—¡Circe! ¡Circe! —Palmeé mi cama, pero no lograba sentir el cuerpo de mi mate. Abrí mis ojos y me encontré con la cama vacía. Esto era extraño, despué de tener sexo con una mujer, era yo quien me iba antes de que ellas despertaran. Bueno, tenía que entender que Circe no era cualquier mujer y cada vez me sorprendía cada vez más. Quizá estaba en el baño o había regresado a su habitación. Me quedé otros minutos en mi cama, recordando lo sucedido durante la noche. Sin duda alguna esto no había sido solo sexo, esto era mucho más. Nunca me sentí tan completo como con Circe. Escuché muchas veces los comentarios de los lobos que encontraban a su compañera y para ellos era la plenitud. Y no mentían, durante décadas, sentí como una parte de mí me hacía falta y con Circe fue como llenar ese vacío. Me levanté de la cama al darme cuenta de que nadie salía de mi baño. Vi alrededor de la cama, su ropa no estaba. De seguro estaba en su habitación. Tomé ropa y me la puse. Caminé hacia su habitación
Desde ayer me sentía extraño, mi lobo interior estaba intranquilo. La primera vez que me sentí de esa manera fue cuan Circe llegó a la empresa y desconocía que se tratara de mi compañera. Ella estaba cerca. Recibí una notificación en mi móvil. Se trataba de Ada, la amiga de Circe y quien también se había convertido en una especie de amiga. Estuvo varios días hospitalizada, los humanos la estabilizaron y logró sobrevivir. Estuve con ella en todo momento, ya que era lo más cercano a Circe. Incluso logré soportar al gato de Circe, ese animal inmundo ya no me daba tanto asco. De pronto, alguien tocó la puerta. —Pase —grité. —Disculpen las molestias, lo buscan abajo. —¿De quién se trata? —pregunté—De la señorita Ada. —me pareció extraño que estuviera en mi casa, cuando se supone estaba con Fray, al menos eso fue lo que me dijo esta mañana antes de salir de casa. —Dile que pase. Espere unos minutos para ella llegará. —Hola Edón. —Hola Ada, pasa adelante. —Me alegra verte… bueno
CIRCE —Buenos días Circe. —Fray apareció en la puerta de mi apartamento. Estaba por salir e ir a visitar a mi amiga. —Hola Fray—Vine por ti para que desayunemos juntos. —Bueno… es que… está bien. Salí del apartamento y bajamos juntos hasta la carretera. Subí a su auto y condujo hasta un restaurante. —¿Cómo pasaste tu noche? —preguntó —Bien, ya extrañaba mi cama. Nos sirvieron café con algunos panecillos. —No voy a llenarte de preguntas, respeto tu privacidad y el hecho de que quisieras estar sola, estuvimos muy preocupados por ti. —mencionó Fray—Fray tú te has como todo un caballero y te pido disculpas porque me fui sin decir nada, pero eso no significa que no pensara en ustedes, sobre todo en Ada, sé que la ayudaste en su recuperación. —Te dije que iba a cuidarla y lo cumplí. Espero que estos meses lejos de nosotros haya sido de ayuda para ti. —Lo fue, tengo que contarte un secreto. —hablé. No soportaba un minuto más guardando, además no se lo podría decir a nadie más, A
Fray llevó a una habitación a Ada. Ella continuaba desmayada. La recostó con cuidado en la cama. —¿Estás segura de esto? —inquirió Fray —Ya les di a conocer mis razones. Espero que tú me entiendas. —Lo hago, en verdad y si consideras que Ada debe sabe la verdad, te apoyo. —Muchas gracias Fray. Él era el único en esta familia que me comprendía. —Circe, necesito hablar contigo —mencionó Myriam.—Pensaba en quedarme a cuidar a mi amiga —respondí. —Yo me quedo con ella —habló Fray. —Pero…—Es necesario hablar —expresó Myriam. Accedí a su petición. Subimos a una de las torres y llegamos hasta arriba.—Me encanta este lugar —mencioné. Desde aquí podía observar todo, el bosque, la aldea y cada rincón del castillo. —Circe, ¿en dónde estuviste todo este tiempo? —sabía que esa pregunta vendría en cualquier momento. La vieja Circe pondría docenas de excusas, pero ahora era lo suficiente madura para poder enfrentar esta realidad, aceptarla como mía y contar mi verdad. —Estaba muy confu
—Justo las esperábamos —habló Miriam—, tomen asiento por favor. Mi amiga y yo llegamos a casa justo a tiempo para la cena que Myriam preparó por mi llegada Me senté a lado de Fray y mi amiga a lado de Edón. Minutos después pasaron a servir los alimentos. Todo se veía muy delicioso y la verdad es que tenía mucha hambre. Si embargo; en la mesa había cierta tensión entre los hermanos Wolf. —Muchas gracias por la comida, todo está delicioso —hablé. —Me alegra saber que todo es de tu agrado. —mencionó Myriam. —También quiero agradecer porque permitieron que mi amiga se enterara de la verdad.—Haremos todo lo que necesites para que te sientas bien —expresó Fray—, incluso si quieres regresar a trabajar a la empresa. —¿En serio? —miré hacia Edon, quien mostraba una cara de inconformidad —, solo si los tres están de acuerdo. —me refería a los hermanos Wolf y su madre. —Todos estamos de acuerdo, no obstante no vas a regresar como una simple vigilante de cámaras, sino como la coordinadora
Abrí mis ojos, por los rayos de sol que entraban por la ventana. Miré a mi lado, Ada estaba en un profundo sueño así que no quise despertarla.Estaba acostumbrada a levantarme temprano, ya que el tiempo que pase con Epona, lo hacía todos los días.Decidí ir a practicar arco, necesitaba mejorar en mis tiempos de lanzamiento. Tomé mis flechas y el arco que el día de ayer había traído conmigo.Abrí despacio la puerta, ya que no quería despertar al resto de la familia Wolf. Salí por el pasillo y bajé los escalones. Salí del castillo y tomé el camino de la aldea para llegar al bosque.Me encontré con algunos aldeanos, al parecer no era la única que se levantaba temprano. Llegué al bosque y busqué un lugar para poder hacer mis prácticas sin hacer daño a personas, en este caso seres sobrenaturales o animales. Cuando encontré el sitio Perfecto Me concentré, puse la flecha en el arco y puse mi mirada hacia mi blanco, jalé la cuerda y cuando me sentí segura, la solté. La flecha dio como die
CAPÍTULO 37—¿En dónde estabas? —preguntó Ada, quien se encontraba en el jardín tomando el desayuno con Myriam.—Decidí salir a practicar un poco —indiqué. Quité el bolso de las flechas que llevaba en mi espalda. —Edon es muy bueno —habló Myriam. «Ya lo sabía, básicamente me había humillado» —. Le deberías pedir que te ayude a mejorar. Desde pequeño le encantó y se volvió especialista, incluso es el entrenador de nuestros guerreros. En definitiva, no eran mentiras las de Edon cuando me comentó que era muy bueno. —Gracias Myriam lo tomaré en cuenta. —¿Quieres que te sirvan el desayuno? —preguntó la señora Wolf. —Prefiero darme un baño primero. Tomé de nuevo mis flechas y subí a la habitación. En verdad necesitaba un baño. Llegué a la habitación, me desnudé de inmediato e ingresé a la ducha. Tomé un baño de agua fría, disfrute cada gota de agua que caía en mi cuerpo. Limpié cada parte de mi cuerpo con la esponja y el jabón. Mientras tomaba el baño, escuché ruidos cerca de la pue
—Estoy enamorado de ti… Trague saliva. No sabía como responder a la declaración de Fray. —Bueno… yo… —¡Ey! Chicos ¿qué hacen aquí? —las personas que nos acompañaban en el viaje nos encontraron. Me solté de las manos de Fray y me giré para dar la espalda. —Ustedes se perdieron —habló Fray. —¿En serio hermano? — escuché cuestionar a Edon, quien al parecer también nos acompañaría en este paseo.Me giré para verlos, pero no venía solo, la odiosa de Chiara lo acompañaba. Traía unos pantaloncillos cortos, tan cortos que sus glúteos casi salían de ellos. Una blusa con un nudo en la cintura, donde dejaba ver su perfecto vientre. —Hermano, que bueno que decidiste acompañarnos. —Yo lo convencí —intervino Chiara. Puso sus manos sobre los hombres de Edon, pero este las quitó de inmediato.—Falta poco para llegar al río, así que es mejor que nos apresuremos. —Habló Fray. Empezamos a bajar por la colina, descendiendo poco a poco. A mi lado llevaba a Fray y por el otro a Ada. Mi amiga habl