— Es el destino...
Suspiro, destino... aja el destino y sus cosas, vamos a creerle eso, todavía lo miro, pero cada vez más cerca de mi rostro, yo me quedo quieta en mi lugar, Raúl se acerca hasta sentir su respiración chocar con la mía... Su teléfono suena, él se aleja rápido algo molesto, saca su teléfono, se despide, se va y me deja confundida, mi hermana desde la distancia me mira al igual que yo de confundida.
— ¿Que acaba de suceder? — susurro pa' mi.
— Te iba a besar — ataca Lili.
Ya había pasado tres horas desde aquello, yo sigo sin entender, salimos del gimnasio.
— Te iba a besar — vuelve a repetir.
— Eres pendeja, claro que no, no iba a pasar tal cosa, de seguro tengo algo en el rostro — me toco la cara y nada
— Lo siento, no te vi, pequeña payasita — justo en mi altura, veo a la persona frente de mi con una vocecita de payaso, lo analizo desde sus converses blancas hasta su sombrero con oreja de oso negras, vestía normal, camisa azul de manga larga, pantalones negros, la bata típica, su maquillaje simulaba la cara de un oso panda, literal era como un doctor panda.— Tú debes de ser la Doctora Rangers, ¿no? — volvió hablar pero esta vez con una pregunta, me da la mano y la acepto parándome del suelo.— ¿Y tú eres?, porque la verdad nadie me habló de algún payaso animal— recojo la bolsa viendo al chico, espero que no sea lo que yo pienso.— Oh Doctora Ranger, los muchachos ya están...— Lola se detuvo a continuar al verme con el payaso— Vaya, creo que ya conociste
Jueves, 11, Diciembre, 2014.— Bueno chicos, que pase unas felices navidades y año nuevo, nos vemos pa enero— anunció Lizbeth, nuestra profesora de matemática, era nuestro último examen y día de clases, estamos libre hasta el año que viene. Todos empezamos a salir apurados festejando por las vacaciones unos que otros de mis compañeros hablaban de a donde se iban a pasar las vacaciones o que harían después de navidad y esas cosas.— Por fin libertad— aplaude Vito, yo igual lo hago con él.— A comer muchas hallacas se ha dicho— ordena, me río por su actitud— Por cierto, ¿Que harás el 24?Lo mire analizando su pregunta, no tenía nada en mente, aunque a Sam algo se le iba a ocurrir.— No sé aun, aunque de seguro pasare el 24 donde mi abuela con la familia de mi pa
— Claro que lo sentirás, solo espera que llegue el indicado que te robe el corazón, obviamente metafóricamente, Max — susurró en mi oído, esa voz me era conocida, me paralizo al sentir su brazo por mi hombro, miro a mi derecha encontrándose con nada más que Logan.— Si no llega nadie, me encargare personalmente de enamorarla—se señala.— Ha, Ha, Ha, que chiste más gracioso— río sarcásticamente— Casi me das un infarto, Logan— le doy un codazo sacándole todo el aire.— ¡Auch!— se queja tocando su estómago— ¿Con quién andas?— Con unos amigos— miro visualizando a los chicos y no lo veo.— Mmmm, y ¿Amigas?— reí asintiendo en respuesta, sin darme cuenta, Raúl tenía del br
(…)— Mamá, él es Raúl, un amigo, amigo, amigo— repitió tres veces"amigo"y duele. La mujer que es la copia original de Max, asiente y estrechan las manos— Y ellos son Logan, Leo, Emilio y me imagino que te acuerdas de Lola.Se saludan normal, al parecer su mamá solo sospecha de mí, y ¿Quién no?, si fui yo quien la trajo en una moto, su madre no deja de mirarme, si no mal recuerdo se llama Elizabeth.— Hija, el muchacho es muy guapo, ¿Por qué solamente amigos? — me aguante las ganas de reírme, al parecer ella no se dio cuenta de que la escuche.— ¡Mamá!, por favor, ya para— se sonroja de la vergüenza y se ve adorable, pero no, no puedo enamorarme de... de su manera de sonreír, sus ojos llenos de alegría y...Tengo que mantener mi mente fría, s
— Max Rivas —Raúl se había ido.Y fue tan extraño cuando me dio aquel beso en la frente, ni Sam me da besos en la frente.Y ese abrazo hasta poder oler su perfume también fue extraño.Pero, ¿Por qué me pidió perdón? Eso fue aún más extraño, él ni siquiera me había lastimado.Entre a la casa a buscarlo y note que no estaba su moto, eso solo significaba una cosa.Se había ido.Me senté a un lado de mi hermana en el sofá mediano color vino tinto que tenemos en la sala de la casa.— Y ¿Tu rubio de ojos lindos? — la mire con aquella mirada que sé que la intimida — Solo pregunto, no es para tanto — niego.— Se fue y no me dio razones — miro a otro lado.— Hora
6: 30 p.m.Camino cansada hasta la puerta de mi casa, el cielo se veía oscuro para la hora que era, estaba por tocar para que me abrieran cuando la puerta se abre y sale mi padre hecho una furia, se monta en la camioneta y arranca a donde quien sabe.Me rasco la cabeza confundida y entro a la casa, veo a mi madre sentada en el sofá de la sala con las manos en su cara e inclinada, mi hermana también estaba sentada pero en los escalones de la escalera.— ¿Qué pasó?—pregunté extrañada por la situación, mi mamá me mira y niega — Mamá...— la llamo para que me vuelva a mira y no lo hace.— Unas cuentas del restaurant no salieron bien y falta gran cantidad de dinero, eso hizo que papá se molestara y terminará discutiendo con mamá— habla Lili, la miro y luego miro a mamá la cual no niega na
Sam se encontraba algo borracho pero consciente, pues caminaba de lado. Nuestro barrio quedaba cercas los edificios "Los Bloques", solo teníamos que pasar dos canchas y varias calles, el cielo estaba oscuro para la hora que es.Liliana se encontraba en "modo sad”, y yo ya ni sabía a quién ponerle más cuidado o a Sam "medio borracho" o a Lili en "modo Sad".Después de debatir un poco llegamos nuestra calle y cada quien pa su casa o eso creí cuando Sam se sentó en la acera frente a mi casa, Lili entró a la casa dejando la puerta abierta para mí, iba a entrar igual pero tuve piedad de mi mejor amigo.— ¿Ahora te vas a poner en modo sad también?— pregunte mientras me senté a su lado.La cuadra está algo sola, solo unos que otros vecinos estaban sentados fuera de su casa con sus sillas de plástico, ya era de noche para ser
—Coco... — susurra oliendo y vuelve a suspirar.El calor se acumulado en mis mejillas y entro en shock, mis manos tiembla.Acaso no tiene vergüenza, ¿Ah?— ¡El apartamento se quema!— yo era la que me quemaba, Raúl cae al suelo quejándose del susto que le di.— Max, no se está quemando nada— exclamó sentándose en el suelo aún, me río nerviosa aun con el libro en mis manos.— Lo siento, el libro está bueno— parecía un diario, solo hablaba de una chica dominicana, Raúl se da cuenta de algo y se altera.— ¡Max!, ¡¿Qué estás leyendo?!— se levanta y me quita el libro, sus mejillas están rojas, se ve tierno.— ¿Qué tiene de malo?— pregunté.—&n