La observé por algunos segundo. Era un placer para mí tenerla en mi cama a mi disposición. Nuestros labios se unieron con desespero de nuevo. Al parecer, ninguno de los dos quería terminar con esto. Empecé a bajar las mangas de su vestido y desabroché los primeros botones detrás de su espalda. Tenía experiencia en esto; sabía cómo darle placer a una mujer. Pero este momento era especial, para ambos. Antes de seguir con el resto de sus botones, me detuve.—Eres mía, solo mía. —gemí. Pasé mi lengua por su cuello. Todo su cuerpo temblo. Eso me agradaba, me excitaba. No pensé que se sintiera de esa manera. Nunca nadie en toda mi larga vida me había dicho algo así. Estuve con docenas de mujeres y no podía negar que mi corazón dio un brinco de emoción y que muy en mi interior sentí aquellas mariposas de las cuales muchos hablaban, aquellas que revoloteaban en tu estómago cuando te sentías… ¿Enamorado?, eran cosas ridículas que los humanos decían, pero eran verdaderas. En esta ocasión n
CirceLa primera vez, había escuchado muchos rumores de cómo sería la primera vez. Para algunos no es agradable, para otros ha sido lo mejor de su vida y yo estaba en ese grupo. Tener sexo con Edon había sido una fascinación inexplicable. No sé si por hecho de que él era un hombre lobo, este momento había sido tan mágico, pero en verdad que no había nada parecido en esta vida como tener sexo. Fue magnífico, sin duda alguna mi primera vez había sido un sueño sobrenatural. Vi a Edon quien estaba acostado a mi lado. Su respiración era calmada, lo que significaba que estaba dormido. No estaba en mis planes perder mi virginidad con Edon en este momento, pero no había otra manera de que pudiera escapar. Así es, hice todo esto para que pudiera escapar de este castillo y ayudar a mi amiga. Si seguía llevando la contraria a Edon, no iba a permitir que saliera de este sitio. Tal vez sonaba malvado, pero ahora no me arrepentía de haberlo hecho. Bajé de la cama, tratando de no hacer ruido. N
—Yo puedo ayudarte.Una mujer estaba parada a mi lado, era como de mi edad, llevaba una sudadera puesta y un gorro que cubría parte de su cabeza, sus jeanes estaban rotos, sus zapatos sucios, tenía un aspecto como de vagabunda. No entendía quien era y porque me hablaba. —Disculpe…—Soy lo que necesitas, puedo ayudarte con tu problema. —Una chica con aspecto de vagabunda no podía tener respuesta a mis problemas. —No entiendo de qué problema me hablas.—De tus poderes.Me sorprendí de su respuesta. Cómo es que ella sabía sobre mis poderes —No sé de lo que habla. —intenté pasar a su lado, pero me tomó del brazo. —Te conozco Circe Hall, mejor que de lo que piensas. Yo puedo ayudarte, también soy como tú. —No, ella no era como yo. Tal vez descuidaba mi aspecto físico, pero no me vestía de esa manera. —¿Cómo yo? —pregunté—Si, también soy una bruja. Yo puedo enseñarte muchas cosas.—No te creo. —Quizá era una loca. —Mira —Extendió su mano y una pequeña bola de energía se formó en ella
—¡Eso Circe! Más concentración, lo estás logrando. —No… no podré.—Esas palabras no deben de existir en tu vocabulario. ¡Concéntrate! Te falta poco, respira, uno, dos… treees.Concentré todo mi poder en las palmas de mis manos y logré levantar el gran tronco que estaba frente a mí. Se quedó levitando por algunos segundos hasta que lo lancé unos metros lejos de donde nos encontrábamos.Caí al suelo de rodillas, mientras trataba de controlar mi respiración.—¡Lo hice! ¡Lo hice! ¡Lo hiceeee! —grité de emoción —Si, pero te quedaste sin poder. Regresemos a casa para que recuperes tus fuerzas.Llevaba dos semanas en casa de Epona y esto era lo más difícil que había hecho. Requería mucha concentración y el uso de toda mi energía. Estos días aprendí a curar animales y plantas y no terminar intoxicada. Me pasaba mucho al principio, tal y como me sucedió con Ada, pero ahora ya podía hacerlo sin poner en riesgo mi seguridad. Cada día había un reto nuevo y me sorprendía de lo que era capaz. Ah
dos meses después…—Frio…caliente…frio…caliente. —Muy bien Circe. Ya lo haces muy bien. Estás preparada para regresar. Al fin, después de varias semanas viviendo con Epona. Tenía control sobre mis poderes. Nunca pensé en que esto serían maravillosos. Ahora ya me sentía preparada para regresar y poder ayudar a mi mundo y el mundo fantástico. —Es una lástima que no pueda volar por los cielos, me ahorraría mucho dinero en taxis —mencioné. —Pero no somos la mujer maravilla —se burló Epona. —Te puedo llevar cerca de la ciudad, pero deberías llamar a alguien para que venga por ti. —No es necesario conozco muy bien el camino. Di un suspiro profundo, me dolía despedirme de Epona, ya que por seguridad pasaría mucho tiempo para volvernos a reunir. La abracé con fuerza. —Te quiero mucho, pequeña, cuídate mucho y recuerda utilizar tus poderes solo para el bien. —Gracias Epona, por todo. Ella apretó el abrazo. —Por favor no siempre lo bello es lo mejor. No entendí sus palabras, pero as
—¡Circe! ¡Circe! —Palmeé mi cama, pero no lograba sentir el cuerpo de mi mate. Abrí mis ojos y me encontré con la cama vacía. Esto era extraño, despué de tener sexo con una mujer, era yo quien me iba antes de que ellas despertaran. Bueno, tenía que entender que Circe no era cualquier mujer y cada vez me sorprendía cada vez más. Quizá estaba en el baño o había regresado a su habitación. Me quedé otros minutos en mi cama, recordando lo sucedido durante la noche. Sin duda alguna esto no había sido solo sexo, esto era mucho más. Nunca me sentí tan completo como con Circe. Escuché muchas veces los comentarios de los lobos que encontraban a su compañera y para ellos era la plenitud. Y no mentían, durante décadas, sentí como una parte de mí me hacía falta y con Circe fue como llenar ese vacío. Me levanté de la cama al darme cuenta de que nadie salía de mi baño. Vi alrededor de la cama, su ropa no estaba. De seguro estaba en su habitación. Tomé ropa y me la puse. Caminé hacia su habitación
Desde ayer me sentía extraño, mi lobo interior estaba intranquilo. La primera vez que me sentí de esa manera fue cuan Circe llegó a la empresa y desconocía que se tratara de mi compañera. Ella estaba cerca. Recibí una notificación en mi móvil. Se trataba de Ada, la amiga de Circe y quien también se había convertido en una especie de amiga. Estuvo varios días hospitalizada, los humanos la estabilizaron y logró sobrevivir. Estuve con ella en todo momento, ya que era lo más cercano a Circe. Incluso logré soportar al gato de Circe, ese animal inmundo ya no me daba tanto asco. De pronto, alguien tocó la puerta. —Pase —grité. —Disculpen las molestias, lo buscan abajo. —¿De quién se trata? —pregunté—De la señorita Ada. —me pareció extraño que estuviera en mi casa, cuando se supone estaba con Fray, al menos eso fue lo que me dijo esta mañana antes de salir de casa. —Dile que pase. Espere unos minutos para ella llegará. —Hola Edón. —Hola Ada, pasa adelante. —Me alegra verte… bueno
CIRCE —Buenos días Circe. —Fray apareció en la puerta de mi apartamento. Estaba por salir e ir a visitar a mi amiga. —Hola Fray—Vine por ti para que desayunemos juntos. —Bueno… es que… está bien. Salí del apartamento y bajamos juntos hasta la carretera. Subí a su auto y condujo hasta un restaurante. —¿Cómo pasaste tu noche? —preguntó —Bien, ya extrañaba mi cama. Nos sirvieron café con algunos panecillos. —No voy a llenarte de preguntas, respeto tu privacidad y el hecho de que quisieras estar sola, estuvimos muy preocupados por ti. —mencionó Fray—Fray tú te has como todo un caballero y te pido disculpas porque me fui sin decir nada, pero eso no significa que no pensara en ustedes, sobre todo en Ada, sé que la ayudaste en su recuperación. —Te dije que iba a cuidarla y lo cumplí. Espero que estos meses lejos de nosotros haya sido de ayuda para ti. —Lo fue, tengo que contarte un secreto. —hablé. No soportaba un minuto más guardando, además no se lo podría decir a nadie más, A