— Plaza Bolívar, 04:50 p.m. mismo día —
Los tres chicos me miran. Qué para joder el momento son guapos.
Esta tipa sabe conseguir buenos partidos pero ¿Por qué no se quedó con uno?
<<Por Dios, son guapos y miré el trasero de ese rubio>> — opina mi conciencia sucia.
Apenas los conozco y ya tengo sus números de teléfono, para cuando tenga teléfono poder agregarlos, al fin amigos guapos, claro Sam no se queda atrás y sobre todo es mi mejor amigo.
En eso llega él y la tipa, el pobre forzando su mejor sonrisa y ella falsa como presentí. Y como dicen por ahí, ojo de loca nunca se equivoca.
— ¡Sam, por aquí! — sonríe al verme.
Obvio que todos se alegran al verme, menos ella, menos mal que los chicos están de espaldas o sino escapa como una rata.
— Oh, Veronia — finjo sorpresa.
— Oh, Maximiliana — saluda falsa como siempre.
— Querida, te quiero presentar a unos nuevos amigos — ellos voltean y se sorprenden, Sam se puso a mi lado. — Sam, ellos son... Leonel o mejor conocido como Leo, el que la invita a salir.
Lo señale como si fuera un producto, él es moreno, alto, pestañas largas, ojazos verdosos, cabello negro como afro y tiene lo suyo, un cuerpo cultural, y no olviden su trasero bien redondo.
¿Quién dijo que nosotras no vemos traseros?
— Él, es Logan, el de los besos.
Rubio, ojazos café claros, buen cuerpo, con pecas y unos hoyuelos de infarto también con un trasero envidiable.
¿Pa´ Cuando yo?
<<Pa´ cuando vayas al gimnasio, Max>> — exclama mi conciencia que nunca se calla.
— Y este bombón, Emilio con quién tiene relaciones íntimas.
Cabellera negra al estilo Justin Bieber, ojazos azules cielos, sonrisa colgante y bueno ya veo porqué con él tiene relaciones.
Veronia me mira con rabia que se le nota por toda la cara de lo roja que esta.
— Chicos, él es Sam, el banco, el que da la plata, el dinero, los verdes — no voy a describir a mi mejoro porque ya sabemos que está hermoso. Todos se miran y Veronia aún enojada conmigo. — Ah se me olvidó, y ella es Veronia, digo, Verónica, ya todos se conocen.
Sonrío feliz, mi venganza es sencilla y simple pero...
— Ahora nadie saldrá contigo, ya que sin querer difundí tu foto por las redes sociales revelando lo que eres, perdón por eso no quería rayarte de esa manera, no es mi estilo — no sé por qué tengo tantos seguidores en mis redes sociales si solo ayudo en el hospital y a los más necesitados en una fundación.
— Me las pagarás, niña estúpida, no sé qué le vi a este pendejo — dice frustrada y furiosa.
— Pendejo y todo, pero así lo quiero, así que no te metas con él o si no te las veras con mi puño — dije a punto de golpearla si no fuera porque Sam me tiene agarrada de la cintura para no matarla, ella solo se va asustada de mí.
— Gracias por avisarnos que nos engañaba — agradece Leo.
Sam me suelta para después poner su brazo en mis hombros, se le ve tranquilo.
— Y yo pensando presentarla a mis padres — habla Logan, tanto Leo como Emilio asienten dando la razón.
— Pero resulto ser esa típica chica interesada — suspira Emilio.
— Pero gracias a Max, supimos cómo era en realidad, ¿Verdad? — pregunta Sam, todos asiente. — Gracias, pequeña Max — dijeron al unísono.
— No tienen porqué... — me abrazan de la nada apretando mi pequeño cuerpo — ¡Odio los abrazos! — grite mientras ellos seguían abrazándome y riéndose.
06:45 p.m.
El cielo se estaba oscureciendo al paso de las horas y de mi caminata rápida por las calles del centro todo desierto como era típicamente a estas horas de la tarde, todos regresaron a sus casas, Sam se fue al mercado a ayudar a su padre y yo de camino a mi casa.
De repente veo a un sujeto sospechoso caminar a mi dirección y un mal presentimiento inundó mi pecho y mente, doy la vuelta para regresarme cuando otro tipo también sospechoso camina en mi dirección, miro al otro lado de la calle y veo a otro sujeto.
El miedo ya lo tenía instalado en mi corazón que latía sin parar.
Aquí fue.
Aquí me morí.
Sin pensar dos veces la situación en la que estaba mire hacia atrás y corrí al callejón, cuando llegue al final de este, resultó ser un callejón sin salida, una reja de alambre me impedía el paso a la otra calle.
El callejón estaba oscuro solo un faro que cada cinco segundos se apagaba y encima de que no alumbraba un pepino.
Aquellos tipos llegaron hasta estar en frente de mí.
— Que linda niña tenemos aquí... — dice uno de ellos con la voz ronca que me dio hasta escalofríos. — ¿Quieres jugar un rato con nosotros?, linda — pregunta otro más bajo, trague saliva, me pegue más a la reja queriendo desaparecer y estar en mi casa con mi familia.
Cuando veo que se acercan más a donde me encuentro, veo mi fin.
Pero como si Dios escuchará mis súplicas, llega una moto por encima de nosotros como si todo esto se tratara de una película de acción, que cliché.
La luz de la moto no me deja ver a mi salvador.
— El único que jugará con ustedes seré yo, imbéciles — escupe con enojo el motorizado, su voz era gruesa y algo familiar...
Con lo oscuro que se veía el callejón y con el intento de faro, no podía ver con detalle al hombre que me salva de la situación en la que me metí por terca.
—Muchachos, encárguese del tipo, yo me encargó de la niña — habla el sujeto de voz grave, empecé a temblar de los nervios, que injusticia.
Los dos sujetos se acercaron al motorizado, la luz de la moto se apaga y el hombre se acerca a mí, mi fin, aquí fue.
—Tranquila, princesa, pasara rápido — mis nervios se apagaron al escuchar el princesa.
— ¿Acabas de llamarme princesa? — pregunté molesta, una cosa es tener miedo y otra cosa es que odies que te digan de una manera, los tres que estaban peleando miran la escena — Mire, hombre, yo no cargo absolutamente nada para que me estés robando y si eso no es lo que quiere búsquese una puta que lo complace en lo que sea, no se complique la vida, hombre.
Debía callarme porque daba pasos rápidos hacia mí, me tomó de los hombros haciendo que los nervios se activaran de nuevo, cerré los ojos con ganas de que todo se terminara pero solo se escuchó un cuerpo caer.
Abrí los ojos, y los tres sujetos estaban tirados en el suelo jadeando, mire al desconocido salvador con un tubo de metal en mano, se quitó el casco y me lo tiró, lo tomé aun forzando la vista.
— Vamos, te llevo a casa — lo escuche más claro y cerca.
— ¿Raúl? — asiente, me acerco rápido a la moto y veo que aprieta una parte de su brazo derecho.
— ¿Te hizo algo? ¿Te lastimaron? — me pregunta preocupado y niego.
— Y tú... — lo veo sonreír con la poca luz.
— Tranquila no es nada grave... — él está a punto de montarse a la moto pero me subo primero, veo que los sujetos siguen en el suelo, al parecer inconsciente. — Siguen vivos... por desgracia... ¿Ahora manejas?
Vuelve a preguntarme, me pongo el casco y lo miro.
—Estas herido... — muevo un poco mi cabeza — Y... gracias... por salvarme, otra vez...
Termine de decir en un susurro.
— Hoy por ti, mañana por mí... — dice y lo miro sonreír.
¿Quién diría que él salvaría mi vida en ese mismo instante?
— Raúl Owen´s —Me encontraba saliendo del taller de un tío padrino, ya que mi moto se me había accidentado esta mañana y por pura coincidencia de la vida delante del Instituto de la castaña de ojos castaños claros, y ayer justamente ayer la había visto por primera vez.Y por cosa de la vida la volví a ver en un restaurante que acostumbro ir con mi hermano Richard, 4 años menor que yo.Y hoy fue en el Instituto, vi cómo se sorprendió y a la vez se ponía nerviosa, ya estará pensando que soy un secuestrador y me da algo de gracia que sea tan dramática.Me río por sólo pensar en eso.Aunque también me encuentro molesto por otra cosa, mi madre, ella quiere que tenga una novia, que ya estoy lo suficiente mayor, que a esta edad
— Volviendo al tema, ¿Quién eres tú?, ¿Y quién es él? Me interesa el chisme — vuelve a preguntar, mientras cierra la puerta y camina hacia donde nos encontramos Raúl y yo...20 minutos después.Le conté lo sucedido pero con Raúl en la cocina y nosotros en la sala.Este pendejo que tengo por amigo agarra un cojín del sofá y me pega.— Eres pendeja, ¿Cómo se te ocurre irte a pie por el centro todo desierto después de la 6?, estúpida — susurra volviendo a pegarme, agarro un cojín y le regreso el golpe.— Y me decías que él podría ser un secuestrador, pero resulta y acontece que es médico — susurro pegándole más con el cojín.Me gusta la decoraci
Domingo, 02, noviembre, 2014.Como todos los domingos, duermo hasta tarde.Corrijo, como todos los domingos, dormía hasta tarde. Eso cambio cuando mi hermana Lili le dio por meterse a un deporte, "esgrima", todos los sábados y domingos.Mis días de felicidad acabaron cuando eso ocurrió aquella mañana de agosto del año 2013. Pero, ¿Por qué acabaron? fácil, porque yo tenía y tengo que acompañarla a sus entrenamientos, pero «Siempre hay un pero» eso dejó de pasar cuando tenía que ir al hospital a jugar con los niños vestida de payasita.Me levanto con toda la flojera del mundo me pongo mis chancletas y salgo sin mirar mi reflejo, porque de seguro lo único que veré en ese espejo serán las ojeras que me dejó la noche por estar leyendo hasta la madrugada
— Es el destino...Suspiro, destino... aja el destino y sus cosas, vamos a creerle eso, todavía lo miro, pero cada vez más cerca de mi rostro, yo me quedo quieta en mi lugar, Raúl se acerca hasta sentir su respiración chocar con la mía... Su teléfono suena, él se aleja rápido algo molesto, saca su teléfono, se despide, se va y me deja confundida, mi hermana desde la distancia me mira al igual que yo de confundida.— ¿Que acaba de suceder? — susurro pa' mi.— Te iba a besar — ataca Lili.Ya había pasado tres horas desde aquello, yo sigo sin entender, salimos del gimnasio.— Te iba a besar — vuelve a repetir.— Eres pendeja, claro que no, no iba a pasar tal cosa, de seguro tengo algo en el rostro — me toco la cara y nada
— Lo siento, no te vi, pequeña payasita — justo en mi altura, veo a la persona frente de mi con una vocecita de payaso, lo analizo desde sus converses blancas hasta su sombrero con oreja de oso negras, vestía normal, camisa azul de manga larga, pantalones negros, la bata típica, su maquillaje simulaba la cara de un oso panda, literal era como un doctor panda.— Tú debes de ser la Doctora Rangers, ¿no? — volvió hablar pero esta vez con una pregunta, me da la mano y la acepto parándome del suelo.— ¿Y tú eres?, porque la verdad nadie me habló de algún payaso animal— recojo la bolsa viendo al chico, espero que no sea lo que yo pienso.— Oh Doctora Ranger, los muchachos ya están...— Lola se detuvo a continuar al verme con el payaso— Vaya, creo que ya conociste
Jueves, 11, Diciembre, 2014.— Bueno chicos, que pase unas felices navidades y año nuevo, nos vemos pa enero— anunció Lizbeth, nuestra profesora de matemática, era nuestro último examen y día de clases, estamos libre hasta el año que viene. Todos empezamos a salir apurados festejando por las vacaciones unos que otros de mis compañeros hablaban de a donde se iban a pasar las vacaciones o que harían después de navidad y esas cosas.— Por fin libertad— aplaude Vito, yo igual lo hago con él.— A comer muchas hallacas se ha dicho— ordena, me río por su actitud— Por cierto, ¿Que harás el 24?Lo mire analizando su pregunta, no tenía nada en mente, aunque a Sam algo se le iba a ocurrir.— No sé aun, aunque de seguro pasare el 24 donde mi abuela con la familia de mi pa
— Claro que lo sentirás, solo espera que llegue el indicado que te robe el corazón, obviamente metafóricamente, Max — susurró en mi oído, esa voz me era conocida, me paralizo al sentir su brazo por mi hombro, miro a mi derecha encontrándose con nada más que Logan.— Si no llega nadie, me encargare personalmente de enamorarla—se señala.— Ha, Ha, Ha, que chiste más gracioso— río sarcásticamente— Casi me das un infarto, Logan— le doy un codazo sacándole todo el aire.— ¡Auch!— se queja tocando su estómago— ¿Con quién andas?— Con unos amigos— miro visualizando a los chicos y no lo veo.— Mmmm, y ¿Amigas?— reí asintiendo en respuesta, sin darme cuenta, Raúl tenía del br
(…)— Mamá, él es Raúl, un amigo, amigo, amigo— repitió tres veces"amigo"y duele. La mujer que es la copia original de Max, asiente y estrechan las manos— Y ellos son Logan, Leo, Emilio y me imagino que te acuerdas de Lola.Se saludan normal, al parecer su mamá solo sospecha de mí, y ¿Quién no?, si fui yo quien la trajo en una moto, su madre no deja de mirarme, si no mal recuerdo se llama Elizabeth.— Hija, el muchacho es muy guapo, ¿Por qué solamente amigos? — me aguante las ganas de reírme, al parecer ella no se dio cuenta de que la escuche.— ¡Mamá!, por favor, ya para— se sonroja de la vergüenza y se ve adorable, pero no, no puedo enamorarme de... de su manera de sonreír, sus ojos llenos de alegría y...Tengo que mantener mi mente fría, s