Capítulo 743
El drama se prolongó hasta las dos de la madrugada.

Después de solucionarlo, Luis llegó a la villa.

Se quedó un rato en el coche.

Todo estaba en silencio. Las luces de arriba y abajo estaban apagadas, solo unas pocas lámparas del jardín brillaban débilmente, haciéndolo sentir más solitario y frío en esa noche de invierno.

Finalmente, abrió la puerta trasera del coche y entró al vestíbulo.

Con una tenue luz a lo largo del camino, no encendió las luces y subió al segundo piso a oscuras.

La luz de la luna iluminaba suavemente el dormitorio.

Dulcinea dormía profundamente con los dos niños a su lado. La cama de dos metros, como siempre, no tenía lugar para él.

Luis se quedó de pie junto a la cama. Bajo la fría luz de la luna, se aflojó la corbata y se quitó la chaqueta y la camisa blanca.

Dulcinea olió el alcohol y abrió los ojos.

—¿Estás despierta?

Los ojos oscuros de Luis la miraban, su tono era frío. Sin esperar su respuesta, se lanzó sobre ella.

Dulcinea intentó luchar, pero sus movimie
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