GiaCon un hambre del demonio, me dirijo a la cocina para desayunar. Allí me encuentro a mi mamá, a Tita y a la razón de mis tormentos.—Buenos días, cariño —saluda mamá con una sonrisa fingida. Yo hago lo mismo, pero trato de que la mía no se vea tensa, asimismo, me acerco a ella para abrazarla—. Perdón por haberte presionado anoche, mi niña —susurra en mis oídos—. Tienes razón, debes olvidarte de Gael y seguir adelante.—Lo haré, mamá. —Beso su mejilla. Esta vez, ella sonríe con sinceridad.Me siento en la mesa frente a Gael, mas no le dirijo la palabra. Entiendo que estoy siendo injusta, debido a que Gael es libre de coger con quien quiera y no me debe lealtad; no obstante, este sentimiento de traición dentro de mí es más fuerte que yo.Es como si todo mi ser lo reclamara, por más que trato de convencerme de que él no es mi mate, mi loba insiste en que sí lo es y su lejanía me duele de manera desgarradora.Por un momento, me pierdo observándolo desayunar. Me llama la atención la ma
Otra noche de aullidos. Soy yo la culpable, quien se encuentra erguida encima de este risco cual loba imponente e intimidante, observando la luna llena y dejando salir mi dolor.Todas las noches de luna llena, en especial cuando estoy en mi ciclo de celo, siento un vacío que duele. Estas ansias de lanzarme encima de Gael y reclamarlo son más fuertes que mi raciocinio; mi instinto animal toma el control de mí y me grita que lo busque.¿Todos mis ciclos de celo serán así? ¿Hasta cuándo sufriré por un imposible? ¿Por qué lo ansío tanto?Gael...Otro aullido sale de mí, ese que le dice al viento lo mucho que duele no tenerlo desnudo y abrazado a mi cuerpo. Lo necesito, y esta necesidad está acabando con mi cordura.Otro aullido... Y otro...***OmniscienteAquel joven escucha los aullidos que llaman a la pasión, a la necesidad de la entrega en cuerpo y alma. Su interior quema como el infierno, su cuerpo está a punto de estallar. Corre con desesperación y entra a aquella cueva, allí lo esp
Gia"El aire fresco me acaricia el rostro trayendo una sensación de alivio a la calentura que azota a mi cuerpo. Me he bañado en el río varias veces y esta acción no ha sido capaz de apagar este fuego que solo una persona puede extinguir.Observo el agua que se mantiene quieta, pero que su corriente es silenciosa y peligrosa. Así es esta pasión que me consume, debo disimularla, hacer de cuenta que nada sucede, mas por dentro muero de las ganas por él. Lo necesito.Los arbustos alrededor del río son movidos por la presencia de alguien. Mi corazón late desbocado, mi respiración empieza a tornarse irregular y mi cuerpo es azotado por leves temblores. Sí, me estremezco al olfatear su olor, al reconocer al macho que debería ser mío, ese que mi loba reclama.Y allí se muestra él imponente, con su cuerpo musculoso y grande, que pareciera ser tallado del mismo oro. Su cabello negro y lacio cae por su frente y cuello, asimismo, le cubre todo el antebrazo y me invita a jalarlo y apretarlo. Y có
GiaExisten momentos en nuestras vidas en los que perdemos el control de nuestras emociones y sucumbimos en la locura; estoy en una de esas situaciones ahora mismo. Si bien es sabido que los licántropos somos muy impulsivos, sé que no debo dejarme llevar por esa impulsividad y, por ende, detenerme; sin embargo, no lo hago.Tengo una lucha interna, donde batallo conmigo misma. Por una parte, mi loba quiere acabar con su sufrimiento, pero por otra, mi lado humano grita que se detenga.Corro en dirección al risco e ignoro los gruñidos de Gael, quien también se ha convertido en lobo.¿Sabrá este lo que me propongo? ¿Por qué me sigue si lo sabe?Él sería libre si muero, puesto que ya no habría más drama en nuestra familia, como tampoco este tuviera que verle la cara a la estúpida que proclama ser su mate.«Duele tanto».Llego al final del camino por lo que el vacío se muestra frente a mí, quiero tomar el control, pero mi loba no cede.«No quiero morir... No de esta manera tan cobarde»."¡G
GiaGael y yo nos encontramos sentados frente al escritorio de papá, quien nos mira con desaprobación y como esperando alguna explicación.—¿Y bien...? —inquiere con impaciencia.—Yo... —Juego con mis dedos. ¿Qué le voy a decir? ¿Que traté de suicidarme porque mi loba estaba herida por el rechazo consecutivo de parte de Gael?—¡Habla de una buena vez! —El alfa golpea la mesa con fuerza, acto que me hace tragar pesado—. ¿Qué estaban haciendo tú y tu hermano en ese árbol? ¡Desnudos!¿Mi hermano?—¡Gael no es mi hermano, papá! ¡Él es mi mate! —vocifero mientras me paro de mi asiento y lo encaro.La cachetada que papá me pega provoca que me tambalee. Por otro lado, Gael da un salto y le muestra los colmillos a papá de forma amenazante y con ganas de devolverle el golpe.Vaya, vaya...Es la primera vez que veo a Gael desafiar al alfa, como también es la primera vez que papá me pega. ¿Qué le pasa?—¡Gael no es tu mate! ¡Deja de decir necedades! Y tú... —Papá rodea su escritorio y agarra a
GiaHoy decidí darme un respiro de la caótica y patética vida que llevo, razón por la que salí con mis amigos más cercanos, May y Jill.—¿Cómo fue vivir lejos de la manada? —inquiere May después de darle varias lamidas a su helado de coco.Tanto ella, Jill y yo estamos sentados en una banqueta, de las tantas que hay en el parque, mientras conversamos acerca de cualquier tontería que se nos ocurre; pero al mismo tiempo, nos ponemos al día de todos los acontecimientos de nuestras vidas en este año que estuvimos distanciados.—Pues... —Me quedo pensativa un rato.En el tiempo que duré fuera de la manada sentí un poco de paz, asimismo, estaba tan ocupada y pendiente en hacer mi trabajo, que casi no tenía tiempo para lidiar con la presión de mi loba ni mis sentimientos.Tal vez debí quedarme en aquella manada para siempre y no regresar a este infierno. Porque, aunque allí sufría, por lo menos tenía paz y los chicos me quitaban el tiempo para lamentarme. ¡Los extraño tanto!—¡Cómo va a hace
No sé a dónde me llevará Loni, pero conociéndolo, de seguro es un lugar informal. Por tal razón, me pongo unos pantalones de mezclilla negros, unas botas de taco alto, una blusa de top blanca que resalta mis pechos y una chaqueta negra que hace juego con el pantalón.Me suelto el cabello y le hago ondas en la punta, para rematar, me doy un maquillaje sombreado que resaltan mis ojos grises y me pinto los labios en un tono rosa intenso.Por último, me echo un poco de perfume y tomo mi bolso negro, entonces salgo de la habitación. Visualizo a Gael sentado en la sala con Lía; ambos están agarrados de manos, mientras que Natura se encuentra sentada a distancia; esta última lee un libro y se encuentra ajena de todo a su alrededor. Todavía faltan unos minutos para que llegue Loni, por lo que me siento en un sillón frente a la pareja.Puedo percibir la mirada de ambos sobre mí, aunque no me atrevo a mirarlos a ellos. Para mí es difícil verlos juntos, en especial, después de lo que sucedió ent
Hoy Kali vino al centro de curación y despacho, puesto que al parecer va a retomar su trabajo en la manada, ya que su esposa se encuentra mucho mejor y el bebé está creciendo sin problemas.—Kali, debes estar muy aburrido en tu casa para venir a contarme las costumbres y creencias de las hadas. Bien podría contárselas a tus cachorros o entretenerte haciendo más bebés con Gin. No, pero para ti es más divertido venir hasta aquí e interrumpir mi trabajo.—Deja de ser irrespetuosa, recuerda que soy el beta de la manada. Si vine hasta acá es por alguna razón importante, mocosa.—¿Mocosa? Ya soy una mujer adulta, tontín. —Le saco la lengua y él levanta una ceja con diversión.—Sí, muy adulta —masculla con sarcasmo—. ¿Dónde está Gael?El simple hecho de escuchar su nombre cambia el panorama.—Salió con papá a investigar un ataque que tuvimos. Ellos sospechan que fue la manada Luna de fuego.—Creo que tendremos que darles un escarmiento a esos fastidiosos —dice Kali mientras exhala un suspiro