Jona se acercó a mí, me miró y me dio un par de golpes en la espalda. Yo lo miré y sonreí un poco; estos días había estado algo distraído. Ana me llamó y, gritando, me contó que Kat se le había metido por los ojos a Carlo, que no le importó que él tuviera una familia, y que yo estaba loco si seguía con ella. Mi padre también me llamó para exigirme que la dejara.— ¿Pasa algo? — me preguntó Jona.Yo lo miré y le sonreí un poco.— Problemas que no faltan — le contesté.Jona me quedó mirando; él me conocía muy bien.— Papá quiere que deje a Kat, de hecho, me lo ha exigido, y tengo miedo de que nos quite el patrocinio. Sé cuánto has trabajado por esto, no quiero dañarte, pero tampoco puedo dejarla, la amo — le dije.Jona asintió con la cabeza.— Entonces lucha por ella, tu madre me ha llamado y me ha contado algo, pero dudo que sea la verdad. Kat no parece de ese tipo — me dijo.— No lo es; de hecho, ella fue la primera en contármelo, y le creo. Tú, más que nadie, sabes cómo es Carlo. Él
Me senté en la cama y comencé a marcarle a Hayden; ya era casi medianoche y él aún no había llegado.— ¿Dónde estás? — le pregunté con preocupación.— En la cocina — me contestó.Me levanté de inmediato y salí de la habitación; era extraño que no hubiera escuchado la puerta abrirse. Cuando llegué a la cocina, lo vi poniéndose un paño en la cara.— ¿Qué te pasó? — le pregunté con preocupación.Me acerqué a él y le quité el paño; tenía un enorme golpe en el pómulo.— Me peleé con Carlo, pero él quedó peor que yo — me contó con una sonrisa.Con cuidado, presioné el paño en su rostro magullado.— No debiste pelear con él — le regañé.Hayden me atrajo a él y me dio un beso en la frente.— Se lo merecía — me dijo.Lo miré a los ojos.— ¿Qué dijeron tus padres? — le pregunté.Hayden se encogió de hombros.— Creo que ya no tengo padres. Ellos lo prefieren a él, así que se queden con él — me dijo.Me separé de él, puse el paño en la encimera y crucé los brazos.— Deja de hablar así. Ellos son
En los días siguientes, otros dos patrocinadores se fueron, Jona no sabía qué hacer, se veía tan estresado, y Hayden, aunque me sonreía y decía que todo estaba bien, se podía notar lo impotente que estaba con todo lo que estaba pasando.— ¿Y si lo dejamos? — le pregunté una noche en la que él me contaba que iba a vender su apartamento.— ¿Estás loca? Esto solo es una fase, pronto saldremos de esto — me dijo con una sonrisa.— Es que por mí está pasando todo esto, y no quiero que me odies — le dije.Hayden se acercó a mí y me abrazó con fuerza.— Solo necesito tu apoyo. Sé mi faro, Kat, y te prometo que llegaré a la meta — me dijo.Me separé y lo miré a los ojos.— Solo quiero que seas feliz. Yo... te amo, y no aguantaría verte infeliz — le dije.Hayden me volvió a abrazar y besó repetidamente mi cabeza.— Tonta, jamás te odiaría. Eres el amor de mi vida, así que saca esas locas ideas de tu cabeza — me dijo.Lo abracé de vuelta, sintiéndome como una inútil. Si tan solo pudiera hacer al
Volvi a la oficina, ya que Kat no me había dejado explicarle nada y se habia ido; ya más tarde, con calma, le contaría lo que habíamos decidido hacer. — Todos están de acuerdo en reducir un poco su sueldo — me dijo. Yo asentí con la cabeza. Con la venta de mi apartamento, podíamos costear lo que nos faltaba. Si mi padre creía que iba a presionarme con el dinero, estaba muy equivocado. — ¿Qué te dijo Kat? — me preguntó Jona. — No pude alcanzarla. Cuando salí, ya se había ido. Pero hablaré con ella más tarde — le contesté con una sonrisa. Yo salí de la oficina, y Nora se acercó a mí. — ¿Los van a despedir? — me preguntó. Yo le sonreí y negué con la cabeza. — Todo está bien, así que no te preocupes — le dije para tranquilizarla. Ella frunció el ceño, pero después asintió con una sonrisa. — ¿Por qué no la dejas? — me preguntó. — La amo, y ella me ama. Así que no vuelvas a hacerme ese tipo de preguntas. Ahora mejor volvamos al trabajo; quiero adelantar un poco — le dije. Ella as
Grace se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Yo lloré en su hombro como una niña pequeña; el golpe en mi mejilla no dolía tanto como el dolor que sentía en el alma. — ¿Por qué lo hiciste, Kat? Ustedes no merecían algo así — me dijo ella mientras me apretaba más a su cuerpo. Yo empecé a sollozar, sin poder responder, no me sentía en la capacidad de hablar; las lágrimas y el enorme nudo en la garganta me lo impedían. — Me odia — alcancé a decir. Grace me separó de ella y me miró a los ojos; después, acarició mi mejilla magullada con cuidado. — No debió golpearte. Sé que lo presionaste demasiado, pero él no debió hacerlo, y tú... no debiste decirle todas esas cosas. Ambos se han equivocado — me dijo. Yo sabía muy bien todo eso, pero esta era la única manera de alejarlo de mí. Solo quería que él brillara, porque si se quedaba conmigo, tarde o temprano iba a odiarme por no dejarlo alcanzar sus sueños y metas. Tal vez algún día él agradezca esto que hice. — Ya está hecho, y sé que él
SEMANAS DESPUESLa venta de mi apartamento era un hecho; yo no estaba dispuesto a recibir ayuda de mi padre. Le iba a demostrar que yo solo podía con mi vida. Jona me acompañó a firmar los papeles para la venta del apartamento. Aunque no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo, me apoyó.— Ven a casa; a Nora le encantará tenerte allí — me propuso.Yo negué con la cabeza. Debbie me había ayudado a buscar un lugar en su edificio. Era bastante económico, así que no tendría problema para pagar.— Ya he resuelto todo — le dije.Yo lo miré y solo asintió con la cabeza.— Tu padre aún insiste en invertir — me dijo.Yo negué con la cabeza. No lo quería cerca de mí, al menos no por el momento. Aún me sentía dolido por lo que había pasado.— Si él invierte, me voy — le advertí a Jona.— Ya le he dicho que no muchas veces, pero aún sigue insistiendo — me comentó.Yo asentí con la cabeza.— Mi padre nunca entiende; solo ignóralo — le dije.Jona puso mala cara de inmediato. Ignorar a mi padre
Al abrir los ojos, un espantoso dolor de cabeza apareció. Me puse la almohada en la cara y me quedé así un par de minutos. Ayer había perdido la conciencia por completo. Tiré la almohada a un lado y me levanté de la cama como pude. Fui al baño y me lavé la cara con agua fría. Me miré al espejo y hice una mueca de disgusto; me veía realmente horrible.La puerta de mi apartamento empezó a sonar, y de inmediato mi dolor de cabeza empeoró. Caminé hacia la puerta y la abrí. Era Debbie con una taza en la mano.— Creo que lo necesitas — me dijo con una sonrisa.Mi olfato despertó al oler el café recién hecho. Le quité la taza de las manos y bebí un sorbo.— ¿A qué hora te fuiste? ¿Y cómo llegué a la cama? — le pregunté.Ella entró a mi apartamento.— Prácticamente te cargué. Podría haber abusado de ti, pero me contuve — bromeó.Yo reí un poco.— ¿Qué hora es? — le pregunté.Ella miró su reloj y después a mí.— Son las once. Creo que Jona va a golpear tu trasero — me dijo con una sonrisa.Beb
Llegué al trabajo de Grace, entré a su oficina y me senté frente a ella. En su escritorio había varios muffins, así que agarré uno y me lo engullí.— ¿Y ahora tú qué tienes? — me preguntó, mirándome raro.Yo la miré con mi mejor cara de tragedia.— Volví a trabajar con Jona — le dije mientras masticaba.Ella puso los ojos en blanco de inmediato.— Estoy empezando a creer que eres una masoquista — me dijo.Yo me encogí de hombros.— Jona me lo pidió y no pude decir que no — le respondí.Grace cerró los ojos por un momento, luego respiró profundo y me miró.— Sí, aja, como digas — me dijo.Yo tragué un jadeo y empecé a respirar lentamente para calmarme, tenía ganas de llorar, estaba tan sentimental con todo esto.— Hayden está con Debbie, esa perra sisañosa, cómo la detesto — le dije.Grace se quitó los lentes y los puso a un lado.— Masoquistas los dos, están hechos el uno para el otro, tú le mientes y el otro idiota se mete con una mujer de la cual no siente nada — me dijo.Yo me cruc