A Dante le llevó un par de minutos reaccionar ¡Hasta los dedos tenía tensos! - ¿Por qué? – le preguntó con la garganta seca y la voz más áspera.- ¿Estás loco? Tratando de fingir una serenidad que no tenía, Dante se acomodó en su silla.Reclinado detrás del enorme escritorio, con la camisa azul desprendida, los abdominales contraídos y la luz del sol bañando su torso entero, Dante parecía un rey sentado sobre toda su gloria.Lara tragó saliva con dificultad y se acomodó su ropa.Si casarse con él era el precio que debía pagar por una noche con ese hombre, prefería aguantarse las ganas y meterse en un convento.“¡Mira en lo que te metes por calenturienta!”, se dijo “Con Víctor te pasó lo mismo, te casaste por el embarazo de los mellis ¿Y cómo te resultó, Lara?” - Redacte un contrato, Lara – sus ojos azules parecían un mar congelado - ¿En qué parte falla mi razonamiento? - En todas partes ¡Casarse no es un negocio!- Casarse conmigo, sí.- ¡Y qué sé yo quién eres! Casarse NO es un n
Dante miraba la puerta por donde salió Lara, con Antonio en brazos, mientras Magnolia le hablaba sin parar sobre todo lo que vio en el camino hasta allí.- Lo siento, no quise… - susurró la joven.- No tienes nada que sentir, no te preocupes - no quería que se sintiera culpable por los malentendidos entre Lara y él, cuando todo era culpa suya por no ser honesto con ella – Necesito hablar con Carlos ¿Lo viste al llegar? No entiendo por qué no te recibió ¿Esperaste mucho?- Carlos fue quien nos buscó en tu departamento y nos trajo hasta aquí.Con que así fue como se dio esa visita… Un mechón rebelde colgó sobre su frente cuando se inclinó para devolver a Antonio con su madre. Se pasó una mano por el cabello mascullando dentro.¡Claro que Carlos fue quien las buscó! Con tal de cuestionar la decisión de su matrimonio con Lara, era capaz de colocar a Nina frente a él sin pensar en las consecuencias que eso podía ocasionar en sus planes.Si bien Carlos jugaba un papel importante como su ma
- ¡En eso estoy! – le gritó, moviendo las hojas delante de él – Me encargaste estas copias.- Solo será un momento.Dante no quería discutir, quería aclarar las cosas… pero aunque tenía todo lo que quería decirle en la punta de la lengua, no sabía por dónde empezar.Abrió la boca y sintió un “lo siento”.La cerró de golpe, no tenía nada por lo que disculparse.“No es lo que parece” era una opción, pero si quería ser honesto, tampoco era algo tan errado.Fuera como fuera, la explicación sería incómoda porque Nina no era precisamente nadie en su vida.Además… ¡Ella tampoco era honesta con él! Lara se acostó con él estando casada y él no andaba haciéndole planteos sobre moral.- Solo si es para hablar de mi trabajo.- ¿En serio vas a comportarte de esta manera? ¿Qué pasó con eso de que me agradecías por evitar que perdieras tu casa?De repente, Dante no estaba seguro de si quería ganar la confianza de Lara o desafiarla.- Como agradecimiento por su ayuda sabes que te daría hasta un órga
De camino al consultorio de Mauricio, ninguno de los dos dijo ni una sola palabra.Dante la miraba por el rabillo del ojo, Lara tenía la vista fija del otro lado de la ventana.Cada tanto, con alguna curva, el movimiento del auto los acercaba, pero ellos se alejaban como si se repelieran. Cuando al fin llegaron, Lara respiró aliviada.Fue como cruzar el océano pacífico en una balsa, necesitaba bajar de ese auto y tocar tierra firme.Estaba tan sorprendida por el exabrupto de Dante que no supo qué contestarle.Solo se levantó de su silla y se escondió en el baño hasta que llegó la hora de ir a la terapia.- Lara, hablemos – le dijo cuando bajaron del auto en el estacionamiento del hotel clandestino.Lara lo escuchó y entendió lo que le decía, pero algo no le cerraba.Estaba segura de que escuchó mal.- Cumpliré con mi parte – le dijo como un robot. Dante la miraba preocupado, eso era todo lo que le dijo en la oficina. - Lara, lo digo en serio.- Te escuché.- ¿Por qué no me dices na
Lara abrió la puerta despacio.No podía creer todo lo que le dijeron Carlos y Mauricio, pero tenía que hacerlo.Dante no le mintió. Jamás.Desde lo de su impotencia hasta lo de Nina, todo lo que le dijo era verdad y había pruebas de absolutamente todo.Mientras Dante se desplomaba en el sillón, con la cara entre las manos, Mauricio le mostraba informes, análisis y grabaciones de las terapias a las que Dante se sometió durante años.Era demasiada información como para analizarla en unos minutos, pero el resumen de Carlos era más contundente que todo lo que Mauricio le explicaba.“Una persona en la posición de Dante, no puede permitirse defectos, así que intentó todo lo que estaba a su alcance, desde medicamentos orales hasta inyecciones diarias, hipnosis y todo tipo de terapias alternativas, pero simplemente no funcionó y ha cargado con eso solo, porque nadie más puede saberlo”Vio versiones de Dante más jóvenes recostados en un diván, otras en una camilla.Supo que tuvo una cirugía, p
- ¿Cómo salió todo? – Mauricio se cruzó de brazos bajo el umbral de la puerta del dormitorio de Dante.- Excelente – Dante se secaba el cabello mojado con una toalla.Luego de que Carlos se llevara a Lara, encendió la cafetera y tomó una ducha.- Dante, ¿A dónde quieres llegar con todo esto?- ¿De qué estás hablando?- Nunca haces una cosa sin pensar en las ventajas, si te expusiste ante Lara de esa manera ¿Qué ganabas?- Mauricio, no comiences con tus charlas.- No puedes pretender distraerla para ganar tiempo.- ¿Por qué haría algo así? - Supe que la embajada no aprobó tus vacaciones.- Detalles – se encogió de hombros.- Que no se cuidaran una vez es algo entendible, pero cometer el mismo error dos veces… Dante ¿Qué quieres lograr?- Aceptaste ayudarme con Lara.- A convencerla de que tu impotencia era real porque lo era, pero embarazarla… - Somos dos adultos – llenó su taza de café.- ¡Que son igual de irresponsables que dos niños de primaria! – Mauricio estalló - ¡Ni siquiera
El barrio de Lara era un cuadrado de unas cinco cuadras de diámetro.No era el barrio más grande de la ciudad de bonaerense, pero sí uno de los más poblados y la comisaría que debía cubrir los acontecimientos de la zona estaba dos kilómetros y generalmente daba demasiadas vueltas para actuar.Pero esa noche, todo estaba patas para arriba.Oficiales uniformados seguían llegando a la comisaría para reportarse pero no los dejaban entrar y el comisario, un hombre de unos sesenta años, algo regordete y de expresión ruda, estaba sentado en banco de los acusados de la sala de interrogatorio.Dante Hatclifft se cruzaba de piernas delante de él.- ¡Esto es inconstitucional! – protestaba el comisario.Fuera, el revuelo era cada vez mayor.- Dante – Carlos corrió hacia él, con las pantuflas puestas pero no pudo entrar en el cuarto – ¿Qué está pasando?Dante escuchó los gritos de su secretario y presionó el botón del intercomunicador en el centro de la mesa.- Algo le ocurrió a Lara y la policía
Dante caminó con su teléfono en la mano y la vista fija en la puerta de su departamento.El corazón en la boca.Solo había una explicación para todo aquello y si sus sospechas eran ciertas, la misma persona que llevaba dos años tratando de acabar con su carrera política, le habría dejado un paquete allí.Llevaba dos años lidiando con algún fanático de Sherlock Holmes que le respiraba en la nuca y era el causante de una serie de eventos desagradables.Lo más perturbador de todo, no era la insistencia de esa persona en que él la descubriera, si no la manera en que se hacía notar.Siempre que le tendía alguna trampa, algo importante para él desaparecía y en su lugar, le dejaba algo más que le diera una pista de por dónde encontrarlo.Al principio eran objetos sencillos, alguno que otro documento importante, ropa…Y un día, fue su celular. Dante lo dejó sobre su escritorio y cuando regreso del baño, no estaba por ningún lado y en su lugar había una caja musical.Entonces supo que esa noch