Capítulo 812
Luis no hizo nada más.

Su corbata ataba las muñecas de Dulcinea. Ella, atrapada en sus brazos, no podía moverse. No podía llamar a nadie, porque él le había desabrochado parte del vestido.

Él se inclinó sobre ella, sus ojos oscuros brillando ligeramente bajo la luz de la luna.

Después de un largo rato, lentamente se acercó más a ella.

Era alto y musculoso.

Dulcinea, en cambio, era delgada y pequeña. Luis se apoyó en su hombro, mostrando una vulnerabilidad rara en él, una vulnerabilidad nacida del miedo.

Siempre había sido confiado. Creía que, por mucho que Dulcinea se resistiera, nunca podría dejarlo de verdad, porque él tenía poder, podía usar cualquier medio para restringir su libertad.

Pero ahora todo había cambiado. Don Marlon resultó ser el padre biológico de Dulcinea.

Don Marlon era increíblemente poderoso.

Luis apostó todo lo que tenía.

No le temía a perder, ni a quedarse sin nada. Lo que más temía era que, cuando lo perdiera todo... Dulcinea lo abandonara de todos modos.

Y si a
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