Dante Hatclifft echaba humo.- Se… Señor Hatclifft… - Amelia abría y cerraba la boca como un pez fuera del agua.Con toda su inmensidad, Dante se acercó a ella y sin gritar, habló con un frío que bajó la temperatura de todo el lugar bajo cero.- O si no, ¿Qué? Termina lo que ibas a decir.- ¿Por qué me haces esto, Dante? - preguntó Amelia, con un hilo de voz y el labio inferior temblando - Después de todo lo que hice por ti… - ¿Lo que hiciste por mí? - la cuestionó - Amelia Whington, junta tus cosas y desaparece de mi vista ¡De inmediato!- ¡No voy a irme a ningún lado! - protestó la mujer - ¡Pasé los mejores años de mi vida trabajado para ti! Me he ocupado desde tu imagen política hasta a la compra de tu ropa interior ¿Y me despides así, como si fuera una simple empleada más? ¡¿Y todo por ella?! - señaló a Lara con sus uñas afiladas.Lara estaba simplemente congelada, como el resto de las personas en el lugar.- ¡Primer Ministro! - Carlos corrió hacia él - Primer Ministro, yo hablaré
- ¡Primer Ministro! ¡Primer Ministro! – Un joven castaño entró desesperado a la oficina - ¡Primer Ministro, tenemos una urgencia!- ¡¿Qué rayos pasa?! – gritó Dante, haciendo un bollo con la fotografía de Amelia en su mano.El joven enmudeció.Ni aun notando a tiempo esas conductas de su asesora, se habría atrevido, siquiera a imaginar, que Amelia era capaz de meterse en su cama mientras dormía.- Carlos… - Se desplomó en su silla y tirando la cabeza para atrás, ordenó con la voz apagada – Averigua cuántas veces ocurrió esto.Carlos asintió.El celular de Dante comenzó a sonar. Al reconocer el número de su padre, lo ignoró.- Señor... - habló con precaución el joven, moviendo su celular en la mano.Carlos recibió el celular y al mirarlo, al secretario se le bajó la presión, o se le disparó por las nubes, que a veces, cuando uno tiene un susto de esos que paralizan, es lo mismo.- Lo investigaré en unas horas, Señor – dijo con rigidez.Dante, que se masajeaba la nuca, lo miró con un ma
El Tren de las Sierras, en Córdoba, recorre aproximadamente 73 kilómetros en un promedio de cuatro horas, atravesando ríos, puentes y túneles que desde la ruta no podían verse.Su infraestructura mantiene una única vía a lo largo de todo su recorrido, lo que genera demoras extras cuando el tren que va se junta con el que viene. Pero, en su interior, los vagones del tren cuentan con asientos anchos y de un confort excelente, pasillos amplios, aire acondicionado y wifi, por lo que nadie se abruma con su lentitud. No es, para nada, el medio de transporte más rápido para trasladarse, pero sí, el más pintoresco y económico de la provincia, lo que lo convirtió en atractivo turístico infaltable para todos aquellos que quieren conocer el paisaje pleno de las sierras cordobesas, y las familias que quieran pasear durante el fin de semana.Lara se recostó contra su asiento y cerró los ojos un segundo.¿Celosa? ¿Ella? Quería reír.A un par de calles de distancia, la parada en la que Lara había s
Lara, Luz y los mellizos se recostaron en sus asientos a esperar que el tren retomara su marcha.Con el complejo de pobreza arraigado en su interior, aunque compró una docena de pastelitos, los fraccionó para que los niños comieran un par durante los diez minutos que duraba esa parada y que otro tanto quedara para más tarde.La gente poco a poco fue retomando sus lugares en el tren y mientras pasaban por el lado de Lara, las hermanas podían escuchar restos de sus conversaciones.No eran de estirar la oreja para escuchar asuntos ajenos, siempre tenían la cabeza llena de preocupaciones.Pero en ese momento, en el que trataban de soltar toda inquietud, la ansiedad las volvió más susceptibles al entorno y se les hizo inevitable que les picara la curiosidad, pues todos parecían hablar de lo mismo: algo ocurría en la estación de Valle Hermoso.- ¿Qué crees que pase? – preguntó Luz.- No tengo ni idea, no tengo señal en mi celular ¿Tú? - Tampoco…- ¿Qué clase de teléfonos tiene esa gente qu
Dante estaba sentado en el banco de concreto, con los codos apoyados sobre sus piernas y la cabeza gacha.Lara iría a él. Respiró hondo. El corazón le latía desbocado de felicidad.Ella iría a él.Fijo la vista en las vías del tren, veteadas por el óxido.Su interior era una mezcolanza de cosas que se revolvían y hacían que su piel vibrara. No ver a Lara lo ponía nervioso, así que estaba ansioso porque ese tren llegara.Pero para ese momento, tenía que resolver algunas cosas.Lara iría a él y no merecía bajar de ese tren a un mundo caótico y asfixiante. Escuchar que ella quería paz y tranquilidad, lejos de aquella casona, le retorció el alma, porque durante esos días, sintiéndola cerca, viéndola por su ventana cuando ella salía con los niños, arrastrando mochilas y los perros persiguiéndolos, él desbordaba de felicidad. Estaba tan feliz, que cada tanto, miraba el cielo y sentía el impulso de soltar un “Gracias”, cuando nunca fue de creer en lo que no podía ver, pero es que luego d
Lo primero que vio Lara al despertar, fue la fina y delicada gasa que envolvía la cama con un toque de ensueño.Una suave briza se colaba en la habitación desde los laterales vidriados del cuarto, haciendo danzar la gasa delante de sus ojos como si fueran las alas de un cisne, simplemente encantador.Tenía la mente en blanco y el alivio del dolor que ya no dolía.Con los párpados pesados, se giró en la cama y vislumbró el sol fuera. La enorme cama, las suaves sábanas, la gasa y el grueso tronco de una palmera, le confirmaban a dónde estaba y sabía que estaba bien.Estaba en la habitación del VIP en la que pasó la noche con Dante y si estaba allí, estaría él a su lado y en sus manos podía posar todo lo importante en su vida.Claro que solo un ratito, porque lo más valioso para Lara era su familia y cuando se trataba de ellos, era celosa y sobre protectora.Respiró hondo, llenándose de un silencio que calmó cada una de sus terminaciones nerviosas.Cuando volvió a girarse, para darle la
Si Lara hiciera un repaso de todas las cosas malas que le tocó enfrentar de un tiempo atrás hasta ese momento, tendría una lista de varias páginas. Y aunque en cada evento desafortunado la gravedad y el impacto parecía empeorar y la intensidad de sus emociones aumentar, ese específico momento, cuando el médico dijo “Algo está mal” con el escáner contra su piel, sería fácilmente catalogado como el peor momento de su vida.Con la mirada clavada en Lara, Mauricio agregó: - Algo está mal con los cálculos.- ¿Qué ocurre? – preguntó Dante.- Si este bebé fue gestado en el VIP, sería más pequeño. Este bebé no es de Dante.Mauricio había tirado una bomba y el cerebro de la pareja estaba tratando de procesar esa información, como un GPS sin señal.Dante, que momentos atrás tenía una felicidad tan grande que se sentía grande, inmenso, de repente encogió los hombros un tanto inseguro sobre qué decir.- ¿El bebé está bien? – preguntó Dante, cuando el nudo que se le hizo en la garganta le permitió
Lara, empeñada en conseguir un poco de paz y tranquilidad, de pronto tenía más ruido en la cabeza que cuando el personal de Dante se la pasaba cuchicheando detrás de ella en cada rincón de la casona.- Tu jefe dijo que podíamos bajar a la piscina, así que traje a los mellizos para que se refresquen un poco. - Gracias Luz – miró a su hermana con dulzura maternal. - No es únicamente tu jefe, ¿No? – le preguntó pasándole un mate.- ¿Por qué preguntas? – trató de disimular, avergonzada.Lara hizo sonar el mate un largo rato, fingiendo que no sentía la mirada curiosa de su hermana.- Porque te besó en cuanto bajaste del tren – le contestó como si fuera obvio.Y es que lo era. Que alguien tan reservada como Lara, que desde la muerte de Víctor prácticamente ni hablaba con otro hombre que no fuera Ignacio, se dejara abrazar y besar, era obvio que significaba mucho más que puro trato laboral. - Oh… cierto – Lara maldijo en su interior. - ¿Cuándo vas a contarme la verdad? – se acercó a ell