Gia
Llego a la zona rural de una manada que hace poco se recuperó de una peste. Los cachorros del lugar, al reconocerme, corren en mi dirección con alegría. Yo estuve ayudando, no solo con la elaboración de una cura, también cuidé a los enfermos y me encargué de alimentar y bañar a los cachorros, que tenían a sus padres convalecientes. Por suerte, esa peste no afectó a los niños.
—¡Tía! —Los cachorros corren detrás de mí entre risas.
—¡Alcáncenme si pueden! —grito mientras tiro mi vestido amarillo al aire para convertirme en loba. Al cabo de unos segundos, los pequeños me siguen.
Después de correr por el campo, montarlos en mi regazo y bañarnos en el río, yo con mi forma de loba, regresamos a la junta principal de la manada, que es donde nos reunimos todos para hacer actividades y reuniones. Cambio mi forma y me visto, mientras que los pequeños se dispersan.
Regreso a la manada cercana, que es donde estoy viviendo junto a una compañera, que me rentó una cabaña que se encuentra en su territorio. Ella me invita a cenar a su casa esta noche, ya que preparó todo un festín como despedida, puesto que al otro día regresaría a mi hogar.
Después de cenar, me dirijo al patio a tomar aire fresco y pensar en lo que será mi vida cuando regrese a la manada donde crecí; futuro que será pronto, mañana para ser exactos.
—¿Nostálgica? —Gin aparece detrás de mí de forma repentina. Miro el cielo con melancolía, deseando el poder cambiar tantas cosas del pasado.
—Temo regresar.
—Lo sé. —Ella se sienta a mi lado—. Pero no puedes escapar por siempre. Solo espero que este año te haya servido para aclarar tus sentimientos.
Emito un suspiro sonoro. "Aclarar". Siempre supe lo que sentía por Gael; el problema no es tener claro mis sentimientos, el asunto aquí es que no ser correspondida.
—No quiero que mis sentimientos afloren en cuanto lo vea. Tampoco que haya tensión en la manada por nuestra causa. A veces quiero decirle a papá que me quedaré aquí y que haré mi vida como loba solitaria, pero el alfa me mataría.
—No serías loba solitaria, pertenecerías a nuestra manada.
Sonrío ante eso. Miro a su esposo, quien juega con los cachorros. Me gustaría mucho encontrar a mi mate, de esa manera podría olvidarme de Gael.
—¿Es así como él dormirá a los cachorros? —Apunto en dirección al patio donde los tres han salido a jugar.
—Amo a mi mate, pero a veces me dan ganas de matarlo.
—Te entiendo. —Levanto las manos con expresión divertida.
—Deja ir a jalarlos por las orejas y enviar a los cachorros a la cama.
La veo alejarse con los puños cerrados, preparando su postura de mamá peleona. No obstante, su esposo se la sube encima y empieza a correr con ella sobre su lomo, seguido de los dos niños. Son tan lindos que me da mucha envidia.
«Cómo desearía tener algo así».
Gael...
Tenía tanta ilusión de que juntos formáramos una familia. Juntos éramos mas fuertes y estoy segura de que podríamos liderar la manada muy bien con nuestras habilidades.
Pero él no me quiere y yo ya no sé si lo mío sigue siendo enamoramiento o es solo frustración. ¿Por qué no puedo superarlo?
En fin, sean mis sentimientos por Gael genuinos o no, debo olvidarlo.
***
La noche pasa muy rápido y es reemplazada por una mañana soleada. Termino de empacar mis cosas y de dejarle todo organizado a mi amiga, aquí en la cabaña.
Cuando salgo con maletas en manos, miro lo que fue mi hogar por última vez. Extrañaré mucho la paz de este lugar y el poder ver todos los días a mis pequeños y traviesos cachorros. También extrañaré a mis colegas y a los habitantes de las manadas, donde suelo hacer mis trabajos voluntarios.
—¡Te vamos a extrañar, tía! —vociferan los pequeños al unísono mientras se pegan a mis piernas.
—Yo también los voy a extrañar. —Me agachó al nivel de ellos y les reparto besos y mimos.
Es lindo que los niños de toda la manada hayan venido a despedirme, al igual que algunos colegas y habitantes. Ellos me dan regalos y comidas, asimismo me agradecen por mi trabajo aquí.
Tan lindos…
—¿Vendrás a visitarnos pronto? —pregunta uno de los niños, con ojitos llorones.
—¡Por supuesto! —aseguro, aunque no sé si pueda cumplir con eso.
Me subo al vehículo del líder, quien me llevará a la estación de tren. Estoy muy lejos de casa, así que me tomará toda la mañana llegar a mi manada.
Después de dos horas, el tren anuncia la llegada a mi región. A medida en que hago los trámites para salir, el corazón me late muy fuerte por la anticipación.
Una vez afuera de la estación, visualizo la camioneta de Gael que se parquea frente a mí.
No puede ser…
Creí que sería Kali o alguna otra persona de la manada ¿, quien vendría a recogerme. Él nerviosismo empieza a hacer efecto en mi cuerpo, cuando el rostro conocido de mi primer amor busca por los alrededores. Él sonríe cuando nota mi presencia, en cambio yo no sé cómo reaccionar.
Parpadeo varias veces para asegurarme de que mi imaginación no me esté jugando una mala broma, pero la figura imponente de Gael se hace cada vez más clara.
¡Dios! ¿Cómo es que puede ser tan atractivo? ¿Soy yo o está mejor de lo que lo recuerdo?
Su cuerpo siempre ha sido musculoso, pero ahora está más ancho y grande. Su remera blanca se le pega al torso, como si fuera una segunda piel, resaltando la firmeza y el atractivo de su cuerpo.
Un pantalón de mezclilla con varios rotos en la rodilla y parte del muslo le da un estilo casual, haciendo notar esas gruesas y duras piernas. El arcillo plateado que ha llevado en su oreja derecha desde niño, y que según mi criterio debe tener algún significado en cuanto su origen, lo da un aire rebelde.
Me atrevo a mirarlo por un lacónico segundo, donde aprecio de forma rápida sus ojos dorados como el oro, que resaltan al tener ese brillo especial que no logro descifrar, pero que me hace estremecer; asimismo, su cabello lacio y negro luce más abundante y largo, tanto, que lleva una coleta al descuidado que termina por debajo de sus costillas.
Este hombre es puro arte, con razón me pone de todos los colores.
Es que Gael es la imagen viva de las fantasías de cualquier mujer.
Y, aunque así suelen ser los lobos: gruesos, musculosos y muy varoniles; he de admitir que Gael sobresale. Él es...
«Deja de babear por él, eres muy obvia», me dice mi parte lobuna, quien siente rencor por Gael desde la noche que lo encontré besándose con quien fue mi mejor amiga.
—Creí que Kali o papá vendrían a buscarme —comento, incómoda.
—Kali está cuidando a su mejer, quien acaba de dar a luz a su cuarto cachorro hoy mismo y el alfa anda ocupado —me explica mientras me mira de esa manera tan intensa, que no encuentro las palabras correctas para describir; pero que, por alguna extraña razón, me pone muy nerviosa.
¡No puede ser! ¿Gael es quien me va a llevar?
GiaEl suelo se siente como gelatina debajo de mis pies, por lo que caminar se me dificulta. No quiero que Gael note mi nerviosismo, pero ¿cómo disimular este remolino de emociones?A pesar de todo lo que ha sucedido entre nosotros, aprecio mucho a Gael. Él siempre me protegió, brindó su amistad y enseñó casi todo lo que sé. Estar tan distante de él me duele, no solo por mi enamoramiento, también por lo que éramos antes de mi confesión.Gael sube mis maletas en el baúl en pleno mutismo, entonces se apresura a abrírmela puerta del capítulo. La tensión se siente en el aire, pero también los nervios, puesto que ninguno de los dos sabe cómo abordar al otro.Me subo al vehículo con gestos tímidos y evito mirarlo, en su lugar, decanto en poner mi atención en el cristal de la puerta. Sé que debo superar este asunto y tratar, por lo menos, de que no haya tensión entre nosotros; sin embargo, la realidad es que no sé cómo actuar delante de él.Me encojo en mi lugar al sentirme escudriñada por é
GiaGael y yo entramos a la casa. De inmediato, los recuerdos me acorralan y la nostalgia me embarga el pecho. Solo me fui por un año y siento que fue por una eternidad.—¡Tesoro! —vocifera mamá con marcada emoción. Ella abre sus brazos y se encorva, esperando por mi abrazo que pronto llega.—¡Mami! —Me aferro a su cuerpo como si mi vida dependiera de ese gesto; ella, por su parte, llora a todo pulmón mientras acaricia mi cabello.¡Qué dramática!—¡Hasta que por fin estás en casa! Mira lo delgada que luces, de seguro no estás comiendo bien. —Entorno los ojos ante la sobreprotección de mamá, siempre es lo mismo con ella.—Mami, es imposible que esté delgada, puesto que mi vecina es una cocinera compulsiva que me llenaba el estómago con su comida deliciosa. Todo lo contrario, tendré que ponerme a dieta para perder todo ese peso que, gracias a ella, gané.—Así estás bien. —Me giro para encarar a un Gael que me examina con la mirada. No sé si es mi imaginación, pero su escrutinio sobre mí
Froto mis ojos varias veces y me espanto cuando la oscuridad de mi habitación me recibe.¡Me quedé dormida!Me tiro de la cama y enciendo la luz, entonces dejo escapar un sollozo. Toda mi ropa está regada sobre el colchón y en el piso. ¿Por qué tuve que quedarme dormida mientras la desempacaba?—¿Gia? —Escucho la voz de papá del otro lado de la puerta.¡Papá!Me apresuro en abrirle y, una vez este entra, me le tiro encima dando brincos de alegría. Me aferro a su cuerpo grueso como si mi vida dependiera de ello. Estoy muy feliz de verlo, puesto que su última visita fue hace unos tres meses.—¡Te extrañé tanto, papito!—Y yo a ti, traviesita —responde divertido. Usa el diminutivo como venganza, puesto que no le gusta que lo llame así.—Cada vez te pones más bueno; mami debe tener los ojos puestos en ti, debes ser la sensación de la manada. ¿Nunca te pondrás viejo, don alfa?—¿Viejo? Estoy en mis mejores años. Y tu mamá debe perder cuidado, Katrina sabe que solo tengo ojos para ella.—Sí
Después de un delicioso baño, me visto en tiempo récord para esquivar los reclamos del alfa. Decanto por unos pantalones de jean oscuros, mis botines negros y una camiseta sin mangas que acentúa un poco mi escote, asimismo, me pongo encima una camisa gruesa de rayas negras, blancas y rojas, pero no me la abrocho. Me dejo el pelo suelto y solo uso brillo labial, ya que no estoy de humor para hacerme un maquillaje elaborado.Salgo de la habitación y me dirijo al patio, que se encuentra decorado con guindalezas de papeles coloridos, luces y una fogata en medio de este. Música animada retumba en el lugar, que está abarrotado de nuestros hermanos de la manada, que constan de unas cincuenta personas si no me equivoco.—¡Aquí está mi princesa! —vocifera papá mientras viene a mi encuentro. Él tiene un delantal puesto y sostiene una espátula en su mano derecha. Eso significa que está asando carne.¡Amo los asados de papá!—El alfa se ve todo un hombre de su casa vestido de cocinero —digo mient
OmniscienteLa chica de cabellera rojiza camina entre los árboles, como si buscara alguna respuesta allí.—Esto será muy difícil. Esos malditos lobos sellaron muy bien la protección.Ella camina en medio del bosque y prepara sus artilugios de magia. Sonríe al sentir una energía poderosa y paranormal, lo que le indica que está en la parte principal de la barrera invisible. De inmediato, la alegría y la esperanza la embargan, por lo que corre más adentro, buscando aquello que irradia aquel poder. Un brillo inusual capta su atención, se queda un largo rato alelada ante la belleza de las luces en tono dorado y plateado, hasta que decide salir de su trance de fascinación, para investigar de dónde proviene aquel brillo.Con pasos apresurados y ansiosos se dirige en dirección al resplandor, pero se detiene de repente al notar que allí yace una mujer vestida de negro, cabellera blanca, lacia y larga y de piel joven y delicada.Estudia a la desconocida de forma minuciosa, y se percata de que
OmniscienteLejos de las regiones de los licántropos, se encuentra ubicada la comunidad de las brujas sangrientas y las hadas. Las primeras, son criaturas malvadas, con sed de sangre, guerra y destrucción, asimismo, seductoras por naturaleza, muy lujuriosas y obsesivas.Por otro lado, está la región de las hadas. Estas son hermosas, delicadas y con un tamaño menor que las brujas. Ellas tienen el poder de proteger la naturaleza y producirlas, pero no son lo suficiente poderosas como para la guerra, mucho menos cuando de brujas se trata.Por muchos años hubo guerra entre las tres especies, por lo que son muy pocas las brujas sangrientas que existen, en especial, porque los hombres murieron todos en la batalla y ellas no tienen con quien reproducirse.La gran bruja, quien es una líder poderosa y de belleza hipnotizante, ha trabajado duro para romper la barrera entre los lobos y las comunidades de las demás criaturas y así poder encantarles y aparearse. Dado que con las hadas no pueden co
GiaCon mi forma de loba, corro en medio de los árboles sintiéndome libre. La brisa acaricia mi pelaje plateado, asimismo, el olor a tierra mojada por el rocío y las caricias de las hojas de las plantas al pasar, es el mejor "buenos días" que necesito.Me apresuro por paisaje natural con felicidad mientras mis patas saltan en el acto y mi corazón palpita frenético, y lleno de vida. Me encanta la libertad que me mi forma de loba me regala, lo fuerte que me siento al poder dar grandes saltos sin limitaciones y lo divertido que es hacer todo lo que mi forma humana me impide.Termino mi corrida matutina frente al río, entonces bebo de este para saciar mi sed.“No sabía que madrugabas”, dice alguien por medio del vínculo.Este proceso de hablar por telepatía, solo lo podemos hacer en nuestra forma lobuna, a menos que estemos hablando con el alfa, un familiar muy cercano o nuestro compañero de vida."No sabes nada acerca de mí", respondo con diversión."Te invito el desayuno"."No me podría
Después de la amenaza no verbal de parte del señor alfa, mi padre, Loni estuvo tenso y distante; sin embargo, a medida en que caminamos por la plaza de la manada y conversamos, la tensión se va desapareciendo y él se percibe más suelto. Llegamos a una cafetería popular en Luna creciente, y que es muy concurrida en la mañana y en la tarde, ya que aquí venden los mejores desayunos y las meriendas más exquisitas, asimismo, no existe un café más delicioso que el que se venden aquí. —Entonces, vas a trabajar en el centro curativo —comenta él mientras endulza su bebida cafeinada. —Sí —respondo, antes de comer estos deliciosos panqueques, que se derriten en mi boca de los suaves que son. —Eso está bien. Creí que te gustaría ser guerrera, pero decantaste por la tranquilidad. —Sí. Aunque si toca ir a la batalla, le entro. —Sorbo mi café. —Tal vez no pase mucho tiempo desde que tengas que hacerlo. Hay rumores de que la manada “Luna llena” está merodeando en nuestros territorios, ya sabes q