Capítulo 739
Luis cerró la puerta con suavidad.

Se acercó a la cama y se sentó, acariciando la barriguita de Leonardo con una sonrisa:

—Este chico sí que come bien. ¿Siempre come tanto por la noche?

Dulcinea no respondió.

Siguió aplicándose sus cremas con calma.

Luis sabía que ella estaba enojada y trataba de calmarla. Incluso elogió a los niños:

—Clara sabe cuidar bien a los niños. Alegría también está gordita y saludable. Habrá que darle un bono a Clara.

Dulcinea no respondió.

Pero eso no desanimó a Luis, al contrario, avivó su deseo de conquistarla.

Luis se acercó a la silla del tocador y la abrazó suavemente junto con la silla, mirando a su reflejo en el espejo. Con voz suave, preguntó:

—¿Dónde voy a dormir esta noche?

Dulcinea también miró el reflejo en el espejo.

Después de un momento, respondió con frialdad:

—Hay una habitación de invitados al lado. Puedes dormir allí.

—Llévame.

Sus finos labios, pegados a su oreja, murmuraron tiernamente, pero con un matiz de amenaza:

—Si no, lo hacemos aqu
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