Ah, caray, se nos desató un poco Lyra con este bombón jajaja. Si te gusta la historia, no te olvides de comentar y votar. No olvides tampoco dejar una reseña ;) ¡Muchas gracias!
LyraLos días fueron pasando y las cosas volvieron relativamente a la normalidad en mi empleo con Amelia, pero no con Landon, que no había intentado volver a hablar conmigo sobre el tema a pesar de haberlo prometido. Y no lo culpaba, pues él recibía constantes llamadas de los laboratorios para que fuera a atender los asuntos relacionados con el nuevo medicamento y las últimas pruebas. Estaban surgiendo algunos problemas para obtener ciertas certificaciones, ya que otras compañías farmacéuticas estaban presionando para que ese lanzamiento no se diera, pero Landon, que era implacable con eso, no se estaba dejando vencer. Aquella mañana, no solo los resquicios del sueño perturbador que tuve me hicieron saltar de la cama, sino los molestos ruidos que venían de afuera. Voces elevadas, gritos y ruidos de flashes resonaban con fuerza, creando un rumor desagradable. Corrí hacia la ventana y me quedé helada al ver al grupo de periodistas que se había congregado frente a la casa; llevaban co
Lyra Nuestra reconciliación no solo trajo consigo una felicidad enorme a mi vida, sino también a todos los que nos rodeaban. Amelia era la más feliz ante la idea de que pronto le diéramos un nieto. No habíamos necesitado decirle sobre la vasectomía; Amelia simplemente lo averiguó por su cuenta, y mi esposo tuvo que sufrir un inesperado jalón de orejas por hacer lo que ella calificaba como «la tontería más grande del mundo». Con respecto a Karime, ella se había retirado del ojo público, pues luego de que Landon desmintiera todo, había quedado como una mentirosa ante todos. —¿Cómo salió todo, doctor? —le pregunté cuando este llegó al consultorio. —Todo está bien —me dijo sonriendo—. La vasectomía fue revertida con éxito. Él tendrá que descansar unos días, pero de momento todo está bien. —¿Puedo pasar a verlo? —Por supuesto; él pidió verla, señora Russell. Con una sonrisa, seguí al doctor hasta la habitación donde estaba Landon. Verlo en bata de hospital y adolorido me causab
Lyra Estaba a punto de abrir la boca para defenderme, pero él salió del despacho, azotando la puerta. Cuando la abrí, él ya había salido de la casa. —No puede ser, no puede ser —murmuré, temblando de pies a cabeza. Ahora podía entender la actitud de Sofía hacia mí cuando me la encontré en el pasillo. Ella, al igual que Landon, creía que yo era infiel. Subí corriendo a mi habitación para buscar mi celular, deseando que Amelia pudiera ayudarme. Estaba segura de que ella, antes de sacar conclusiones, me escucharía y haría entrar en razón a Landon. Sin embargo, antes de que pudiera marcar el número de mi suegra, mi celular sonó. Era el número del hospital. Landon había aceptado que ellos tuvieran mi número en caso de cualquier emergencia. —¿Hola? —pregunté, extrañada. —¿Estoy llamando a la señora Lyra Russell? —me preguntó una señorita. —Sí, soy yo —contesté—. ¿Qué sucede? El celular se me cayó de las manos en cuanto ella me dijo lo que había sucedido. Mi hermano mellizo,
Landon El desgraciado de Thane intentó golpearme de regreso, pero pude detenerlo antes de que lo hiciera. Siempre que la rabia me invadía, dejaba de mirar todo a mi alrededor y ahora mi objetivo era Thane. Quería deshacerme de él no solo por ser la persona que más deseaba mi destrucción, sino por ser el primero en la vida de mi esposa, que intentaba en vano parar los golpes que los dos nos dábamos. —¡Basta, por favor! —gritó Lyra—. Estamos en un hospital, por favor. Mi sangre hirvió más. ¿Acaso estaba defendiendo a esta basura? Mis puños se cerraron en torno al cuello de la camisa de Thane, que apretó los dientes, pero se contuvo de seguir atacándome, tal vez para verse bien ante Lyra. —Por favor —suplicó mi esposa una vez más con voz débil. Lyra se alejó de nosotros y se tambaleó. Antes de que cayera al suelo, tanto Thane como yo nos apresuramos a sostenerla, siendo yo el que lo hizo más rápido. —¡Lyra! —exclamé preocupado. —Voy por un médico —masculló Thane. —Lyra, des
LandonConduje rápidamente hacia el hospital en donde habían ingresado a mi madre. A pesar de que me encontraba preocupado por ella, no podía dejar de pensar en el embarazo de Lyra y en las palabras de ese infeliz. ¿Realmente sería su hijo? No tenía mucho sentido, pues yo había estado bastante tiempo junto a Lyra y también trabajaba junto a mi madre, pero la sangre seguía hirviéndome. Necesitaba saber la verdad y actuar en consecuencia. Deseaba saber si realmente conocía a mi esposa, si en alguno de esos momentos en que no estábamos juntos, ella se había visto con él y entonces habían concebido a ese bebé.Al llegar a la recepción del hospital, pregunté por mi madre. La señorita, que se sonrojó al verme, me respondió que el doctor podía darme esa información, pero que ella había salido de la cirugía.—Se encuentra estable y despierta —me dijo el doctor—. A pesar de todo, creo que se va a recuperar. La cirugía ha salido bien.—¿Habla en serio?—Sí, señor Russell. Ella se encuentra mejor
Lyra Al estar sola en la habitación y recobrar un poco de la vigilia, pensé en Byron. Nadie había venido a decirme nada con respecto a la cirugía, lo que me generaba una angustia que me oprimía el pecho y empañaba un poco la felicidad que sentía respecto al bebé que estaba esperando. Además, Landon no estaba; los minutos pasaban y él seguía sin regresar. Necesitaba saber si estaba bien o si había peleado de nuevo con Thane. Cuando comencé a desesperarme, me levanté lentamente, cuidando de no caer para no afectar a mi bebé. Sonreí para mis adentros y acaricié mi vientre. Esto se sentía como un regalo del cielo, enviado por mi pequeño ángel que habitaba en él. Estaba segura de que este nuevo pequeño nos uniría nuevamente a su padre y a mí, y dejaríamos los problemas atrás, así como habíamos superado lo de Karime. Él tenía que confiar en mí, así como yo había confiado en él. De manera inesperada, se abrió la puerta de la habitación. Por un segundo me emocioné pensando que era Land
Landon Volteé la botella por completo para saber si todavía tenía contenido, pero me enfurecí al ver que estaba vacía y la lancé. No sabía cuánto tiempo llevaba en la oficina bebiendo, durmiendo y lidiando con mi existencia, pero calculaba que al menos eran dos días. Durante este tiempo, no dejé que nadie entrara a mi oficina, ni siquiera mi asistente. Necesitaba aclarar mis ideas, que estaban más desordenadas que un rompecabezas con las piezas desperdigadas sobre la mesa.Finalmente, después de resignarme a que no quedaba más alcohol, llegué a la conclusión de que Lyra estaba embarazada y que debíamos hablar, pasara lo que pasara. Después de todo este tiempo, había descubierto que la amaba más de lo que me imaginaba y que no quería separarme.Todo esto debía ser una confusión absoluta.—Tengo que ir —murmuré mientras me levantaba con algo de dificultad. Mis piernas y mi cuerpo en general pesaban mucho, pero me dirigí al baño y me di una ducha rápida. Había traído ropa limpia conmigo
LandonNo supe cuánto tiempo había pasado en esa posición. Podía notar levemente que las piernas comenzaban a dolerme, pero me mantenía mirando el interior de esa habitación sin pensar en nada y, a la vez, pensándolo todo. El pecho de Byron subía y bajaba de manera lenta, teniendo problemas cada seis respiraciones o cinco; las máquinas marcaban cada una de esas breves apneas de las que tal vez yo debía informar a alguien. Sin embargo, seguía tan quieto como una estatua, respirando contra el cristal que se empañaba cuando exhalaba. Hacía frío, lo esperable en un hospital, pero no era precisamente el aire acondicionado lo que me hacía sentir así. Me sentía vacío ante la idea de haber perdido a Lyra, por las dudas que me corroían el cerebro. De pronto, sentí una presencia a mi lado, pero seguí ignorándola. Estaba realmente sumergido en mis pensamientos y en mi dolor, y no era capaz de darle importancia a lo que me rodeaba. Solo estábamos Byron, yo y mi deseo de intercambiar mi lugar con