Capítulo 8

Por más que intentara analizar sus palabras desde todos los ángulos, la duda y la desconfianza seguían ancladas en mi interior. Era una reacción natural, casi instintiva en mí, resultado de haber crecido en un orfanato donde la bondad rara vez era genuina. En ese entorno, aprender a desconfiar fue una cuestión de supervivencia, y ahora, cada gesto amable parecía ocultar mentiras o intenciones veladas.

—Podrías haber elegido a cualquiera de las jóvenes que estaban allí.

—Me gustabas tú. Eras la más joven, hermosa y, a diferencia de las demás, eres… —hizo una pausa, como si midiera sus palabras.

—¿Virgen? —completé su frase con un tono ácido. Él asintió con calma, como si no hubiese percibido mi incomodidad.

—Es cierto, pero no todo en mí es lo que parece —dije, cruzándome de brazos y observándolo con desafío.

—¿A qué te refieres? —arqueó una ceja, curioso.

—A mi cuerpo.

—¿Qué tiene tu cuerpo? —su tono seguía siendo sereno, pero había un dejo de interés genuino.

—Cuando me s
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP