

—Usted está loco... eso no tiene ningún tipo de lógica —murmuré negando con los ojos cerrados mientras pasaba mi mano por mi frente.

—No será un matrimonio real. —Alce mi mirada y parecía irritado esta vez. —Sabe que, esto está siendo un día sumamente agotador, la persona en la que confiaba me ha dejado tirado, y estoy harto del estrés que supone contentar a todos. Así que véalo como una gran oportunidad, yo la alquilo por una noche y usted gana cincuenta mil por fingir. ¿Acaso no tiene deudas que pagar? Todos las tenemos...

Todo lo que acababa de pasar con Jeremy me vino a la cabeza, el dolor, la rabia, y lo tonta que me sentía por cómo me había humillado y lastimado... mire mis manos y aparte la vista de ellas. Respire hondo, solo quedando el resentimiento... alce mi mirada encontrando la de Ismael. 

—Entonces...

—Y los medios, se lo comerán vivo... usted dice que solo será por esta noche, ¿pero y mañana? No cree que será peor.

—Eso significa que lo estás pensado, me gusta. Si eso es lo que te preocupa, puedes ir relajándote, esta reunión es secreta... solo están las dos familias reunidas, queríamos algo privado y así fue... ¿Entonces? ¿Lo harás? —zanjo arreglando su traje con una sonrisa de lado a lado. Siempre tuvo esa mirada de hiena, relajado, pero con miles de intenciones tras esa sonrisa sin dientes. Ahora lo recordaba... jamás pude decirle que no a nada de lo que me proponía.

—¡Es-está bien! Lo haré... pero el dinero... —sonrió al ver lo que me atraía realmente de todo este trato, y caminando a dentro con las manos en los bolsillos soltó.

—Te los consignaré cuando todo acabe, pero tengo que ver que te subes al menos en el altar. —Asentí a punto de negar esta locura que estaba por cometer, pero solo de pensar que le daría un cuenco de humillación por lo que me hizo.

—Ven, parece que yo no fui el único que tuvo una noche movidita —indico tomando mi mano, ¿se había dado cuenta de mis heridas? ¿En qué momento? Nos encaminó hacia una de las salas, mi mente voló aquellos días de universidad, no recordaba que su mano fuera tan cálida, ni tan firme, pero lo que sí recordaba era su espalda ancha y sus leves orejas que sobresalían levemente, que hacías aquí Susana... ¿En qué te habías metido?

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