Siempre llegamos a un punto de nuestras vidas donde no podemos más, donde no sabemos a dónde ir o que camino elegir, nos damos cuenta que cada vez que crecemos nos damos cuenta del estúpido deseo que pedimos de niños, ser adolescente no era una buena idea, ser adulto ya es ahogarse en un vaso de agua. Sin darte cuenta, te miras al espejo y notas que la niña que deseaba tener todo lo que tiene un adolescente o un adulto parece complicada y te miras en el espejo viendo que eres el intento de adolescente que has deseado en vano.
No, no quiero ser más un adolescente con muchos problemas, no estoy preparado para la vida de adulto que me espera, no puedo entender lo que siento como para ver que sentiré cuando crezca, el futuro da miedo pero nadie nos prepara para aquello.
Y así como llega la adolescencia llega el amor, suficiente tenemos con nuestros pensamientos para agregarle un problemas más a nuestra vida de adolescente, pero el experimentar aquello te hace pensar mucho más las cosas y no siempre es como lo pintan los adultos o las películas y libros que vemos o leemos, es mucho más que un simple enamoramiento.
— Maya Briceño.
Miércoles, 25, Abril, 2018...
Caminaba sin rumbo por los pasillos de la Universidad, solo observando el piso de ceramica blanca, suspiro pensando que llegaré tarde a mi clase de informática como siempre y debía darme prisa si no quería recibir un sermón bello de eso que te dan y te hacen sentir mal ¡¡Chicos!! La universidad no es fácil, esto no es el instituto no es nada parecido a la educación en Venezuela, nada comparado.
Estaba por cruzar el pasillo a mi clase cuando siento un brazo rodear mi cuello haciendo que le diera un codazo en el estómago por el susto que me provocó el chico, obvio que era un chico, uno que conozco hace poco tiempo.
— Vuelves a asustarme así y el golpe te lo daré en otra parte — el chico se quejaba tocando su estómago.
Llevaba un año en España y 7 meses estudiando en esta universidad la carrera que combinaba bien con mi talento en el dibujo, aquel chico que golpeé era un amigo que conocí dos semanas después de ingresar.
— Maxi, golpeas como niño, ¿Cómo fue posible que tuvieras novio? — me mira aun quejándose por el dolor.
— Lo mismo decía mi mejor amigo — reí con nostalgia.
— Sigo curioso, Maxi, ¿Podrías contarme un poco de tu pasado? — pregunta curioso; este chico se había vuelto un gran amigo desde que lo defendí de la típica chica de novelas cliches, desde entonces es una garrapata pegado a mí, tenemos un amigo en común, como si fuera poco nos llaman "los tres mosquetero" en toda la universidad. — Entonces, ¿Es un sí?
— ¿Quieres saber? — asiente ante mi pregunta. — ¿Cómo conocí al idiota de mi ex? — pregunte de nuevo, pensé un poco mis palabras y empecé a recordar cómo fue que lo conocí — Mi vida antes de conocerlo a él... era diferente, pero mi vida después de conocerlo tomo líneas diagonales, para ser más clara, él casi me atropella con su moto...
Lunes, 6, Octubre, 2014El ruido de una moto se hace escuchar, la ansiedad y el miedo se entierran en mi pecho, un chico acostado en el pavimento frió, los fuegos artificiales decoran el cielo nocturno mientras mi boca se seca, mis manos llenas de sangre fresca y mis lagrimas mojando mi rostro.Me encuentro sentada en mi cama mirando un punto fijo perdiéndome en mis pensamientos luego de analizar la pesadilla que acabo de tener en la madrugada, mi perro no dejaba de ladrar, me leva
¿Que hace el desconocido aquí?...Trago saliva y lo veo sonreír.Salgo como alma que se la lleva el diablo del restaurante, el cual se llama "La Casita De Maxi, Mili y Ana".Camino y me quedo mirando la motocicleta roja del supuesto secuestrador, me agacho y la admiro, un hermoso Harley Davidson 2012.¿Cómo que se qué marca es?Pues, eso es gracias al taller de mecánica que tengo a lado de mi casa.Llego a mi casa cansada de caminar y un calor gracias a los rayos de sol que hace y con una sed horrible.
Martes, 7, octubre, 2014.Me encontraba pegándome contra la madera del pupitre por el calor. Un bombillo dentro de mi cabeza, brilla, me pare de mi asiento y todos me miran.— La revolución francesa inició a principio del año 1789 y terminó con golpe de estado en 1799 — todos me miraron y después a la profesora de historia, pero mi pregunta aquí es ¿Por qué hablamos de la revolución francesa y no venezolana?, obviamente porque es historia universal o la profesora odia la patria.— Muy bien, Max, tienes cinco puntos ganados — me encanta, te amo, Wikipedia. Y no hice trampa, ya sabía de esa información cuando hice un trabajo de la misma materia el año pasado.Todos suspiran resignados por salir del infierno... digo... Instituto.&mdash
Veo que abre su ventana.— ¿Podemos hablar? — me pregunta y asiento — Bien, atrapa — me tira la escalera de cuerda, lo enganche en la pared que tiene unos ganchos.Ya listo, Sam empieza a cruzar hasta llegar a mi cuarto.— Habla — dispare mientras busco mi uniforme de premilitar en mi armario.Como no dice nada gire y veo que está reuniendo todas las almohadas y peluches en un rincón de mi cama.— ¿Qué haces? — lo mire confundida — Estas actuando raro, Sam — vuelvo hablar, camina hacia a mí y me pone en la puerta.— Es mejor prevenir que lamentar — aconseja.— ¡Ya!, ¿Qué sucede?, ¿Quien murió?, eh — empecé a preguntar ya obstinada.Él se sienta en
— Plaza Bolívar, 04:50 p.m. mismo día —Los tres chicos me miran. Qué para joder el momento son guapos.Esta tipa sabe conseguir buenos partidos pero ¿Por qué no se quedó con uno?<<Por Dios, son guapos y miré el trasero de ese rubio>> — opina mi conciencia sucia.Apenas los conozco y ya tengo sus números de teléfono, para cuando tenga teléfono poder agregarlos, al fin amigos guapos, claro Sam no se queda atrás y sobre todo es mi mejor amigo.En eso llega él y la tipa, el pobre forzando su mejor sonrisa y ella falsa como presentí. Y como dicen por ahí, ojo de loca nunca se equivoca.— ¡Sam, por aquí! — sonríe al verme.Obvio que todos se alegran al verme,
— Raúl Owen´s —Me encontraba saliendo del taller de un tío padrino, ya que mi moto se me había accidentado esta mañana y por pura coincidencia de la vida delante del Instituto de la castaña de ojos castaños claros, y ayer justamente ayer la había visto por primera vez.Y por cosa de la vida la volví a ver en un restaurante que acostumbro ir con mi hermano Richard, 4 años menor que yo.Y hoy fue en el Instituto, vi cómo se sorprendió y a la vez se ponía nerviosa, ya estará pensando que soy un secuestrador y me da algo de gracia que sea tan dramática.Me río por sólo pensar en eso.Aunque también me encuentro molesto por otra cosa, mi madre, ella quiere que tenga una novia, que ya estoy lo suficiente mayor, que a esta edad
— Volviendo al tema, ¿Quién eres tú?, ¿Y quién es él? Me interesa el chisme — vuelve a preguntar, mientras cierra la puerta y camina hacia donde nos encontramos Raúl y yo...20 minutos después.Le conté lo sucedido pero con Raúl en la cocina y nosotros en la sala.Este pendejo que tengo por amigo agarra un cojín del sofá y me pega.— Eres pendeja, ¿Cómo se te ocurre irte a pie por el centro todo desierto después de la 6?, estúpida — susurra volviendo a pegarme, agarro un cojín y le regreso el golpe.— Y me decías que él podría ser un secuestrador, pero resulta y acontece que es médico — susurro pegándole más con el cojín.Me gusta la decoraci
Domingo, 02, noviembre, 2014.Como todos los domingos, duermo hasta tarde.Corrijo, como todos los domingos, dormía hasta tarde. Eso cambio cuando mi hermana Lili le dio por meterse a un deporte, "esgrima", todos los sábados y domingos.Mis días de felicidad acabaron cuando eso ocurrió aquella mañana de agosto del año 2013. Pero, ¿Por qué acabaron? fácil, porque yo tenía y tengo que acompañarla a sus entrenamientos, pero «Siempre hay un pero» eso dejó de pasar cuando tenía que ir al hospital a jugar con los niños vestida de payasita.Me levanto con toda la flojera del mundo me pongo mis chancletas y salgo sin mirar mi reflejo, porque de seguro lo único que veré en ese espejo serán las ojeras que me dejó la noche por estar leyendo hasta la madrugada