Capítulo 789
Sarah, al verse descubierta, se enfureció:

—¡Estás mintiendo! Fue tu culpa que Austin resultara herido.

Dulcinea mantuvo su calma:

—El amor no se obtiene haciendo berrinches. Si Luis no te quiere, no tiene sentido seguir insistiendo. Podrías haber tenido una buena vida.

Sarah, con los labios temblorosos, sabía que Dulcinea tenía razón, pero no podía aceptarlo emocionalmente.

No soportaba que su devoción fuera despreciada por Luis, que la tratara como basura. Su orgullo no le permitía retirarse de esa manera.

Después de unos segundos, Sarah salió corriendo, llorando.

Dulcinea se quedó sola en el área de descanso, con el café enfriándose.

Sentía culpa por Austin, pero sabía que intentar compensarlo solo empeoraría las cosas. Ya había sufrido suficiente con la pérdida de Leandro.

Con la llegada de la primavera, Dulcinea llevó a Alegría a Ciudad BA para visitar las tumbas de sus padres.

El viento primaveral hacía bailar a las margaritas amarillas, como si Jimena hablara con Leandro.

—Leand
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