¡Hola! ¿Cómo están? Atenta a sus comentarios, voy a trabajar en los siguientes capítulos (luego de este) Muchísimas gracias, realmente me sirvió muchísimo leer sus opiniones. Espero que los siguientes capítulos sean de su agrado y no duden en dejarme sus comentarios, si algo en la redacción les parece que falla. ¡Todo me ayuda a mejorar y sin ustedes, no podría hacerlo!
Lara entró en la casa y se topó de lleno con un amplio salón.Las tres puertas, que podían apreciarse en medio de la galería, daban a un solo de, al menos, cinco metros de largo, conectado a sus laterales con arcos rectangulares. A la izquierda, el comedor.A la derecha, un cuarto más pequeño.En medio, una hermosa y gran chimenea.De la mano de los niños, encontró habitaciones, baños y más habitaciones.Lo que más le gustó, era el sistema de calefacción por agua, que se calentaba por caldera. Cuando los niños tenían apenas dos meses de vida, el invierno asomaba y debido al frío y la humedad, tuvieron una racha de enfermedades respiratorias que parecía de no acabar.Si encendía un caloventor, tenían tos seca.Si encendía una salamandra, tenían tos llena de flema.En aquel entonces, Lara apenas había cumplido los diecinueve años y angustiada por su reciente maternidad, le preguntó al pediatra de los niños qué era mejor para mantenerlos calentitos sin afectar a su cuerpito.El pediatra
Lara se recostó en la bañadera.Era tan grande que quedaba lugar para alguien más.Los niños dormían, la casa estaba limpia y Dante no estaba. No podía creer que tomara un baño así.Sentía que se olvidaba de algo importante, pero como su vida estaba llena de incertidumbre últimamente, no lo pensó demasiado.Con un ligero repaso de lo que tenía que hacer cuando todos los establecimientos abrieran, una hora más tarde, decidió ir primero a buscar un colegio para los niños.Las terapias serían todo un tema, al igual que el asunto de la ropa y las cosas esenciales que dejaron en la casa en Buenos Aires.La puerta del baño se abrió de golpe y Dante la buscó con la mirada.- ¡¿Qué carajos te pasa, Dante?! - Lara se ovilló ella en la bañadera - ¡¿Cómo vas a entrar así al baño?!Al ver, parcialmente, su figura desnuda, Dante se detuvo en seco.Se quedó parado ahí, congelado, durante una fracción de segundo, luego se giró y tragó saliva con dificultad.Mirando la pared, la cercanía de Lara pic
Lara se mordió el labio inferior y con la respiración pesada, se incorporó a medias y se pegó a él.Dante la vio erguirse en el agua como si fuera una diosa, encantadora y poderosa.Todo el cuerpo del hombre se estremeció con anticipación.La intensidad de Lara lo tenía perdido en sus ojos profundos y cuando ella acarició su torso, como si comprobara su calidad, Dante estuvo seguro de que se saldría con la suya de nuevo.Tenía una teoría: dominaba el cuerpo de ella, tanto como ella el de él.- Dante… - susurró con un hilo de voz y ambas manos en la parte baja de sus abdominales, sobre la costura incipiente de su ropa interior. La joven, sin timidez alguna, plantó un beso en su barbilla, otro en su cuello, otro entre sus pectorales, otro más abajo… Él echó la cabeza hacia atrás y se dispuso a sentir.Eso era lo que más le gustaba de ella. Lara podía dudar de absolutamente todo, era de naturaleza insegura, pero la inestabilidad de su vida tampoco le permitía ser de otra manera, sin e
- Como ya ninguno aquí es virgen - Daniela miró divertida a Dante mientras se acomodaba en asiento al lado de Mauricio - trataré de ir directo al grano.Mauricio se aclaró la garganta y le hizo señas a Daniela para que no se pasara de la raya con bromas hacia Dante.No era un buen día.- Podemos reconocer diferentes instancias durante el acto sexual - comenzó a explicar Daniela, sin divagar ni más indirectas para Dante - Primeramente, está la Fase de deseo, luego la de excitación seguida por la Fase de meseta y, por último, la Fase del orgasmo.Esa clase recién comenzaba y Lara ya estaba roja como un tomate.- Personalmente - agregó la nueva “profesora” - me gusta referirme a estas etapas de una manera más sencilla. Simplemente, las dividiremos en “Previa” “Tensión” y “Liberación”. Puedes tomar apuntes si lo necesitas, Dante.Sentado con los brazos cruzados sobre el pecho, Dante miró fijo a Mauricio y soltó las únicas dos palabras que se le venían a la cabeza cada vez que se encontraba
Entre la excitación y el orgasmo, lo que había en medio para esos dos, no era ninguna meseta.Daniela tenía razón, lo de ellos era deseo y tensión sexual.Una tensión más intensa que el orgasmo mismo.En Lara, el sexo con Dante aparejaba varias cosas, desde la desnudez completa, hasta el empoderamiento sexual femenino que potenciaba todas las sensaciones. Delante de Dante, era una mujer deseada.Y quería demostrarle que ella también lo deseaba. Punto aparte, así también conseguiría ver ese cuerpo escultural que tanto la enloquesía.Lara deslizó sus manos desde el cuello de Dante hasta su cadera y tirando de su camisa, desprendió los botones uno a uno.Dante, adiestrado por la vergüenza que pasó en el baño días atrás, decidió no volver a cerrar los ojos.No quería dar por sentado hasta dónde continuarían y quería descubrir el momento exacto en el que ella dudara, por si se le daba por frenar sus avances otra vez.Cuando su torso quedó expuesto, Lara recorrió con la yema de sus dedos lo
Con el trabajo de Dante y toda la gente en la casona, el lugar se había dividido en dos.En el sector a la derecha, Dante tenía instalado su oficina, su cuarto y un salón para su uso personal, en el que debatía con Carlos casi lo mismo que en su oficina, pero con un aire más relajado, o agotado.En el sector de la izquierda, Lara lidiaba con la falta de privacidad y la incomodidad de sus hijos, que se inhibían con tanto hombre uniformado, mucamas y más y más gente.Por la noche, las cosas no mejoraban.Siempre había a quien se le daba por subir y bajar las escaleras de madera a eso de las cuatro de la madrugada y el chirrido alteraba los nervios de los mellizos, cuyas ojeras comenzaban a notarse.- Lara, en un hogar sin estabilidad, Pedro y Pablo no van a progresar - le dijo la terapeuta de los niños - Sé que es pronto para un diagnóstico y que la condición de los niños es anterior a la mudanza, pero con solo verlo dos veces me atrevo a decirte esto porque, como mamá, debes saberlo -
Dante Hatclifft echaba humo.- Se… Señor Hatclifft… - Amelia abría y cerraba la boca como un pez fuera del agua.Con toda su inmensidad, Dante se acercó a ella y sin gritar, habló con un frío que bajó la temperatura de todo el lugar bajo cero.- O si no, ¿Qué? Termina lo que ibas a decir.- ¿Por qué me haces esto, Dante? - preguntó Amelia, con un hilo de voz y el labio inferior temblando - Después de todo lo que hice por ti… - ¿Lo que hiciste por mí? - la cuestionó - Amelia Whington, junta tus cosas y desaparece de mi vista ¡De inmediato!- ¡No voy a irme a ningún lado! - protestó la mujer - ¡Pasé los mejores años de mi vida trabajado para ti! Me he ocupado desde tu imagen política hasta a la compra de tu ropa interior ¿Y me despides así, como si fuera una simple empleada más? ¡¿Y todo por ella?! - señaló a Lara con sus uñas afiladas.Lara estaba simplemente congelada, como el resto de las personas en el lugar.- ¡Primer Ministro! - Carlos corrió hacia él - Primer Ministro, yo hablaré
- ¡Primer Ministro! ¡Primer Ministro! – Un joven castaño entró desesperado a la oficina - ¡Primer Ministro, tenemos una urgencia!- ¡¿Qué rayos pasa?! – gritó Dante, haciendo un bollo con la fotografía de Amelia en su mano.El joven enmudeció.Ni aun notando a tiempo esas conductas de su asesora, se habría atrevido, siquiera a imaginar, que Amelia era capaz de meterse en su cama mientras dormía.- Carlos… - Se desplomó en su silla y tirando la cabeza para atrás, ordenó con la voz apagada – Averigua cuántas veces ocurrió esto.Carlos asintió.El celular de Dante comenzó a sonar. Al reconocer el número de su padre, lo ignoró.- Señor... - habló con precaución el joven, moviendo su celular en la mano.Carlos recibió el celular y al mirarlo, al secretario se le bajó la presión, o se le disparó por las nubes, que a veces, cuando uno tiene un susto de esos que paralizan, es lo mismo.- Lo investigaré en unas horas, Señor – dijo con rigidez.Dante, que se masajeaba la nuca, lo miró con un ma