—Estoy enamorado de ti… Trague saliva. No sabía como responder a la declaración de Fray. —Bueno… yo… —¡Ey! Chicos ¿qué hacen aquí? —las personas que nos acompañaban en el viaje nos encontraron. Me solté de las manos de Fray y me giré para dar la espalda. —Ustedes se perdieron —habló Fray. —¿En serio hermano? — escuché cuestionar a Edon, quien al parecer también nos acompañaría en este paseo.Me giré para verlos, pero no venía solo, la odiosa de Chiara lo acompañaba. Traía unos pantaloncillos cortos, tan cortos que sus glúteos casi salían de ellos. Una blusa con un nudo en la cintura, donde dejaba ver su perfecto vientre. —Hermano, que bueno que decidiste acompañarnos. —Yo lo convencí —intervino Chiara. Puso sus manos sobre los hombres de Edon, pero este las quitó de inmediato.—Falta poco para llegar al río, así que es mejor que nos apresuremos. —Habló Fray. Empezamos a bajar por la colina, descendiendo poco a poco. A mi lado llevaba a Fray y por el otro a Ada. Mi amiga habl
—¡Hola Circe! —Desde lejos observé a mi amiga, quien sacudió su mano como gesto de saludo. —Hola, Ada. —Saludé a mi amiga. —Que bueno que estás de regreso. Era día lunes y regresaba a la empresa. Mi amiga no recordaba nada lo que sucedió meses atrás. Borramos todo recuerdo que tuviera que ver con la magia y hombres lobo. Para ella, solo regresaba de nuevo. —Para mí también es agradable estar de vuelta. Sentía cierta melancolía, ya que no podía compartir mi secreto con la única familia en este mundo. —¿Cómo te sientes? Yo estaría muy nerviosa si ocupara uno de los puestos importantes de la empresa. —Estaba tranquila, antes de escuchar tu comentario ahora ya me siento nerviosa. —Todo saldrá bien, tú eres muy buena Circe. —Gracias, amiga. —nos tomamos del brazo e ingresamos a la empresa. Esta ocasión acepté el puesto de jefa en sistemas. Era para lo que me había preparado durante tantos años. —Pero miren a quien tenemos de vuelta —La odiosa de Chiara se puso frente a nosotros —
Edon—Hola cariño—Chiara irrumpió en mi oficina. Movía sus caderas de manera seductora. Se posicionó a mi espalda e inició a masajear.—Chira, no hagas eso.—Sé que te gusta, mis dedos son mágicos.En eso tenía razón, sus manos tenían la magia de relajarme, en verdad necesitaba ese masaje. Estos últimos días han sido estresantes. Ya no sabía qué hacer con Circe, mi mate.—Relájate, tu trabajo es muy complicado y yo estoy aquí para complacerte.Cuánto deseaba que mi mate me dijera las mismas palabras. Pero Circe era una necia, se comportaba como una humana, quería una vida como estos seres cuando podía hacerlo como una reina.Pero era toda una maleducada, me esforzaba por agradar, pero al parecer cada detalle no era agradable para ella. Por ejemplo, el día de ayer dejé dos ramos de rosas en su escritorio, pero no se molestó en agradecer ese detalle, solo vino a reclamar por la clausula del contrato. Durante su ausencia cuidé de su amiga, compre el edificio en donde se encontraba su ap
CIRCE Una gran tristeza inundaba mi corazón. Quizá para algunos solo era una simple mascota, pero para mí era mucho más que eso. Aún recordaba cuando lo compré en la tienda de mascotas, era tan solo un bebé. Había muchos gatitos, pero Cosmo llamó mi atención.No entendía cómo alguien podía asesinar a un animal de esa manera. Fue tan cruel. Intente sanarlo, pero él ya estaba muerto. Ni siquiera pude salvarlo con mi magia.—¡Circe, ya llegamos! —anunció Fray.A la hora de salida el fue a buscarme y decidí irme con él antes que Edon entrara por mi puerta y me exigiera irme. Tenía un mal presentimiento de que Edon tenía algo que ver con la muerte de mi gato. El no quería tenerlo en el castillo, no pensé que un hombre lobo fuera tan inhumano.—¡Ah! Gracias —Llegamos al castillo, no sin antes pasar al apartamento por las pocas cosas que tenía.Bajamos de su auto y nos encaminamos a la entrada del castillo. Le pedí que fuera discreto con mi llegada, en estos momentos lo único que quería era
—Circe y yo somos novios¡¿Queeeee?!¡Zaz! Edon soltó un golpe en la mesa. No dijo nada, solo salió del comedor. —¿Novios? ¿Tú y circe? —inquirió Miriam—Si mamá. —afirmó. Yo continuaba en shock. Ni siquiera me había atrevido a negar lo que Fray afirmaba. —Bueno, si los dos están seguros de esto, —me miró— Circe, ¿tienes algo, que decir? —negué—. No me queda más que felicitarlos. No pensé que entre ustedes se estuviera originando el amor. —Gracias mamá, Circe es una mujer inigualable y mi corazón no se equivocó al escogerla. Estaba incómoda con todo esto. No recordaba que en algún momento me pidiera ser su novia. Solo nos besamos, él me entrego un regalo y ya o ¿acaso eso significa ser su novia? Quedé en silencio. La cena continuó como si nada. Aunque la tensión era evidente en la mesa, para Myriam también era sorpresiva la noticia. —¿Cómo te sientes con tu nuevo puesto? —preguntó Myriam. —Muy bien, estoy emocionada porque siempre fue mi ilusión estar en un trabajo como ese
Había pasado una semana desde que Fray le digo casi a todo el mundo de que él y yo éramos novios. Siete días en los cuales no había encontrado el momento y la manera para decirle a Fray que en realidad no quería ser su novia. No podía quejarme, él era muy detallista y considerado conmigo, pero no me sentía cómoda con esta relación. Es que ni siquiera me lo preguntó de manera directa, tuve parte de culpa ya culpa, ya que nunca detuve sus demostraciones. La semana estuvo complicada porque Edon se fue de viaje. Eso fue lo que Myriam nos informó, por lo tanto, Fray estaba a cargo de todo. —No podré acompañarte al castillo, puedes llevarte mi auto. —No es necesario Fray, puedo tomar un taxi. —Perdóname por no llevarte en esta ocasión, pero hay demasiado trabajo. —No hay problema Fray, en serio. Me giré para salir de su oficina. —¡Circe! —¡Si! —Recuerda que te quiero. Sonreí y salí de su oficina. A eso era lo que me refería. Esto se estaba volviendo incómodo. Decidí buscar a mi am
—¡Myriam! ¡Myriam! —grité al mismo tiempo que corría hacia ella. —¡Cir…Circe! —Todo estará bien. De pronto escuché el aullido de un lobo. Edon convertido en su forma animal, saltó sobre nosotros. Olfateaba como si quisiera descubrir al atacante. Hizo un gruñido y se movió entre la aldea para salir al bosque. —¡Ve… con él! —titubeo Myriam. —Tengo que ayudarte. —Yo lo haré. —dijo el médico de la aldea. Empecé a correr detrás de él. Pero debido a su velocidad era imposible alcanzarlo. De repente una flecha pasó frente a mis ojos y terminó en un árbol. Edon salió de unos arbustos y siguió la dirección de donde provenía la flecha. —¡Edón, espera!...¡Edón! —grité. Pero ignoraba mis gritos. Lo seguí de nuevo, pero los árboles obstaculizaban mi vista. Además, el sol se ocultaba, no tardaba en caer la noche. —¡Edon!En un salto el lobo blanco pasó frente a mí. Me enojé en ese instante, pero me di cuenta de que en su hocico llevaba una flecha, la mordió con fuerza y la rompió. Ni siqui
En un instante dudé sobre lo que estaba haciendo, pero eso quedó en el olvido cuando me di cuenta de que Edon me sobornaba con lujuria. Mi boca atrapó la suya, pero a los pocos segundos quien tenía el control era Edon. Nuestras bocas se devoraban como si se extrañaban, como si ellas se necesitaran. Una mano rodeó mi cintura, mientras la otra empezaba un recorrido por mi muslo. Tomó mi rodilla y la levantó llevándola hacia su cadera. Sentí como su miembro se frotaba en mi intimidad, un gemido ahogado salió de mi boca. Él aprovechó y su lengua invadió la mía, sin siquiera pedir permiso, mientras sus manos se perdían en mi piel. Tomó mi otra rodilla, impulsandome hacia la puerta y sosteniéndome contra ella. Rodeé mis piernas en su cintura, para sentir su cuerpo frotándose contra el mío. Estando en esa posición me quité los zapatos con los pies. Ambas manos de Liam se perdieron entre mis muslos, subiendo mi falda hasta la cintura. Separé nuestras bocas y tiré mi cabeza hacia atrás, dá