Gia
Gael y yo entramos a la casa. De inmediato, los recuerdos me acorralan y la nostalgia me embarga el pecho. Solo me fui por un año y siento que fue por una eternidad.
—¡Tesoro! —vocifera mamá con marcada emoción. Ella abre sus brazos y se encorva, esperando por mi abrazo que pronto llega.
—¡Mami! —Me aferro a su cuerpo como si mi vida dependiera de ese gesto; ella, por su parte, llora a todo pulmón mientras acaricia mi cabello.
¡Qué dramática!
—¡Hasta que por fin estás en casa! Mira lo delgada que luces, de seguro no estás comiendo bien. —Entorno los ojos ante la sobreprotección de mamá, siempre es lo mismo con ella.
—Mami, es imposible que esté delgada, puesto que mi vecina es una cocinera compulsiva que me llenaba el estómago con su comida deliciosa. Todo lo contrario, tendré que ponerme a dieta para perder todo ese peso que, gracias a ella, gané.
—Así estás bien. —Me giro para encarar a un Gael que me examina con la mirada. No sé si es mi imaginación, pero su escrutinio sobre mí se ve hambriento y lleno de deseo, como si disfrutara admirar cada centímetro de mi anatomía.
Un silencio incómodo nos embarga de repente, que es roto por mamá y su sobreactuada tos.
—Gael, ayuda a Gia con sus maletas, cariño —dice ella con una mirada cargada de complicidad y, antes de irse a la cocina, me guiña un ojo.
¿Ah?
Ignoro lo que sea que esté pasando por su cabeza y me apresuro a subir las escaleras. Gael me sigue mientras carga mis maletas, como si estas fuesen dos bolsas de plástico vacías. Pero así somos los licántropos, fuertes.
—No era necesario que las trajeras, a mí no me pesan —digo cuando entramos a mi habitación. De inmediato, la nostalgia me visita. Tantas veces lloré sobre esa cama por el rechazo de Gael.
«Ya, supéralo».
—Sé que eres fuerte, pero yo soy un caballero. —Ignoro sus palabras y me concentro en admirar cada detalle de mi habitación, donde lo único nuevo es la pintura y las sábanas que cubren la cama, mas todo lo demás sigue intacto.
—Es increíble que esté de vuelta aquí —comento para mí, aunque sé que Gael me ha escuchado. Esbozo un suspiro y me abrazo a mí misma. Temo mucho lo que me depara, ya que no quiero volver a sufrir como antes.
—Y aunque no lo creas, estoy muy feliz de que hayas vuelto —dice él.
Escuchar esas palabras en el tono grueso de la voz de Gael me hace estremecer, pero lo que provoca que mi corazón salte frenético en mi pecho, es la respiración de él sobre mi cuello y el calor de su cuerpo en mi espalda.
«¿Por qué está tan cerca?»
Trago pesado y aprieto la punta de mi camiseta con fuerza, como manera de controlar este nerviosismo que me está haciendo perder la compostura.
Gael deja de encorvarse y me gira para que quede frente a él, pero yo no me atrevo a levantar el rostro y encararlo. No quiero...
—Preciosa Gia —Gael levanta mi barbilla, obligándome a mirarlo a los ojos—, ¿qué debo hacer para recuperar tu cariño? Temí tanto perder tu amistad, que terminé empeorando las cosas entre nosotros.
No quiero llorar, no quiero llorar, no...
—Gael, no es tu culpa que me haya enamorado sola y confundido mis sentimientos. No debí asumir que, por un simple enamoramiento de adolescente, eras mi mate. No lo eres, ya lo entiendo.
La tristeza en su mirada me duele de una manera asfixiante. Esa expresión sombría y esa desesperanza en su semblante es insoportable. Y todas esas emociones me confunden; si Gael no es mi mate, ¿por qué siento su sufrimiento?
"Yo también he sentido el tuyo".
¿Qué? ¿Cómo?
—¿Cómo supiste lo que estaba pensando?
—¿Vínculo? —ironiza divertido y levanta una ceja, como si estuviera diciendo algo obvio.
—Una cosa es hablar por medio del vínculo, y otra muy diferente es lo que acabas de hacer...
—Piensas mucho, preciosa Gia. Mejor descansa, sabes que en la noche no hay manera de que te libres de la fiesta. El alfa ya tiene todo preparado.
Me encojo de hombros y esbozo un suspiro. No estoy de humor para fiestas ni nada que se le parezca. Pero Gael tiene razón, no hay manera de liberarme de la dichosa bienvenida.
—¿Llevarás a tu novia? —¿Por qué demonio le pregunté eso?
—No tengo novia...
—Entonces no tienen nada serio aún.
—Tú lo has dicho. —Gael sale de la habitación sin agregar más, por mi parte, me dejo caer en la cama cuando me encuentro sola en la habitación.
—¿Cómo soportaré verte junto a ella? —Las lágrimas mojan mi rostro como torrentes. Acabo de llegar y ya estoy llorando por Gael.Soy una tonta.
"No permitas que esa zorra lo siga tocando"
«Cómo si eso dependiera de mí».
“Él es mi lobo".
«Te equivocas».
¡Hasta mi loba es una tonta! ¿Cómo es que ella quiere reclamar a un lobo que no le pertenece?"Mate".
No lo es, él...Un sollozo sale de mi boca de manera dolorosa. Si Gael no es mi mate, ¿por qué sentí que me desgarraban las entrañas cuando él se acostó con esa mujer? No lo entiendo… No debería afectarme lo que él hace con otra, no debería dolerme; por lo menos no de esta manera tan insoportable. Temo tanto; si casi me muero cuando Gael perdió su virginidad, ¿cómo voy a lidiar con los celos estando cerca de él?
Y pensar que mi problema empeoró aquella tarde, dos años atrás, cuando estando en el bosque, mi loba confirmó lo que mi corazón gritaba.
«¡Mate!», escuché y el olor de Gael se tornó intenso en mis fosas nasales. Aquel día él me observaba con desconcierto, pero de inmediato negó todo y me dijo que estaba alucinando.
Ahora dudo mucho de mi cordura.
¿De verdad lo aluciné? Si así fue, ¿por qué Gael y yo empezamos a hablar por el vínculo desde ese entonces? A veces pienso que él juega con mi mente, asimismo, que se burla a mis espaldas, cada vez que sale a flote mi desequilibrio mental.
Froto mis ojos varias veces y me espanto cuando la oscuridad de mi habitación me recibe.¡Me quedé dormida!Me tiro de la cama y enciendo la luz, entonces dejo escapar un sollozo. Toda mi ropa está regada sobre el colchón y en el piso. ¿Por qué tuve que quedarme dormida mientras la desempacaba?—¿Gia? —Escucho la voz de papá del otro lado de la puerta.¡Papá!Me apresuro en abrirle y, una vez este entra, me le tiro encima dando brincos de alegría. Me aferro a su cuerpo grueso como si mi vida dependiera de ello. Estoy muy feliz de verlo, puesto que su última visita fue hace unos tres meses.—¡Te extrañé tanto, papito!—Y yo a ti, traviesita —responde divertido. Usa el diminutivo como venganza, puesto que no le gusta que lo llame así.—Cada vez te pones más bueno; mami debe tener los ojos puestos en ti, debes ser la sensación de la manada. ¿Nunca te pondrás viejo, don alfa?—¿Viejo? Estoy en mis mejores años. Y tu mamá debe perder cuidado, Katrina sabe que solo tengo ojos para ella.—Sí
Después de un delicioso baño, me visto en tiempo récord para esquivar los reclamos del alfa. Decanto por unos pantalones de jean oscuros, mis botines negros y una camiseta sin mangas que acentúa un poco mi escote, asimismo, me pongo encima una camisa gruesa de rayas negras, blancas y rojas, pero no me la abrocho. Me dejo el pelo suelto y solo uso brillo labial, ya que no estoy de humor para hacerme un maquillaje elaborado.Salgo de la habitación y me dirijo al patio, que se encuentra decorado con guindalezas de papeles coloridos, luces y una fogata en medio de este. Música animada retumba en el lugar, que está abarrotado de nuestros hermanos de la manada, que constan de unas cincuenta personas si no me equivoco.—¡Aquí está mi princesa! —vocifera papá mientras viene a mi encuentro. Él tiene un delantal puesto y sostiene una espátula en su mano derecha. Eso significa que está asando carne.¡Amo los asados de papá!—El alfa se ve todo un hombre de su casa vestido de cocinero —digo mient
OmniscienteLa chica de cabellera rojiza camina entre los árboles, como si buscara alguna respuesta allí.—Esto será muy difícil. Esos malditos lobos sellaron muy bien la protección.Ella camina en medio del bosque y prepara sus artilugios de magia. Sonríe al sentir una energía poderosa y paranormal, lo que le indica que está en la parte principal de la barrera invisible. De inmediato, la alegría y la esperanza la embargan, por lo que corre más adentro, buscando aquello que irradia aquel poder. Un brillo inusual capta su atención, se queda un largo rato alelada ante la belleza de las luces en tono dorado y plateado, hasta que decide salir de su trance de fascinación, para investigar de dónde proviene aquel brillo.Con pasos apresurados y ansiosos se dirige en dirección al resplandor, pero se detiene de repente al notar que allí yace una mujer vestida de negro, cabellera blanca, lacia y larga y de piel joven y delicada.Estudia a la desconocida de forma minuciosa, y se percata de que
OmniscienteLejos de las regiones de los licántropos, se encuentra ubicada la comunidad de las brujas sangrientas y las hadas. Las primeras, son criaturas malvadas, con sed de sangre, guerra y destrucción, asimismo, seductoras por naturaleza, muy lujuriosas y obsesivas.Por otro lado, está la región de las hadas. Estas son hermosas, delicadas y con un tamaño menor que las brujas. Ellas tienen el poder de proteger la naturaleza y producirlas, pero no son lo suficiente poderosas como para la guerra, mucho menos cuando de brujas se trata.Por muchos años hubo guerra entre las tres especies, por lo que son muy pocas las brujas sangrientas que existen, en especial, porque los hombres murieron todos en la batalla y ellas no tienen con quien reproducirse.La gran bruja, quien es una líder poderosa y de belleza hipnotizante, ha trabajado duro para romper la barrera entre los lobos y las comunidades de las demás criaturas y así poder encantarles y aparearse. Dado que con las hadas no pueden co
GiaCon mi forma de loba, corro en medio de los árboles sintiéndome libre. La brisa acaricia mi pelaje plateado, asimismo, el olor a tierra mojada por el rocío y las caricias de las hojas de las plantas al pasar, es el mejor "buenos días" que necesito.Me apresuro por paisaje natural con felicidad mientras mis patas saltan en el acto y mi corazón palpita frenético, y lleno de vida. Me encanta la libertad que me mi forma de loba me regala, lo fuerte que me siento al poder dar grandes saltos sin limitaciones y lo divertido que es hacer todo lo que mi forma humana me impide.Termino mi corrida matutina frente al río, entonces bebo de este para saciar mi sed.“No sabía que madrugabas”, dice alguien por medio del vínculo.Este proceso de hablar por telepatía, solo lo podemos hacer en nuestra forma lobuna, a menos que estemos hablando con el alfa, un familiar muy cercano o nuestro compañero de vida."No sabes nada acerca de mí", respondo con diversión."Te invito el desayuno"."No me podría
Después de la amenaza no verbal de parte del señor alfa, mi padre, Loni estuvo tenso y distante; sin embargo, a medida en que caminamos por la plaza de la manada y conversamos, la tensión se va desapareciendo y él se percibe más suelto. Llegamos a una cafetería popular en Luna creciente, y que es muy concurrida en la mañana y en la tarde, ya que aquí venden los mejores desayunos y las meriendas más exquisitas, asimismo, no existe un café más delicioso que el que se venden aquí. —Entonces, vas a trabajar en el centro curativo —comenta él mientras endulza su bebida cafeinada. —Sí —respondo, antes de comer estos deliciosos panqueques, que se derriten en mi boca de los suaves que son. —Eso está bien. Creí que te gustaría ser guerrera, pero decantaste por la tranquilidad. —Sí. Aunque si toca ir a la batalla, le entro. —Sorbo mi café. —Tal vez no pase mucho tiempo desde que tengas que hacerlo. Hay rumores de que la manada “Luna llena” está merodeando en nuestros territorios, ya sabes q
GiaCon un hambre del demonio, me dirijo a la cocina para desayunar. Allí me encuentro a mi mamá, a Tita y a la razón de mis tormentos.—Buenos días, cariño —saluda mamá con una sonrisa fingida. Yo hago lo mismo, pero trato de que la mía no se vea tensa, asimismo, me acerco a ella para abrazarla—. Perdón por haberte presionado anoche, mi niña —susurra en mis oídos—. Tienes razón, debes olvidarte de Gael y seguir adelante.—Lo haré, mamá. —Beso su mejilla. Esta vez, ella sonríe con sinceridad.Me siento en la mesa frente a Gael, mas no le dirijo la palabra. Entiendo que estoy siendo injusta, debido a que Gael es libre de coger con quien quiera y no me debe lealtad; no obstante, este sentimiento de traición dentro de mí es más fuerte que yo.Es como si todo mi ser lo reclamara, por más que trato de convencerme de que él no es mi mate, mi loba insiste en que sí lo es y su lejanía me duele de manera desgarradora.Por un momento, me pierdo observándolo desayunar. Me llama la atención la ma
Otra noche de aullidos. Soy yo la culpable, quien se encuentra erguida encima de este risco cual loba imponente e intimidante, observando la luna llena y dejando salir mi dolor.Todas las noches de luna llena, en especial cuando estoy en mi ciclo de celo, siento un vacío que duele. Estas ansias de lanzarme encima de Gael y reclamarlo son más fuertes que mi raciocinio; mi instinto animal toma el control de mí y me grita que lo busque.¿Todos mis ciclos de celo serán así? ¿Hasta cuándo sufriré por un imposible? ¿Por qué lo ansío tanto?Gael...Otro aullido sale de mí, ese que le dice al viento lo mucho que duele no tenerlo desnudo y abrazado a mi cuerpo. Lo necesito, y esta necesidad está acabando con mi cordura.Otro aullido... Y otro...***OmniscienteAquel joven escucha los aullidos que llaman a la pasión, a la necesidad de la entrega en cuerpo y alma. Su interior quema como el infierno, su cuerpo está a punto de estallar. Corre con desesperación y entra a aquella cueva, allí lo esp