Capítulo 439
Sin embargo, Cristóbal había estado siempre más concentrado en sus pacientes y en su investigación que en relaciones personales.

Santiago, en su afán de verlo acompañado, llegó a presentarle varias chicas con buenos antecedentes y excelente reputación, pero, en cada cita, Cristóbal terminaba hablándoles como si fueran sus «clientas», hurgando en sus inseguridades y haciéndolas huir sin intención de verle de nuevo.

La comida se desarrolló de un modo sorprendentemente relajado.

Tras un par de comentarios iniciales un tanto filosos, Santiago moderó su aire intimidante y mostró un talante amable, conversando con Gabriela.

Aunque hablaba con lentitud, se expresaba con sabiduría y afecto, como si fuera ese típico abuelo de la familia, culto y cariñoso.

La atmósfera les permitió a los tres disfrutar de un ambiente más ligero.

Cuando llegó la hora de retirarse, el mayordomo se acercó para recordar a Santiago su rutina de descanso. Santiago asintió y se le notó un leve cansancio:

—Si ya han dec
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