Jeremías
—¡No puedes salir más así Lucas! — trato de mantener la calma con el niño sentado a mi lado y renuente a hablarme — , sabes que es peligroso, además necesitas hablar con el doctor sobre…
—Ese hombre no me agrada — grita deliberadamente — : y tu , papá , no me escuchas, no quiero ir más a ese lugar.
Lucas me mira manteniendo una actitud aún menos cooperativa desde que lo alejé del parque y la loca vestida de novia que encontró ahí. Cierro mis ojos durante un momento, observo al niño sentado a mi lado tratando de ser paciente. No me gusta ser duro con él después de todo lo que ha pasado, pero está dejándome sin opciones
—No puedes hacer lo que quieras Lucas, necesitas ir al doctor, si vuelves a escapar de la consulta así voy a castigarte en serio.
El niño niega antes de mirar enfurruñado por la ventana. Llegamos a la casa en uno de los barrios más exclusivos de Roma y él ni siquiera me permite bajar del auto antes de correr lejos de mí.
Me quedo junto al chofer unos minutos, camino hacia la casa después de fumar un cigarrillo tratando de calmarme recordando lo difícil que es esto para todos.No quería esta responsabilidad pero aquí estoy afrontando como debe ser, todo por el bien de mi familia y los niños.Mi móvil vibra en el bolsillo interior de mi traje. Tomo el móvil para cortar la llamada.
Lo último que necesito ahora es la voz de mi madre diciendo que ya sabe que mi hijo escapó de la consulta médica. Entro a mi casa sin siquiera saludar al ama de llaves que espera por mí en la puerta y camino hacia la oficina. Rebusco entre los números de mi teléfono al de mi asistente personal para llamarlo.
—¿Sucede algo, señor Mark?
—Consigue un nuevo terapeuta, no creo que este sea conveniente para Lucas.
—No hay muchas personas a las que acudir ya señor, esta era la última en la lista de los especialistas en este tipo de casos — explica — , no existen más terapeutas exitosos en todo el país o en los alrededores.
Maldigo para mí mismo, paso una mano por mi frente tratando de encontrar una salida, pero al parecer no la hay. No puedo dejar que Lucas siga escapando cuando quiere de sus consultas, pero tampoco puedo gritarle o forzarlo a algo porque pierde el control y eso es mucho peor.A pesar de que mi tio tambien me ha recomendado muchos medicos lucas ha sido desagradable y a odiado a cada uno de ellos.
¿Como pudo una mujer loca y desagradable conseguir su atención?
Como puedo conseguir que dijera las palabras que escuché mientras me acercaba, como pudo una extraña hacer que mi hijo tratara de reconfortar cuando solo hace eso por su hermana.
Salgo de mi oficina cuando no encuentro la solución, subo las escaleras para tratar de hablar con él una vez más y me detengo frente al cuarto de juegos donde mi pequeña hija juega. La niña me ve. Sonrío agachándome con los brazos abiertos y ella corre hasta mí sin dudarlo.
Le doy un pequeño beso en su mejilla, paso una mano por su cabello antes de saludar a la niñera que estaba medio dormida en una esquina de la habitación. Lucía es una pequeña encantadora, apenas tenía un año cuando el accidente paso. Nunca la vi antes, pero por alguna razón ella no dice una sola palabra.
Su médico dijo que era perfectamente capaz de hacerlo, pero que quizás como su hermano , solo está traumatizada. Ella tiene sus propias consultas y es una bendición que no escape de ellas como su Lucas.
—¿Estuviste jugando todo el día hoy?
Cuestiono con una sonrisa, mi niña niega antes de señalar el pequeño escritorio junto a la ventana.
—¡Oh, hiciste los deberes hoy!
Ella niega, me pide tocando mi hombro, ponerla abajo y corre hasta el escritorio para buscar alguna cosa, su niñera se acerca con ese contoneo de caderas que no llama en lo absoluto mi atención.
—Buenas tardes, señor Mark, que lo trae por aquí…
—Ver a mi hija — respondo cortante — : y usted debería dejar de dormir cuando está con ella, su trabajo es supervisarla.
—Es que Lucía no hace nada en todo el día — responde — ; es una buena niña, pero este trabajo es un poco…
—Si no le gusta puede irse inmediatamente.
—¡no, no! — responde exaltada — , yo…
Mi niña regresa junto a mí, mira a su niñera un segundo y luego entrega la hoja de papel por la que fue. Siento la impotencia correr por mis venas. El dibujo que ha hecho Lucía es simplemente similar a todos lo que me ha mostrado hasta ahora.
Los niños quieren ponies, peluches, perros, pero mi hija, mi hija quiere una mamá. No tengo pensado casarme después de todo lo que ha sucedido, así que es algo que no puedo cumplirle, a pesar de que su niñera parece estar muy interesada en ese puesto.
Chasqueo la lengua ante de pensar en la ridícula idea de esa mujer. Le devuelvo el dibujo a mi hija sin saber qué decirle y después de un rápido beso en su cabeza camino hacia la habitación de Lucas.
—Lucas, hablemos — prendo la luz de su cuarto — tenemos que llegar a un acuerdo — alejo la manta que se ha colocado encima — : no seas malo conmigo, sabes que me preocupo cuando…
—¡Ese señor solo habla de tonterías! — mi hijo me mira — : además, no me gusta ese lugar.
—A veces debemos hacer cosas que no nos gustan — le digo — ; por favor Lucas, no puedes seguir escapando, es peligroso.
—Te dije que no quería ir y me dejaste ahí papá—responde — ; tuve que irme por mi cuenta.
Miro impresionado a mi niño, para tener siete años tiene unos argumentos demasiado contundentes. Eso me hace reír ligeramente, Lucas suele recordarme a mi hermano en muchas ocaciones y eso solo me entristece.
—Bien — intento una última cosa — , te daré cualquier cosa que me pidas si vas a las terapias hasta final de año y no escapas de la consulta.
Mi hijo me mira, sé que quizás este no es el mejor método, pero un niño mimado es más fácil de corregir en el futuro que alguien que no fue a sus terapias para ser una persona funcional. Además, si me pide alguna cosa peligrosa, simplemente tengo que mantenerlo supervisado.
—Quiero a la princesa del parque.
—¿A quién?
—La princesa que lloraba en el parque papá — sonríe — ; Lucia quiere una mamá y yo a esa princesa, si me la das te prometo ir a las terapias.
Extiende su pequeña manita en mi dirección como le he enseñado a hacer para cerrar tratos mientras pienso en la desagradable mujer que se atrevió a cuestionarme el cuidado de mi hijo sin siquiera dudarlo. Ella no lucía como una princesa y que estuviese siendo perseguida por algún novio cabreado, sin dudas tampoco ayuda.
¿Tengo otra salida aquí?
Miro a mi hijo una vez más, este ladea la cabeza ante mi duda y me digo que puedo hacer algún trato con esa mujer si eso ayudará a que Lucas acepte su tratamiento. Tomo su mano aun tratando de averiguar cómo voy a conseguir siquiera a esa mujer.
—Trataré de encontrarla, pero con una condición más — lo miro— : con la condición de que hables con el doctor medía hora en cada consulta.
—Pero papá eso…
—¿Tenemos un trato?
Mi hijo achica sus ojos, pero asiente, nos damos un fuerte apretón de manos y luego de darle un beso me marcho de su habitación. Le pido a la niñera de Lucia, cambiarla para cenar antes de bajar las escaleras. Salgo de la casa frustrado, marco el número de mi asistente una segunda vez y no puedo creer realmente lo que estoy a punto de hacer.
—Necesito encontrar a una mujer — digo sin siquiera saludar a mi asistente — ; la vi hoy en el parque frente a la clínica de Lucas, parecía estarse casando o mejor dicho huyendo de su boda.
Lizbeth —¡Cómo puedes estar aquí después de lo que hiciste! La voz histérica de mi exnovio hace que las personas alrededor de nosotros nos observen. Le doy una mirada de desagrado antes de contestarle con rabia. —Necesito terminar mi carrera, necesito ir a mis clases y sobre todo necesito que desaparezcas de mi vista bastardo de m****a. Intento alejarme de David, pero él me toma del brazo tan fuerte que incluso tengo que quejarme. Lo empujo hacia atrás cuando intenta llevarme a algún lugar lejos del parque del campus. —¡Suéltame m*****a sea! — le grito — : déjame en paz de una puta vez, tú fuiste el que lo jodiste todo. —¿Yo? — grita — ; ¡Tú tienes la culpa de todo lo que ha pasado!, ¡Soy el hazmerreír de todos por tu culpa! —¿Qué tengo la culpa? — me quedo incrédula ante sus descaros — te acostaste con tu prima, como puedo tener la culpa de que seas un degenerado e infiel — niego molesta — : ¡agradece que fui a la boda y no te dejé esperando como un idiota! —¡Agradecerlo! — me
Jeremías Evito el contacto visual con mi abogado, la mujer sentada en el suelo frente a mí es lo último que alguien podría querer como esposa. Lleva una ropa holgada y desgastada que probablemente ha tenido una muy larga vida útil. La chica me mira como si realmente hubiese dicho la locura más grande del mundo, presiono con fuerza el pañuelo contra mi frente, no sé realmente que le hizo su exnovio, pero definitivamente el rencor en ella está afectando mi cabeza ahora mismo. ¿Por qué Lucas quiere a esta mujer? ¡Porque yo estoy cediendo al chantaje de un chiquillo de siete años! Esto es simplemente surrealista para mí, la chica que parece confundida mira una vez más la tarjeta, luego la duda se mueve en sus ojos y termina corriendo hacia algún lugar lejos de los dos. La miro en silencio mientras ella coge una lámpara de mesa para amenazarnos. —No sé qué tipo de loco usted sea — me dice — pero fingir ser el CEO de una empresa tan grande como el grupo Mark es definitivamente un delit
LizbethMe quedo de pie en medio de las puertas del hospital donde he estado haciendo mis prácticas e intento no sentirme furiosa con lo que me está pasando. La vida sin duda luce ahora como una verdadera pesadilla para mí. Me dirijo directamente hacia las oficinas de dirección del hospital, ignorando los murmullos de las enfermeras y el personal que me encuentro a medida que me acerco más a dicha oficina. La mujer en la recepción me mira preocupada antes de saltar de su asiento. —Señorita, no puede estar aquí — dice corriendo en mi dirección — el director no puede… —Suélteme — me alejo de ella — quiero las razones lógicas por las que están terminando lanzándome a la calle sin ninguna explicación. Atravieso las puertas con fuerzas, el hombre sentado en la mesa un poco más allá de la entrada me mira con preocupación y la secretaría que corrió tras de mí intenta excusarse, pero ella simplemente es despachada por el director. Conozco a este hombre porque no solo he hecho mis práctic
JeremíasDespués de encontrar mi oficina patas arriba, de darme cuenta de que mi hijo se ha llevado su hermana y de que ambos niños solo dejaron una nota diciendo que se irían a buscar ellos mismos a su nueva mamá, lo último que me esperaba era que ambos gritaran frente al hospital de uno de los socios de mi tío que ella era su madre.—¿Señor Mark? — la mujer que estuvo a punto de golpear a esta chica loca frente a mis hijos jadea —¿Cómo puede ser que usted? — mira a la chica — porque sus hijos…—No tengo tiempo para esto — le digo — envíen al padre de la señorita Smith al hospital Darwin Mark con todos los cuidados especializados y los informes de su tratamiento.—Pero…—¿Usted está diciéndole que necesita dinero verdad? — soy cortante — puedo pagarlo y créame realmente me desagradan las personas que no tienen conciencia de lo importante que es el cuidado de un enfermo, hablaré de esto con su esposo.—oh, señor, lo que pasa es que esta mujer — la señora frente a mí gruñe sus venenosa
LizbethMiro al hombre que me tiene sujeta del brazo, siento mi corazón latir acelerado ante lo que acaba de pasar. El chico de la bicicleta regresa hasta donde estamos el señor Mark y yo.—¿Se encuentre bien, señorita? — dice con preocupación — estaba distraído, no sabía si…—Todo está bien, yo también…—Está en un parque con niños — grita entonces el hombre entrometido que sigue sujetándome del brazo — como puede ir de esa forma, que cree que hubiese pasado si no llego a apartarla de su camino, voy a reportarlo a la policía y…—Por favor, señor, lo lamento mucho por su esposa, pero no tengo dinero para.—¡Él no es mi marido! — grito — y no le prestes atención, puedes irte.—¡No puedes irte!Comenta otra vez este hombre entrometido a mi lado. Trata de tomar al chico del brazo, pero no se lo permito, así que simplemente tomo a este hombre de la mano e intentó llevárselo antes de que continúe amenazando a este pobre chico.Estaba distraída, venía pensando en toda la sarta de tonterías
Jeremías —No suelo hablar de estas cosas — digo entrando en la oficina — comprenda que el asunto del que hablaremos aquí es estrictamente privado porque pretendo mantener a todos lejos de mi vida privada. La chica frente a mí ni siquiera me presta atención, ella simplemente rebusca alguna cosa en el botiquín de primeros auxilios que una de las empleadas trajo a mi oficina. Ella golpea el sitio junto a ella en el sofá de mi oficina y ni siquiera me he sentado del todo cuando toma mi brazo. —Bien, puede comenzar a hablar — dice observando mi rasguño — porque le prometió a un niño de siete años que le daría una madre — su voz es molesta — comprar personas no es legal, ¿lo sabe? —Lucas ha estado comportándose completamente diferente desde que usted apareció — admito — sabe, es la primera vez que lo veo pedirle a alguien que lo lleve en brazos a excepción de mí. Ella alza su mirada, la veo tomar un poco de antiséptico de la caja de primeros auxilios y hago una mueca de dolor cuando el
LizbethNo quería estar en esta situación, debí haber corrido, apenas tuve oportunidad, pero ahora mismo no puedo hacer otra cosa que abrazar a la niña que llora desconsolada por culpa de alguna persona desagradable que probablemente esté hombre intenso frente a mí contrató solo porque tenía una buena recomendación.Me pongo en pie aun cargando a la niña. Lucas niega aún con los dibujos de su hermana en la mano y puedo ver la rabia emerger en el rostro de su padre cuando la causa de este inminente desastre aparece por la puerta.—¡Porque te comportas así hoy niña! — grita la mujer desde la puerta — no puedes solo seguir mirándome con esos ojos desagradables que me dan escalofríos como todos los…Su voz muere cuando se da cuenta de que la pequeña no está sola, Su hermano mayor, cae sobre su trasero ante los gritos de la mujer, Ella cubre la boca, e intenta salir de esta situación como de lugar, pero al parecer se da cuenta de que no tiene mucho por hacer.—Señor Mark — jadea — esto no e
Jeremías Miro a la mujer dudar antes de garabatear su firma sobre la línea indicada al final de este contrato matrimonial que no solo me hizo cambiar, sino leer en voz alta solo para ella. ¿Cree que soy un maldito secretario? Si no fuera porque mis hijos realmente parecen tener alguna posibilidad de mejorar al estar cerca de esta loca mujer definitivamente no estaría aguantando todas sus tonterías. Miro la línea escrita a mano donde afirma que le pagaré quinientos dólares por cada vez que la toque directa o indirectamente y supongo que solo quiere sacarme dinero, pero está muy equivocada. No la tocaré jamás, ni siquiera con una caña de pescar que mida tres metros. Dios ni siquiera sé qué hombre en su sano juicio querría algún vínculo con esta definitivamente volátil e insoportable persona. —Te mudarás mañana — digo acomodándome en la silla — te daré la cita para tus nuevas prácticas pasado mañana y sobre tu padre… — rebusco entre mis cajones — tiene el mejor tratamiento desde hac