Lara se mordió el labio inferior y con la respiración pesada, se incorporó a medias y se pegó a él.Dante la vio erguirse en el agua como si fuera una diosa, encantadora y poderosa.Todo el cuerpo del hombre se estremeció con anticipación.La intensidad de Lara lo tenía perdido en sus ojos profundos y cuando ella acarició su torso, como si comprobara su calidad, Dante estuvo seguro de que se saldría con la suya de nuevo.Tenía una teoría: dominaba el cuerpo de ella, tanto como ella el de él.- Dante… - susurró con un hilo de voz y ambas manos en la parte baja de sus abdominales, sobre la costura incipiente de su ropa interior. La joven, sin timidez alguna, plantó un beso en su barbilla, otro en su cuello, otro entre sus pectorales, otro más abajo… Él echó la cabeza hacia atrás y se dispuso a sentir.Eso era lo que más le gustaba de ella. Lara podía dudar de absolutamente todo, era de naturaleza insegura, pero la inestabilidad de su vida tampoco le permitía ser de otra manera, sin e
- Como ya ninguno aquí es virgen - Daniela miró divertida a Dante mientras se acomodaba en asiento al lado de Mauricio - trataré de ir directo al grano.Mauricio se aclaró la garganta y le hizo señas a Daniela para que no se pasara de la raya con bromas hacia Dante.No era un buen día.- Podemos reconocer diferentes instancias durante el acto sexual - comenzó a explicar Daniela, sin divagar ni más indirectas para Dante - Primeramente, está la Fase de deseo, luego la de excitación seguida por la Fase de meseta y, por último, la Fase del orgasmo.Esa clase recién comenzaba y Lara ya estaba roja como un tomate.- Personalmente - agregó la nueva “profesora” - me gusta referirme a estas etapas de una manera más sencilla. Simplemente, las dividiremos en “Previa” “Tensión” y “Liberación”. Puedes tomar apuntes si lo necesitas, Dante.Sentado con los brazos cruzados sobre el pecho, Dante miró fijo a Mauricio y soltó las únicas dos palabras que se le venían a la cabeza cada vez que se encontraba
Entre la excitación y el orgasmo, lo que había en medio para esos dos, no era ninguna meseta.Daniela tenía razón, lo de ellos era deseo y tensión sexual.Una tensión más intensa que el orgasmo mismo.En Lara, el sexo con Dante aparejaba varias cosas, desde la desnudez completa, hasta el empoderamiento sexual femenino que potenciaba todas las sensaciones. Delante de Dante, era una mujer deseada.Y quería demostrarle que ella también lo deseaba. Punto aparte, así también conseguiría ver ese cuerpo escultural que tanto la enloquesía.Lara deslizó sus manos desde el cuello de Dante hasta su cadera y tirando de su camisa, desprendió los botones uno a uno.Dante, adiestrado por la vergüenza que pasó en el baño días atrás, decidió no volver a cerrar los ojos.No quería dar por sentado hasta dónde continuarían y quería descubrir el momento exacto en el que ella dudara, por si se le daba por frenar sus avances otra vez.Cuando su torso quedó expuesto, Lara recorrió con la yema de sus dedos lo
Con el trabajo de Dante y toda la gente en la casona, el lugar se había dividido en dos.En el sector a la derecha, Dante tenía instalado su oficina, su cuarto y un salón para su uso personal, en el que debatía con Carlos casi lo mismo que en su oficina, pero con un aire más relajado, o agotado.En el sector de la izquierda, Lara lidiaba con la falta de privacidad y la incomodidad de sus hijos, que se inhibían con tanto hombre uniformado, mucamas y más y más gente.Por la noche, las cosas no mejoraban.Siempre había a quien se le daba por subir y bajar las escaleras de madera a eso de las cuatro de la madrugada y el chirrido alteraba los nervios de los mellizos, cuyas ojeras comenzaban a notarse.- Lara, en un hogar sin estabilidad, Pedro y Pablo no van a progresar - le dijo la terapeuta de los niños - Sé que es pronto para un diagnóstico y que la condición de los niños es anterior a la mudanza, pero con solo verlo dos veces me atrevo a decirte esto porque, como mamá, debes saberlo -
Dante Hatclifft echaba humo.- Se… Señor Hatclifft… - Amelia abría y cerraba la boca como un pez fuera del agua.Con toda su inmensidad, Dante se acercó a ella y sin gritar, habló con un frío que bajó la temperatura de todo el lugar bajo cero.- O si no, ¿Qué? Termina lo que ibas a decir.- ¿Por qué me haces esto, Dante? - preguntó Amelia, con un hilo de voz y el labio inferior temblando - Después de todo lo que hice por ti… - ¿Lo que hiciste por mí? - la cuestionó - Amelia Whington, junta tus cosas y desaparece de mi vista ¡De inmediato!- ¡No voy a irme a ningún lado! - protestó la mujer - ¡Pasé los mejores años de mi vida trabajado para ti! Me he ocupado desde tu imagen política hasta a la compra de tu ropa interior ¿Y me despides así, como si fuera una simple empleada más? ¡¿Y todo por ella?! - señaló a Lara con sus uñas afiladas.Lara estaba simplemente congelada, como el resto de las personas en el lugar.- ¡Primer Ministro! - Carlos corrió hacia él - Primer Ministro, yo hablaré
- ¡Primer Ministro! ¡Primer Ministro! – Un joven castaño entró desesperado a la oficina - ¡Primer Ministro, tenemos una urgencia!- ¡¿Qué rayos pasa?! – gritó Dante, haciendo un bollo con la fotografía de Amelia en su mano.El joven enmudeció.Ni aun notando a tiempo esas conductas de su asesora, se habría atrevido, siquiera a imaginar, que Amelia era capaz de meterse en su cama mientras dormía.- Carlos… - Se desplomó en su silla y tirando la cabeza para atrás, ordenó con la voz apagada – Averigua cuántas veces ocurrió esto.Carlos asintió.El celular de Dante comenzó a sonar. Al reconocer el número de su padre, lo ignoró.- Señor... - habló con precaución el joven, moviendo su celular en la mano.Carlos recibió el celular y al mirarlo, al secretario se le bajó la presión, o se le disparó por las nubes, que a veces, cuando uno tiene un susto de esos que paralizan, es lo mismo.- Lo investigaré en unas horas, Señor – dijo con rigidez.Dante, que se masajeaba la nuca, lo miró con un ma
El Tren de las Sierras, en Córdoba, recorre aproximadamente 73 kilómetros en un promedio de cuatro horas, atravesando ríos, puentes y túneles que desde la ruta no podían verse.Su infraestructura mantiene una única vía a lo largo de todo su recorrido, lo que genera demoras extras cuando el tren que va se junta con el que viene. Pero, en su interior, los vagones del tren cuentan con asientos anchos y de un confort excelente, pasillos amplios, aire acondicionado y wifi, por lo que nadie se abruma con su lentitud. No es, para nada, el medio de transporte más rápido para trasladarse, pero sí, el más pintoresco y económico de la provincia, lo que lo convirtió en atractivo turístico infaltable para todos aquellos que quieren conocer el paisaje pleno de las sierras cordobesas, y las familias que quieran pasear durante el fin de semana.Lara se recostó contra su asiento y cerró los ojos un segundo.¿Celosa? ¿Ella? Quería reír.A un par de calles de distancia, la parada en la que Lara había s
Lara, Luz y los mellizos se recostaron en sus asientos a esperar que el tren retomara su marcha.Con el complejo de pobreza arraigado en su interior, aunque compró una docena de pastelitos, los fraccionó para que los niños comieran un par durante los diez minutos que duraba esa parada y que otro tanto quedara para más tarde.La gente poco a poco fue retomando sus lugares en el tren y mientras pasaban por el lado de Lara, las hermanas podían escuchar restos de sus conversaciones.No eran de estirar la oreja para escuchar asuntos ajenos, siempre tenían la cabeza llena de preocupaciones.Pero en ese momento, en el que trataban de soltar toda inquietud, la ansiedad las volvió más susceptibles al entorno y se les hizo inevitable que les picara la curiosidad, pues todos parecían hablar de lo mismo: algo ocurría en la estación de Valle Hermoso.- ¿Qué crees que pase? – preguntó Luz.- No tengo ni idea, no tengo señal en mi celular ¿Tú? - Tampoco…- ¿Qué clase de teléfonos tiene esa gente qu