Capítulo 459
Las manos de Álvaro temblaban, y su respiración seguía agitada. Su mirada sin foco tardó unos segundos en concentrarse.

—¿Alvi? —Lo llamó Oliver con suavidad. Finalmente, Álvaro se fijó en el anciano que lo observaba con preocupación.

—¿Qué hora es? —preguntó Álvaro, casi sin aliento.

—Son las seis de la tarde, ¿tienes hambre? Pediré que traigan algo de comer —respondió Oliver, mientras elevaba lentamente el respaldo de la cama. Álvaro no opuso resistencia.

—¿Por qué sigues aquí? —murmuró Álvaro con una pausa tensa—. Ahora que sabes lo que soy, lo lógico sería que te alejaras, ¿no? Unión Rojo no la voy a tocar.

—¿Qué insinúas? ¿Crees que tu abuelo se queda solo para que no «devores» Unión Rojo? —replicó Oliver, en un tono severo.

Álvaro lo miró sin responder.

—Unión Rojo fue siempre tuya —agregó Oliver, bajando los párpados para ocultar la humedad en sus ojos. Luego acomodó la sábana sobre la mano de Álvaro—. Di lo que gustes conmigo, pero por favor no insistas delante de tu abuela. Su
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